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―Él parece un buen chico. ―afirmó el CEO Hyuk, dueño y jefe de la editorial de Jungkook. El último mencionado permaneció con su expresión neutra mientras veía como el contrario, con cabello blanco por las canas y un traje de corbata roja, le daba pequeños golpecitos al vidrio de su escritorio, ajeno al malestar que le producía al pelinegro ver como dejaba la marca de su huella dactilar en el cristal.

Esperaba que se hubiera lavado las manos.

―Mmm... ―fue lo único que respondió, dirigiendo la mirada a su superior, forzosamente, su estomago tenso―.  ¿Qué está queriendo decirme, sajangnim*?

―Estaba pensando en contratarlo. Hacerlo empleado permanente. ―respondió el señor Hyuk, al fin deteniendo su insoportable movimiento y cruzándose de brazos. El ceño de Jungkook se relajó, aunque sintiera el impulso picoso de tomar un paño y limpiar el escritorio de nuevo. 

―Pero, ¿y qué con Jimin? ―no logró evitar preguntar. Si dejaban que el pasante sustituto de Jimin, Kwan Dong-Yul, que había estado bajo el amparo de Jungkook todo ese tiempo, fuera de empleo permanente, ¿qué se suponía que pasaría con Jimin?

Se mordió el interior de la mejilla. Pero Jimin ya había vuelto, ¿estaba el CEO solo avisándole de su decisión en vez de solicitando su percepción?

El CEO Hyuk resolvió sus dudas. ―El puesto del joven Park quedará intacto. Hablo de integrar a Kwan, no de dejarlo como reemplazo.

Jungkook ladeó un poco la cabeza, asintiendo con la cabeza. 

―Pues estará bien, Sajangnim. El chico trabaja bien y es puntual. Una ayuda adicional no nos vendría nada mal. ―respondió, sintiendo deseos de frotarse la nuca, pero reprimiéndolo. Por su cabeza pasando todas las ocasiones en las que había fallado con el plazo de entrega de los pedidos. Tener Dong Yul cerca los había estabilizado un poco. 

―Esa es la razón por la cual lo dejaré quedarse. Logró que la comisión de trabajo más lenta de toda la editorial entregara un plazo a tiempo. ―exclamó con diversión, para nada sutil, haciendo a Jungkook sonreír con tensión.

Porque no había día que no le recordaran su fama impuntual en el trabajo.

―Bien, entonces está decidido. Acoge por completo al chico y dale el anuncio. ―terminó el hombre, levantándose y haciendo a Jungkook levantarse para corresponder su despedida. Hizo una reverencia mientras estrechaba su mano, y lo observó alejarse. Se lavó las manos para salir de su oficina y buscar a Dong Yul, para ahorrarse tiempo y darle una corta bienvenida que no hiciera mucho escándalo. Sin embargo, no lo encontró en la pequeña salita, ni en los escritorios, ni junto a las ventanas. 

Cayó en cuenta de que tendrían que traer otro escritorio, entonces. Su comisión era más grande ahora. 

Pero sin distraerse, y mirando la hora, salió del pabellón en busca del chico. A esa hora debería estar almorzando. 


[♦♦♦]

Los ojos del castaño se enfocaron en la amplia, luminosa sonrisa de Ji Taehyung, que lo miraba con los ojos entornados y escurriendo una emoción que el castaño aún no sabía codificar. Entró a la cocina con un semblante tierno mientras se le acercaba con una bandeja vacía en las manos. El corazón de Taehyung ―Kim Taehyung―, se estremeció en su cavidad mientras lavaba los platos. ¿Cómo podía una persona mentir con su expresión corporal tan bien?

¿Qué tipo de persona era en realidad?

¿A cuántas personas habría lastimado?

Desgraciado infeliz, ¿sabes por lo que estás haciendo pasar a Yoongi?

Control «KookTae» ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora