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La noche en la que Taehyung se había rendido esperando por Jeon Jungkook había tenido trasfondos inimaginables. Después de que Taehyung se encerrara en la habitación a dormir, con el corazón conmocionado, había sido completamente ajeno a lo que sucedía afuera.

Jeon Jungkook, mirando cómo sus pies se hundían en la nieve acumulada del parque a, aproximadamente tres calles de su edificio, soltó un suspiro que se hizo vapor en el aire. Sentía su nariz y sus mejillas arder por el frío aunque tuviera encima dos abrigos gruesos y una bufanda, y sus músculos comenzaban a entumecerse por su inactividad.

¿Cuánto llevaba allí sentado, en esa banca, después de estar caminando sin rumbo por casi dos horas?

Con los ojos pesados rebuscó en sus bolsillos hasta dar con su móvil, el cuál encendió para ver la hora. Eran las once treinta de la noche.

Había estado de verdad, vagando por toda la noche.

Sonrió con tristeza, volviendo a guardar su móvil y cruzando los brazos fuerte contra su abdomen. ¿Cuál era el plan, desde allí? ¿Cuánto más iba a quedarse allí, evadiendo la realidad que lo esperaba en casa?

Cerró y apretó los labios.

Aún no quería ir.

No quería ir si iba a ver a Taehyung.

Bajó el mentón hasta tocar con él el cierre de su abrigo. Él no quería que las cosas se volvieran difíciles de manejar, Jeon Jungkook era un hombre acostumbrado a tomar las cosas con calma. ¿Entonces por qué pasaba esto?

¿Por qué huía?

Respiró profundo, intentando ignorar aquella sensación que escarbaba en su pecho.

¿De qué huía?

Parpadeó lento, observando sólo cómo la nieve, contra sus zapatos, se volvía menos densa y era absorbida ligeramente. Si continuaba sólo suspendido ahí, iba a enfermarse. Si el frío tocaba sus pies, estaba frito.

Sin embargo, no se movió.

Cerró los ojos, sintiendo como su respiración se tornaba mecánica, en vez de automática. Sintió el aire entrar en sus pulmones, y salir casi tan frío como había entrado.

¿Por qué hacía esto?

¿Por qué le daba tanta importancia al hecho de que estuviera desarrollando sentimientos por aquella cabeza castaña?

Era tonto, por donde lo viera. Era un acto inmaduro, era infantil.

Era cobarde.

¿Y qué si estaba sintiendo algo? ¿Qué iba a cambiar eso?

Era probable que Taehyung no se sintiera de la misma forma. ¿Entonces de qué se preocupaba?

Se mordió el labio inferior.

Estúpido. Es justo eso lo que te preocupa.

Quiso abofetearse. Quiso darse un golpe por lo tonto que era. ¿Por qué se había dejado hacer esto? ¿Por qué se había permitido desarrollar una afición? Kim Taehyung era, prácticamente el hombre más lejano a una pareja que podía tener.

Ellos solo se usaban mutuamente a través del sexo.

Ellos habían acordado eso.

Él había estado de acuerdo y completamente complacido en el momento de proponerle eso. Su cuerpo se encorvó lo suficiente para que tuviera que apoyar los codos en sus muslos.

Él se había hecho el astuto, o bien, lo había sido por un buen tiempo. ¿Entonces cuándo había comenzado esto?

Abrió los ojos, con lentitud, sintiendo sus párpados pesar.

Control «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora