Terminando de arreglar sus ropas, salió de la habitación con el cabello húmedo de la ducha. Jungkook terminaba de de escoger su ropa para entonces, y la dejaba sobre la cama. En la última hora, no habían cruzado muchas palabras, y en realidad no era necesario, ya que, ¿de qué tendrían que hablar?
Taehyung se calzó con rapidez y tomó sus cosas dispuesto a irse, no sin antes volver a la habitación para decirle al pelinegro:
—Me estoy yendo, devuélveme el collar, por favor.
Jungkook dejó un par de calcetines negros sobre la cama, junto a lo demás y miró al castaño, al cual aún le goteaba un poco el cabello. Frunció entonces el ceño, y se internó en el baño para volver con una toalla y sacó de su mesita de noche junto a la cama la cadenita con el dije azul de barro.
Taehyung estuvo en silencio, solo atento a sus acciones, y le recibió el collar cuando el pelinegro se lo ofreció.
—Gracias, hasta pronto. —dijo esto haciendo ademán de irse, pero Jungkook lo impidió tomándole del brazo. Taehyung alzó ligeramente las cejas volviéndose a mirarlo, y soltó un quejido infantil cuando Jungkook le cubrió con la toalla toda la cabeza—. ¡Oye!
Jungkook suspiró pasando sin mucha amabilidad la toalla por la cabeza del hombre, procurando secar un poco su cabello. Cuando el rostro de Taehyung fue otra vez visible, quiso rodar los ojos por la cara de aburrimiento que ponía el chico.
—No puedes dejar tu cabello tan mojado. —exclamó, atrayendo su atención—. Te pondrás peor.
Taehyung frunció el ceño al principio, y luego abrió su boca con sorpresa dándose cuenta de que contrario a lo que decía Jungkook, desde esa mañana él no había sentido los síntomas de su resfriado, y ayer sí que había estado mal.
—Yo ya estoy mejor. —dijo, aún bajo las manos de Jungkook—. En realidad, no siento nada en este momento.
El hombre hizo un mohín: —Dicen por ahí que el sexo libera las toxinas del cuerpo.
Taehyung parpadeó, algo perplejo, y dejó escapar el aire mientras miraba a Jungkook, el cual miraba su cabeza mientras seguía secándolo.
—No lo sabía... —musitó. Algo incómodo, algo inquieto, y con ganas de reírse, ¿Significaba eso que Jungkook le había curado la gripe? Qué loco.
—Mhm... —dijo, bajando la toalla hasta el cabello que le llegaba a las hombros, y comenzando a masajearlo para secarlo— ... Igualmente no te confíes, no es como si fuera magia, los síntomas pueden volver en cualquier momento.
Taehyung torció una de las comisuras de la boca, y le miró con expresión risueña.
—¿Acaso estás preocupándote por mí? —preguntó, como tarareando una canción. Jungkook frunció el ceño.
—No confundas la preocupación con la conveniencia. Si vuelves a enfermarte, podrías contagiarme.
Entonces Tae también frunció el ceño.
—¿Qué dices? A estas alturas deberías estar enfermo entonces.
La expresión de Jungkook no cambió: —No me enfermo con facilidad.
Taehyung relajó el ceño y se mordió ambos labios, con un pequeño peso de incredulidad en el pecho. Quizá podría decir eso sí solo le hubiera dado un beso o algo como eso, pero si hacia memoria, le faltaban dedos en las manos para contar las veces que el hombre le había besado.
Bueno, ¿qué más podía hacer ahora además de asentir con la cabeza y dejar dispersar el tema? Solo esperaba que no fuera a enfermarse por su culpa.
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Control «KookTae» ©
FanfictionEn medio de la preponderancia y el saudade, Jeon Jungkook y Kim Taehyung se conocen. Si el dicho dice que los opuestos se atraen, en definitiva no aplica con ellos, y trae, como consecuencia, un enfrentamiento que sin fundamento los involucrará en u...