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[Flashback]

Min Yoongi detalló los pequeños destellos de gas que, reluciendo a contra luz, viajaban y burbujeaban hacia la superficie de su copa. Para él, el observar la champaña era todo un acontecimiento. Se recordaba a sí mismo cuando niño envidiando a sus padres cuando la bebían, ya que su cabeza había categorizado al licor como algo exótico, hermoso y exclusivo. Palpó con las yemas de los dedos el cristal y dio suaves golpecitos para que el gas siguiera burbujeando, y suspiró a sus adentros levantando al fin, en más de media hora, su mirada.

Recostó su mejilla contra la palma de su mano y enfocó la mirada en una chica de cabello corto que tocaba el piano al fondo de la habitación. Tenía una expresión plácida mientras tocaba las teclas con las yemas de los dedos, su delicadeza se reflejándose en la tenue y suave melodía que llenaba el ambiente. Subió entonces la mirada y detalló los faroles de luces cálidas, que enredadas con flores le daban una vista etérea al techo del gran comedor en el que se encontraban. La gente a su alrededor conversaba de forma discreta, pero alegre. Todos  acompañados, a excepción de él. Que bastante cómodo en la mesa ubicada al extremo del lugar, no había tenido el coraje o las ganas suficientes para levantarse a hablar con alguien.

Era una linda fiesta. Su hermana había elegido bien el lugar, aunque la calefacción estuviera averiada. Todos parecían tener un buen tiempo, y siendo más de la media noche nadie parecía con intenciones de irse.

Por su campo visual cruzó su hermana, que de gancho con su prometido, caminaban lentamente hablando entre ellos con adorables sonrisas. Parecían ser una linda pareja, aunque le hubiera parecido extraño al principio al enterarse de que su hermana le llevaba cinco años al hombre, pero eso no lograba notarlo cuando iban juntos.

Porque eran el tipo de parejas que, en presencia del otro, parecían tener un mundo a parte donde solo estaban ellos. Las miradas de amor entre ambos no podían ocultarse de alguna forma, y la calidez que los semblantes de ambos desprendían eran mucho más que adorables.

Y envidiables para Yoongi.

Apartó la mirada de golpe cuando Heize notó su atención, y quiso resoplar cuando la chica se safó de su pareja y caminó hacia él con un atisbo de inquietud en sus ojos. Ella en realidad se parecía a él cuando colocaba ese tipo de expresiones.

—Oppa. —dijo ella cuando estuvo lo suficientemente cerca. Yoongi se incorporó entonces, y pegó su espalda al respaldo de la silla.

—¿Qué ocurre? —preguntó, intentando sonar neutro, porque bien sí sabía por qué la chica de nuevo estaba cerca. Ella odiaba verlo apartado, aunque esa fuera su naturaleza.

—¿No quieres... que te presente a alguien, con quien puedas hablar? —preguntó ella, tomando sus manos delante de su vestido azul oscuro, algo tímida.

Yoongi negó con la cabeza, sonriendo ligeramente. —Estoy bien.

La chica asintió con su cabeza, mordisqueando si labio: —Lo sé, pero... ¿No quieres...?

Una mano de piel pálida en su hombro la hizo detener sus palabras. La chica se volvió de golpe hacia el hombre dueño de la extremidad.

—No había tenido oportunidad de felicitarle, Min Heize.

—Ah, ¡Taehyung! ¡Gracias! Que lindo que hayas podido asistir. —exclamó la chica, volviéndose hacia el hombre alto y pelirrojo que la miraba con una linda y amplia sonrisa en los labios. Sus ojos claros y verdosos resaltaban en todo su conjunto oscuro.

—¡Por supuesto! —respondió Ji Taehyung, con entusiasmo. Quizá demasiado, su sonrisa intocable—. ¡No me lo hubiera perdido por nada!—dijo, entrecerrando un poco los ojos a causa de su expresión, desvaneciéndola un poco en el momento que dirigió la mirada hacia Yoongi.

Control «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora