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―No tienes que estar evitándome todo el tiempo, ¿sabes?

Taehyung, que iba caminando con varios pasos de ventaja, sintió su cuerpo ponerse rígido y su corazón dar un brinco al escucharlo. La brisa levemente más fría de finales de otoño le golpeó el rostro y llevó su cabello hacia atrás. Inhaló hondo y fijó su mirada al frente mientras seguía caminando.

―No estoy evitándote, Jungkook. ―respondió, simulando y fallando una faceta firme. El mencionado, que caminaba a su lado y le miraba querer aventajarse hacia adelante. Quiso reír por la actitud avergonzada que adoptaba el hombre después de todo lo que habían hablado en su apartamento. Era tierno. Quizá había sido algo extraño, y quizá demasiado profundo para lo poco que se conocían ambos; pero no era necesario que actuara tan distante.

Y mucho menos ahora, que el acuerdo de ambos se había restablecido.

Bajó la mirada para evitar pisar una grieta de la acera y devolvió la mirada hacia el joven de cabellos castaños que caminaba de forma apurada, vestido con su uniforme y no tan desaliñado como de costumbre gracias a su propia intervención en el momento de arreglarse, y alzó una de las comisuras de su boca.

―Entonces mírame. ―retó Jungkook, metiendo sus manos en los bolsillos de sus jeans. Observó como la boca de Taehyung se fruncía, a medias. 

―Estamos caminando, tengo que llegar a trabajar, no puedo mirarte ahora. ―intentó excusarse, sabiendo que en realidad no tenía prisa. Iba con tiempo de sobra, Jungkook le había recordado la hora las veces suficientes antes de salir. 

Aunque no pensó que ser acompañado por él estuviera en los planes.

―Estás evadiéndome.

―No, no lo estoy haciendo.

―Sí estás haciéndolo.

Taehyung, con impaciencia naciendo en la boca de su estómago, detuvo sus pasos de golpe obligando a Jungkook detenerse con él tras él. Se volvió para mirarlo con una expresión dura, pero no engañó eso a sus eclipses vidriosos e inseguros.

―Ya te estoy mirando, ¿feliz? No estoy evadiéndote. ―exclamó, irritado, intentando que la timidez de su pecho no se le esparciera dentro desatando así el rubor de sus mejillas que tanto se había tardado en desvanecer desde que había salido del apartamento del pelinegro. Jungkook ladeó un poco su cabeza esbozando una sonrisa confiada, lo que hizo a Taehyung rodear los ojos oon fastidio. Reanudó su caminata. 

Sin embargo, el agarre en su mano le impidió avanzar. De jalón volvió a su posición inicial.

―¿Ahora qué? ―preguntó, molesto, y un poco acalorado. Culparía al agite mañanero en vez de su cuerpo hormonal y nervioso. Los ojos de Jungkook seguían fijos en los suyos, y le fue difícil no apartar la mirada―. Suéltame, harás que llegue tarde.

Jeon Jungkook miró a su alrededor, cauteloso, y esperando a que los pocos transeúntes avanzaran y se alejaran, atrajo al chico hacia él; haciéndole soltar un respingo. 

Sus cuerpos chocaron. Sus manos ágiles acunaron las mejillas del castaño con una suavidad perturbadora. 

Taehyung a penas si espabiló, jadeando, con sus abultadas mejillas enrojeciéndose sin vergüenza. 

―Y-Yah... déjame ya, estamos fuera.

―Nadie está mirando.

―Jungkook...

―Escúchame. ―presionó el pelinegro, y entonces acercando su boca hasta el oído del chico. Taehyung intentó removerse, pero Jungkook logró impedirlo afianzando el agarre en sus mejillas―. ... No tienes por qué actuar de esta manera. Sé que estás avergonzado por la conversación de esta mañana, pero déjalo ir. Confía en mí, te lo dije entonces: no soy quién para juzgar. ―musitó, logrando que su sus labios rozaran contra su piel, para hacerlo estremecer. Taehyung era sensible en toda esa zona―... Además, si sigues evadiéndome de esta forma voy a perder la jodida paciencia y voy a hacer que esta misma noche seas azotado mientras te follo la boca. ―un sonidito de sorpresa abandonó la boca del contrario―. ¿Entendido, Taehyung?

Control «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora