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[Flashback]

—¿Te gustaría tener hijos?— escuchó el pelinegro, haciendo que le recibiera la taza de chocolate caliente para tomar su manta gris de lana y envolverse a él y a su novio bajo ella, para que el frío nocturno de fuera no los calara demasiado.

Kim Taehyung, agradecido porque Seok le pasara la taza caliente y ahora sus manos dejaran de estar tan frías mientras permanecía de pie con su cuerpo contra el barandal del balcón de aquel segundo piso, intentó robar del hombre todo el calor corporal que pudo, y sonrió cuando sintió su mentón descansar en su hombro, y sus brazos rodearle la cintura. Perfecto.

—¿Quieres un bebé, Tae?—respondió Seok, acariciando su nariz contra la nuca contraria, inhalando hondo el aroma del castaño de barro y pintura.

—No. —respondió, pero inmediato dudó—... Bueno, aún no. —bebió un poco del chocolate caliente. —Pero no es una cosa importante. Es una banalidad.

—¿Entonces por qué lo preguntas?

Taehyung hizo un mohín, para luego exclamar:

—Yo pregunto muchas cosas banales.

Seokjin sonrió un poco.

—Ah, sí, creo que te recuerdo hablando sobre tus sentimientos por mí para luego caracterizarlos como "banales".

Las mejillas del castaño se tiñeron de carmesí.

—¡E-estaba nervioso!— exclamó, en su defensa. En su débil defensa— ¡Tú te habías quedado en blanco, así que improvisé un plan b por si me rechazabas!

—¿Cómo podría un pobre mortal como yo rechazarte, Kim Taehyung?—depositó un beso casto en su cuello. Que, bueno, de casto no tuvo nada por la manera que eso hizo sentir al cuerpo del castaño. —Y, bueno, no lo minimices. Si lo preguntaste, es porque es importante para tí, tenga la razón que tenga.

—Ah, vale... ¡entonces responde!—Insistió, agradecido de que el hombre en ese ángulo no pudiera ver su cara—¿Te gustaría tener un bebé?

—Hoy me afeité la barba. Ya tengo un bebé.

—¡Seokjin!

El pelinegro rió.—No me molestaría tener un bebé. Sería lindo si tuviéramos uno, ¿no? Un mini tú-y-yo.

Taehyung hizo un mohín.

—Eso es imposible. Lo sabes.

—Quizás no sea tan imposible si rentamos un vientre y cuando tengamos que entregar el frasquito de esperma mezclemos el mío con el tuy-

—Oh por dios, ¡basta!— exclamó Taehyung, estallando en risas. Seok correspondió—La imagen mental es, sinceramente, terrorífica.

—¿Qué? ¿Por qué?—cuestionó Seok, abultando un poco sus labios— Sería un bebé apuesto.

—Sólo si sale a mí.—exclamó Tae, tomando otro sorbo. Para luego soltar un quejido por el mordizco que recibió su oreja. —¡Yah!

—Eres muy malo conmigo. —susurró el hombre en su oreja. Taehyunh fingió no estremecerse.

—Siempre dices eso.

—Siempre lo eres.

El castaño frunció su nariz, con molestia mimosa. —Pero así me amas. ¿De qué te quejas?

—Sí. Es mi maldición. ¡Ah!—exclamó, sintiendo como Taehyung enterraba de un codazo su brazo en su abdomen—Para con la violencia.

Taehyung, para entonces, tenía un gran puchero en su rostro—Para tú con la maldad.

Control «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora