Resultó que aquello que Taehyung olvidaba, era que tenía un trabajo. Mientras corría a toda velocidad por las calles hacia el café, se maldecía a sí mismo sin parar.
Eran más de las tres de la tarde. Resultó que aquellas "dos horas" de las que había hablado Jungkook mientras esperaba sus ropas terminaron siendo cuatro cuando el hombre le sedujo. Se hubiera quejado si hubiera sido consciente de la hora que era, pero resultó estar completamente desorientado desde que puso un pie en ese lugar. Por eso estaba tan enfadado consigo mismo, ¿Por qué a mundo parecía detenerse estando alrededor de aquel hombre? Totalmente absurdo.
Iba a estar en grandes problemas si no inventaba una excusa rápido. Pero no tuvo tiempo de pensarla cuando distinguió una multitud de gente dentro del café. Estaba a punto de reventar.
Completamente extrañado acortó la distancia del lugar corriendo más rápido. Cuando abrió la puerta del local, fue incapaz de recuperar el aliento presenciando lo que sucedía.
Un completo pandemónium de personas hablando todas a la vez, gritando y maldiciendo.
¿Qué rayos era lo que sucedía?
Se encogió en sí mismo, intentando encontrar alguna explicación. Falló, siendo distraído por el gran desorden que provocaba la gente. Decidió adentrarse, algo dudoso.
Lo que quizás no fue lo más acertado, ya que cuando la gente fue consciente de su presencia y se dieron cuenta de que llevaba el uniforme del café, prácticamente se abalanzaron en él.
Fue entonces que comenzaron las réplicas.
—¡Yah, disculpe!
—¡Oiga! ¡Qué servicio tan malo!
Las voces de múltiples personas llegaron a sus oídos mientras caminaba hacia el acceso restringido safándose de sus intentos de acorrarlarle. No entendía nada en lo más mínimo, ¿por qué la gente estaba tan enfadada con él? ¿Por qué no veía ninguna cara conocida? ¿Dónde estaba Yoongi? ¿Dónde estaba Ji? ¿O Namjoon?
—¡Devuélvame mi dinero!
—¡Llevamos esperando más de una hora!
—¡Oiga, señor!
Taehyung tragó saliva, logrando llegar hasta el mostrador, y se internó en la cocina tan rígido y asustado como nunca. El ruido de las quejas no disminuyó aún así hubiera cerrado la puerta tras él.
La escena no había cambiado tanto dentro: toda la cocina era un real desastre, habían platos sucios por doquier, harina derramada en el suelo, algunas cáscaras de huevo, tazas sucias sobre otras, y con absolutamente nadie dentro. Taehyung a penas si parpadeó, no creyendo lo que sus ojos le mostraban, ¿qué había pasado? ¿por qué todo estaba así? Puso sus manos en el pecho, sintiendo la piel arder un poco bajo la tela —por ciertas marcas—. y normalizó su respiración.
¿Dónde estaba todo el mundo? ¿Por qué parecía todo hecho a medias? ¿Acaso habían escapado a otra dimensión dejando a clientes insatisfechos? Observó con cuidado cada rincón de la cocina, y una ansiedad leve le subió por la garganta.
Pero entonces percibió un ruido venir del cuarto de hornos.
Comenzó a moverse hacia el lugar, más desesperado por una respuesta que cualquier cosa. Joder, si el CEO Park se enteraba del estado del lugar, iba —o iban—. a estar en serios problemas.
Maldición, si hubiera ido allí a la hora correcta, ¿podría al menos entender lo que pasaba?
Su subconsciente culpó a Jungkook, y lo siguió su corazón sin vergüenza. Si el hombre no le hubiera retenido en su apartamento, podría haberse ido a tiempo. Aunque en el fondo no recordara que tenía un trabajo estando cerca del hombre, nada de eso hubiera comenzado si no le hubiera obligado a ir a su lugar por su collar. Empuñó las manos estando ya en la puerta, e inhaló profundo sintiendo su estómago contraerse con rabia, y en su pecho extenderse una amarga confusión.

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Control «KookTae» ©
Fiksi PenggemarEn medio de la preponderancia y el saudade, Jeon Jungkook y Kim Taehyung se conocen. Si el dicho dice que los opuestos se atraen, en definitiva no aplica con ellos, y trae, como consecuencia, un enfrentamiento que sin fundamento los involucrará en u...