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—Hay luna llena esta noche. —espetó Ha Neul, la pelirroja bajita, de ojitos grandes y pecas en sus mejillas junto a un castaño con apariencia de zombie. Ambos jóvenes se encontraban sentados en la mitad de la oscuridad en un parque cercano a la facultad de la chica.

Hacía mucho que Taehyung no pisaba terreno universitario.

El castaño tomó despacio su pequeño trago de Soju, y levantó la mirada hacia el cielo nocturno. El brillo de la luna le molestó la vista por un pequeño momento antes de lograr detallarla.

—Así es... —respondió, sintiendo la fría ventisca golpearle el cuerpo. El verano estaba llegando a su final, y con él venía el frío de nuevo. Cerró los ojos sintiéndose un poco mal, a él le agradaba más el clima cálido que el frío. Odiaba tener que abrigarse todo el tiempo, tanta ropa le sacaba de quicio, las facturas por calefacción subirían, y los colores vivos serían reemplazados por unos apagados.

Y más que todas las cosas, odiaba lo dolorosamente frío que se ponía todo dentro de él.

—Se vienen propuestas de matrimonio... —dijo la jovencita, que recostada en el césped, sentía los ojos cansados y el cuerpo pesado de su última clase. Taehyung se volvió a mirarla con una expresión de desconcierto.

—¿Qué? ¿Propuestas? —preguntó.

—Claro. —dijo ella—. La energía de la luna llena siempre afecta a las personas, y las vuelven más románticas.

El castaño frunció el ceño y soltó una risa: —Eso no suena lógico.

Entonces la chica río también: —No te quejes conmigo, es la energía de la luna. Está comprobado.

Taehyung se dejó caer junto a ella como un costal de papas y dijo: —No seas tonta, la luna no determina tu suerte en el amor. Que porque desees que aquel chico de tu clase se te declare no significa que debas darle trabajo a la luna de cumplirlo. Ella ya tiene bastante trabajo.

Ha Neul se volvió a verlo con un brillo extraño en sus ojos color miel: —¿El trabajo de la luna, dices? ¿Cuánto ha bebido, señor Kim? —preguntó, con un tono divertido.

El entrecejo del contrario se frunció más: —Lo suficiente para saber que la luna no conspira con los corazones.

—Ah, ¿pero dices que la luna ya tiene bastante qué hacer?

—Claro, ¿Es que no la ves?

Ambos, como un par de idiotas, miraron a la luna, que en reflejo de sus cráteres, parecía un redondo y esponjoso queso. Casi esperaron una respuesta de ella.

—Eres un tonto, ¿Qué trabajo tendría que hacer la luna? —preguntó la joven, después de un momento, recostándose en el brazo de su mejor amigo.

—No sé, ¿Flotar y ser jurada falsamente para ser bajada e incrustada en un collar?

La chica solo se quedó en silencio unos segundos y luego estalló en risas: —Joder, de verdad, ¿qué tanto has bebido?

Taehyung se pasó las manos por el rostro: —Ah, no me juzgues, Neul. He tenido una semana realmente horrible, necesitaba un descanso.

La chica se recostó en su costado y se apoyó en el codo para mirarlo.

—¿Una semana horrible?

—Mhm.

—¿Qué pasó?

El castaño suspiró y habló, sin abrir los ojos: —Tuve que cubrir un tiempo extra en el trabajo. Un tipo imbécil me sacó la paciencia, y luego me llamaron la atención por responderle. Para que no me bajaran el salario tuve que prácticamente romperme la espalda limpiando y haciendo el inventario de esta semana.

Control «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora