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Antes de aquella última llamada, mientras Taehyung cerraba el café, a las seis de la tarde al otro lado de la ciudad Jeon Jungkook le daba vueltas con una pequeña cuchara al café que tenía en su escritorio. El líquido daba finas vueltas en la taza blanca provocando una corriente medianamente veloz que era seguida con atención por los ojos del hombre, como si eso fuera lo más interesante del mundo. Su cabeza, totalmente desconectada de sus sentidos, divagaba sin parar en recuerdos.

Especialmente en uno.

«Él... bueno, supongo que lo conociste. No estamos juntos. En cuestión, no podemos. Él murió hace un año»

Aquella conversación que había tenido con Taehyung aquel día después del sexo. Kim Seokjin, y la relación que había tenido con Taehyung. Quizá en un principio no había sido su incumbencia, pero había un extraño sentimiento en él que lo había impulsado a preguntar.

Quizá porque quería saber si en el chico permanecían sentimientos.

O simplemente, qué había sido de él con todo eso.

Él, por supuesto, después de que Taehyung dijera aquello, le había preguntado por qué entonces se había referido al hombre hace poco como su novio. Y por qué seguía volviendo a su lugar después de tanto tiempo.

«La cosa es que... nosotros... Oficialmente no terminamos. De repente él ya no estaba y yo solo tenía que aceptarlo.» había dicho, con su mirada fija en el techo, no pareciendo querer mirarlo a los ojos. «No sé si me entiendas, pero es un poco extraño habituarse a la ausencia repentina de una presencia constante. El saber que no volvería a verlo, más todos los... sentimientos que tenía por él... me estancaron. El hecho de que todo esté y haya permanecido inconcluso no me ha dejado avanzar.»

Bueno, Jungkook si lo entendía. Siguió dándole vueltas al café con el cubierto, viendo, más no siendo consciente de lo que observaba. Él lo había vivido también, con la muerte de su padre, al alejarse de su madre y habituarse a aquello a la fuerza. Quizá no se había estancado, pero sí que había estado en su posición: en medio de todo el dolor, de la confusión, completamente desorientado.

Nunca pensó que aquel hombre de cabello largo y él pudieran coincidir en algo. Por más mínimo e inexacto que fuera.

Se relamió los labios, y entonces levantó la mirada. Sin embargo, Taehyung no había sido del todo específico: no había dicho que el hombre se había suicidado, y no había entrado en detalles tampoco. Aunque quizá era sólo porque aún no se conocían bien, y no tenían que hacerlo. Hacer que todo trascendiera lo físico e intentara convivir, entre ellos, era tan difícil cómo abrir un agujero en un grano de arroz. Ya estaba claro, solo sus cuerpos se entendían.

Sólo así ambos funcionaban. 

Así que por ese momento, no era necesario conocer al chico, o que él lo conociera. Mientras menos supieran, mejor estarían.

El sonido de su teléfono de mesa lo hizo medio-salir de su trance. Contestó con un simple —y algo descortés—, "¿Mhm?" Que seguramente no sería nada nuevo para su secretaria, que tras la línea, y con el teléfono apoyando entre la mejilla y el hombro, se servía un vaso de agua.

—Buenas tardes, Señor Jeon. Llamo para avisarle que mañana temprano la empresa recibirá el sustituto del co-editor Park.

Jungkook parpadeó, algo desconcertado.

—¿Sustituto? ¿Por semana y media que queda de la ausencia de Jimin? —preguntó, intentando encontrarle lógica a la decisión repentina. 

—El CEO indicó que sería lo apropiado para evitar retrasos en los plazos que suele tener su comisión, señor Jeon. 

Control «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora