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Su rostro palideció.

Sus piernas se levantaron, y se movieron por inercia.

Su corazón, agotado por tal día de sorpresas, amenazó con detenerse y abandonar la misión.

Y sus ojos, fijos a la figura de un hombre, se perdieron en la sofocante incertidumbre de las consecuencias de sus impulsos.

Jeon Jungkook sintió su labio inferior temblar mientras cruzaba la calle.

El cielo débil primaveral se acumuló de nubes de tormenta. Y Kim Taehyung, recostado de espaldas en el mostrador de su galería, pareció mirar tras su hombro.

Como esperando.

Como esperándole.

Pero esa no fue la percepción de Jeon Jungkook, que confundido por las acciones del castaño alcanzó a zancadas la otra acera, y se detuvo frente al ventanal.

Un aliento entrecortado abandonó sus labios mientras intentaba organizar sus pensamientos.

No entendía.

¿Por qué Taehyung se había alejado de la puerta después de mirarlo, cuando él yacía en la banca?

¿Qué significaba eso?

Sus manos se apoyaron de golpe en el cristal. Sintió el frío del material, y envió lejos a su cabeza cuando ésta quiso detonar su TOC.

¿Qué era?

¿Qué había querido decir esa acción?

¿No? ¿Era un no?

¿No iba a dejarlo entrar?

¿Era ésto un: "Estás demente si piensas que perderé mi tiempo contigo"?

¿Era una especie de venganza?

¿Había sido para hacerlo esperar en vano?

¿Había sido para...?

Taehyung se dio la vuelta hacia él.

Y cada una de las funciones del cuerpo de Jungkook se boicotearon y fallaron.

Su cabeza entonces, guardó completo silencio.

Todo el lugar estaba a oscuras.

Solo la luz de la bodega iluminaba sutilmente el resto del local.

El castaño, con los mismos ojos fríos con los que le había recibido antes, era ligeramente acariciado por la luz. Dejando solo la mitad de su rostro visible. Todo su cuerpo parecía de piedra, tan estático y de semblante invencible. De esta forma, parecía el tipo de hombre con el que a nadie le gustaría meterse. Parecía el tipo de hombre que no querrías mirar fijo a los ojos.

Su presencia ahora era intensa e intimidante.

Y aquello era totalmente ajeno al Taehyung que alguna vez había tenido carcajeando en sus brazos.

Era ajeno al chico torpe que se sonrojaba con facilidad cuando lo miraba.

Era desconocido para la criatura frágil e indefensa que había dormido con la mejilla en su pecho.

Malditos recuerdos, que ahora le llegaban de golpe.

Pero si algo lo tenía aturdido ahora, era...

¿Qué tanto había cambiado Taehyung?

¿Qué tanto era de lo que solía conocer?

Y ahora, con todo este nuevo paquete de cualidades, ¿qué pretendía hacer con él?

Control «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora