Mientras Taehyung corría a través de las calles hacia el acuario, le invadió un mal presentimiento.
Quizá no lo había pensado bien. Quizá estaba exagerando.
Saltó para esquivar un gran charco en la calle y la cruzó, completamente empapado.
Quizás estaba convencido de algo impredecible. ¿Cómo podía él asegurar que Jungkook esperaría por él? Tragó saliva por la resequedad de su garganta, y su respiración agitada lo mareó un poco.
No había nada seguro, corría hacia el lugar sólo por convicción. Incluso con todas las posibilidades, seguía corriendo.
¿De nuevo, era su cuerpo, actuando a su manera?
Aumentó la velocidad al ver el acuario iluminado con luces de colores a casi una calle de distancia.
Incluso si Jungkook estaba allí, ¿De qué servía? Él no había aceptado, y parecía que iba allí solo por curiosidad, o casi un impulso.
Entonces ya estaba en la gran entrada del acuario. Había una cantidad considerable de gente, o al menos la suficiente como para que Taehyung se detuviera a mirar a cada uno con cuidado en busca de una cabellera negra. Todos traían paraguas, las luces de neón iluminaban en lugar y se escuchaban las voces de niños emocionados mientras entraban.
Las gotas de lluvia le golpeaban la frente. Era una suerte que no trajera su móvil en los bolsillos o estaría seguro de que se habría mojado, dio varias vueltas en su posición sin parar de buscar al hombre.
El reloj de su muñeca marcó las ocho y cuarenta. Y cuando su respiración se calmó, y logró pensar con más razón, se sintió un poco extraño.
O bueno, se sintió tonto. Muy tonto. El hombre no estaba en ninguna parte, había sido engañado por su propia cabeza. El hombre se habría ido hace más de una hora.
La gente de los alrededores lo miraba curioso, como si fuera un demente, pero a Taehyung no le importó. O al menos, no se comparaba con lo frustrado que se sentía. Caminó hasta unas bancas, cuyo color parecía más oscuro por el agua, y se sentó para recuperar el aliento. Sintió las piernas entumecidas por el esfuerzo, y no se preocupó por seguir bajo la lluvia, no era como si ya no estuviera lo suficientemente mojado.
Y quizá era un poco masoquista.
Suspiró con pesadez cuando su respiración se normalizó, y bajó la mirada, viendo su nariz gotear.
Hacía bastante tiempo que no se sentaba bajo la lluvia. Casi un año y medio.
Empuñó las manos en su regazo, recordando la radiante sonrisa de Seokjin, con el cabello desordenado y pegado a la frente mientras corría delante de él bajo la lluvia después de haber salido tarde del cinema, en una de sus citas. Recordaba a la perfección los charcos que dejaron por todo el corredor del apartamento de Seokjin esa noche, y el sonido de las prendas mojadas caer al suelo.
Ya no era tan bello. Ya, estarse mojando, completamente solo, después de correr más de siete calles; era miserable.
Cerró los ojos por un par de segundos, aún cabizbajo, y se imaginó su ducha cálida quitándole el frío, y una taza de café negro. Necesitaba una motivación para levantarse e irse a casa ahora.
Se pasó las manos por el cabello, y un grupo de personas cruzó a su lado todas con paraguas, y solo permaneció cabizbajo.
—Y esto, TaeTae, es lo que resulta de los impulsos... —se dijo a sí mismo, con cansancio físico y emocional— ... solo agotamiento. Qué tonto, tonto, ton-
Su cuerpo se puso rígido como una piedra al sentir algo encima.
Algo delgado, y de plástico.
De repente, su vista quedó completamente a oscuras.
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Control «KookTae» ©
FanfictionEn medio de la preponderancia y el saudade, Jeon Jungkook y Kim Taehyung se conocen. Si el dicho dice que los opuestos se atraen, en definitiva no aplica con ellos, y trae, como consecuencia, un enfrentamiento que sin fundamento los involucrará en u...