Capítulo 51 "Contrato Eterno"

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Capítulo 51 "Contrato Eterno"

El Contrato Eterno...

Alan levantó la vista al cielo, con un rostro sombrío. En la Tierra, sus habilidades, absolutamente todas, fueron aprendidas por un viejo que lo salvo de la vida de la calle, ya que fue dejado por sus padres en un orfanato. En aquel entonces, Alan estaba lleno de esperanzas ante aquel anciano. Pero después descubrió la verdad. Ese anciano no tenía ni una pizca de buena voluntad hacia él. Cuando lo saco del orfanato, no fue porque le gusto como se veía o le dio tristeza que este en aquel orfanato, sino porque tenía un buen cuerpo para las habilidades que el anciano quería pasarle.

Luego de salir del orfanato, las esperanzas de Alan se fueron rompiendo una a una. Era un infierno, ya que justo después de salir del orfanato, fue tirado por ese anciano en un bosque con toda clase de bestias salvajes. Lo único que le dijo ese anciano fue: "Sobrevive y serás mi discípulo" Esas fueron las únicas palabras que ese maldito viejo le dijo en aquel entonces.

Decir que fue un infierno no fue una exageración. A tan solo la corta edad de trece años, ¡Tuvo que enfrentarse a un león! Fue algo extraño, ya que cuando sintió que la muerte estaba por alcanzarlo, lucho más salvajemente que un animal. Golpeó, pateó, tiró tierra, lanzó rocas, etc. Para cuando se dio cuenta, había logrado vencer al rey de ese infierno, el león.

El león había quedado en un estado horrible. Y Alan no estaba peor. Habían pasado cuatro días desde que ese viejo lo había dejado en ese infierno. Y al ver al león muerto, no dudó. Se acercó a un lugar donde corría agua, e hizo fuego.

Al otro día, Alan se encontraba bien alimentado, y quedaba poco del león. En ese momento, Alan supo que era la ley de la selva, el más fuerte sobrevivía. Y también se convenció, que al vencer al rey de la selva, el león, ¡¿Quién mejor que el para ser el siguiente rey de esta selva, de este infierno!?

Con gran fortuna, Alan había salido casi sin ningún daño grave de aquella pelea con el león. Gracias a eso, no perdió tiempo. Pasó el tiempo, y Alan ya no era alguien ingenuo como cuando entró a ese infierno. Un año después, las bestias le temían. Cazaba, mataba y comía.

El tiempo pasó sin que se diera cuenta, y otro año paso. En un instante, dos años pasaron. Pero para Alan, este ya no era un infierno, sino un paraíso. Era invencible. Sin importar a que bestia se enfrentase, él las mataría y las comería.

Sufrió varias heridas, pero nunca de gravedad. Al principio, se podría decir que fue pura suerte. Pero luego, al volverse más experimentado, ya no hubo suerte, solo experiencia de batalla.

Un día, justo al comienzo del tercer año, ese anciano volvió. Lo miro con frialdad a Alan, y dijo: "Lo lograste. Bien hecho" Luego, le dio un puñetazo a Alan.

Alan ya era alguien muy experimentado, y extremadamente rápido. Pero incluso con eso, no pudo esquivar el ataque de ese anciano. Se desmayó. Al despertarse, se encontró en una casa de apariencia ordinaria y el anciano le contó lo que sería ser su discípulo.

La segunda prueba fue volver a matar, pero esta vez no a animales. En cambio, a personas. Personas vivas, y de carne y hueso. Aunque los animes eran de carne y hueso, eran cosas completamente distintas. Alan sabía que no podría hacerlo.

El anciano, al parecer, se dio cuenta de eso, y de inmediato dijo: "Al pasar esta prueba, ya podrás aprender mis habilidades. Cuando eso pase, en este plano, ¡Nadie te podrá derrotar! Ya no serás invencible solo en ese pequeño bosque, ¡Serás invencible también en el mundo! ¿No quieres ser invencible ante todas las cosas de la existencia? ¡¿No quieres decidir tu propio destino!?"

Esas palabras impactaron al joven de quince años que era Alan en aquel entonces. Él quería, y lograría, ser invencible de nuevo...como lo fue en aquel infierno.

El anciano continuó y demostró que no era una mentira sus palabras: "Te mostraré una de mis mejores habilidades, la cual es casi invencible. Pero solo te mostrare el primer paso de los siete. La habilidad se llama Siete Pasos Asesinos" Con eso, el anciano dio un paso. Alan, en aquel entonces, solo vio que ese paso era completamente ordinario.

Pero entonces...

El anciano levantó su puño, para estar justo sobre su pecho. Y golpeó. Pero no fue un simple puñetazo. Todo el aire pareció distorsionarse, y cuando el puñetazo golpeo el aire, ¡Ese aire empezó a hacer sonidos como de crujidos, como si temiese a ese puño!

¡Alan de inmediato supo que este anciano no le mentía sobre ser invencible! No quería volver al orfanato, no quería que otras personas lo menosprecien, ¡Quería lograr decidir por él mismo su destino!

Fue así, como empezó a matar con resolución. Y no a animales, sino a seres humanos. Al principio, le dio asco. Luego, poco a poco, lo empezó a hacer sin dudar, sin emociones. Después de un año, ni pensó quienes y porque esas personas merecían ser asesinadas. Era una máquina de matar. Luego de un año, ese anciano, quien solo le daba asesinatos, dijo: "Lo volviste a hacer bien. Felicitaciones" Fueron palabras muy parecidas a las de aquel entonces cuando salió de aquel infierno de bestias.

Al fin, con dieciséis años, logró aprender las técnicas y habilidades casi demoniacas de ese viejo, quien al final lo tomó como su discípulo oficialmente. Aprendió muchas habilidades, y el mismísimo viejo le dijo que era un genio. En tan solo dos meses, logró aprender la mejor habilidad del anciano, Siete Pasos Asesinos. Y aunque no la había logrado perfeccionarla, sí había llegado increíblemente lejos.

Al anciano, esa habilidad le tomó decenas de años para perfeccionarla, y no había dejado en claro la cantidad exacta. Incluso ese anciano, de apariencia siempre sin emociones, fue sorprendido. Su rostro reveló sorpresa, algo que hizo reír bastante a Alan en aquel entonces.

Un día, su Maestro habló mucho, más de lo normal. Por esa razón, Alan no dudó en memorizar lo que dijo su Maestro en aquel entonces.

"Antes, en el principio de los tiempos, en este plano existieron nueve grandes clanes. Estos clanes reinaban sobre los cielos y la tierra. Podían hacer de todo. Matar, saquear, violar, etc. Y todo se debía a que tenían la fuerza. Pero fue entonces, que de la nada, pasó algo. Un desconocido, imposible saber si fue un hombre o mujer, apareció en sus tierras"

"Ese desconocido usó un contrato, al parecer, de alma. Ese contrato, se le llamaba el Contrato Eterno. Si alguien de los nueve clanes moría, el hombre moriría. Pero si el hombre moría, todas las personas de los nueve clanes morirían. Pero lo más aterrador de este contrato de alma no es esto, sino que es imposible de evitar. Si una persona que sabe este Contrato Eterno se cruza contigo, sin importar que sea más débil que tú, ¡No podrás escapar al Contrato Eterno! En ese momento, ¡Estarías conectado para toda la eternidad con esa persona! Tú Maestro le teme a muy pocas cosas, ¡Y esta es definitivamente una de ellas!"

"En cuanto a quien podría saber este contrato de alma, es imposible de decir. Por esa razón, siempre se debe matar al enemigo en un instante, sin darle tiempo. Si tienen ese contrato de alma, es imposible de saberlo, pero si no subestimas a ningún enemigo y los matas rápidamente, ¡Va a ser imposible que te cruces con el Contrato Eterno!"

...

"¿Cómo se me pudo olvidar eso...?" Alan estaba observando a Oriana en completo shock y terror. Nunca pensó que en este lugar, alguien pudiese tener el Contrato Eterno. Incluso su Maestro temía a este Contrato Eterno, por lo que él estaba en una situación mucho más precaria.

Se podría decir que, en este momento, ¡Alan estaba enfrentándose a la situación más difícil desde que llegó a este mundo!

Ascensión del Segundo Joven Maestro Sin IgualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora