Capítulo 85 "El mismo de siempre"
Lo que más le preocupaba a Alan actualmente era su padre. No podía dejar de pensar en lo que le podría pasar si el Clan Demoniaco atacase con algunos hombres mientras estuviese lejos. Aunque dejar a Gabriel le dejaba un poco más tranquilo, ¡Aun no era suficiente!
No pudo evitar suspirar, y volvió su cabeza a un lado. Allí, estaba Oriana, quien le miraba de forma maliciosa. Al ver que la estaba mirando, ella sonrió de forma perversa y dijo: "¿Te divertiste antes? ¡Porque esa va a ser la única vez que puedas estar tan cerca de una belleza como yo!" Al final, resopló de forma enojada.
Alan puso los ojos en blanco. Al final, sonrió de forma divertida y le dijo: "Puedes estar segura que ya me divertí con varias bellezas como tú. Te puedo decir cómo se llama el lugar; Gran Cielo"
Oriana le miró de forma sospechosa y le dijo: "¿Gran Cielo? ¿Qué lugar es ese?" Por dentro, Alan se reía y pensaba: 'Al parecer, ¡Su clan tan solo le enseño como matar y no sobre los placeres de la vida!' Con una sonrisa perversa, habló: "¡Un lugar de prostitución, obviamente!" Al final, soltó una risa 'lujuriosa'.
Los ojos de Oriana se abrieron de par en par y su rostro volvió a sonrojarse. Furiosamente, dijo: "Tí... ¡Maldito desgraciado! ¡Pervertido! ¡Malvado! ¡Maldito pervertido diabólico!"
Alan volvió a poner los ojos en blanco al escuchar cada insulto. Al ver que los insultos se volvían cada vez peores, al final habló, interrumpiéndola: "¡Para, para! ¡Me arrepiento de engañarte, pero para! Temo lo próximo que dirá esa boca sucia que tienes..."
En vez de calmarla, al parecer Alan hizo que la furia de Oriana estallase con más fuerza: "¿Sucia? ¡Tú eres sucio! ¡Demonio pervertido!" Alan, ya cansado de la chica, aceleró su ritmo, ignorándola por completo.
Gabriel estaba detrás de ellos, y su rostro estaba lleno de incredulidad. Era la primera vez que veía a Alan actuar como antes de que lo intentasen asesinar... Y al parecer, tenía una relación bastante especial con esta chica y no era tan solo un capricho como le dijo al Emperador.
En poco tiempo, llegaron finalmente a donde querían ir Alan y Gabriel, el lugar donde estaba Carlos. Al llegar, Alan se quedó completamente inmóvil parado delante de la puerta.
Al ser atendido por el Medico Imperial, estaba en una habitación de lujo y se notaba por los alrededores hermosos. Y sin embargo...el rostro de Alan no podía ser más serio.
Hace un momento, Alan estaba hablando con Oriana casi con una sonrisa en su cara. Pero ahora, todo su ser emanaba un aura sombría sin igual. Oriana estaba parada a su lado, un poco confundida con el repentino cambio de humor de Alan. Era entendible que su humor no durase mucho ahora que irían a ver como estaba su padre, ¡Pero fue demasiado drástico!
Detrás de ellos, Gabriel estaba igual de sorprendido. Aunque no dijo nada, no pudo evitar pensar: 'Aunque el pequeño Alan se demuestra fuerte e imparable por fuera, ¡Sigue estando extremadamente preocupado por su padre, sigue siendo un humano al final del día!' Aunque Gabriel no estaba demasiado errado, tampoco estaba totalmente acertado.
Luego de un largo minuto, sin que Alan no dijese absolutamente nada y tan solo emanaba un aura sombría y pesada, finalmente habló: "Por favor, quédense afuera por un momento. Quiero ver a mi padre a solas" Diciendo eso, no esperó una respuesta y entró a la habitación.
Gabriel suspiró y no dijo nada, permitiendo que Alan entrase sin interrumpirlo. En cuanto a Oriana, ella tampoco dijo nada. Si pudiese reunirse nuevamente con su familia, con su clan, ella también pediría espacio para dicha reunión. Y aunque Carlos estaba en coma y tardaría varios días más en despertar, seguía siendo una reunión en donde a Alan le gustaría hablar con su padre, aunque este no lo pueda escuchar.
...
Dentro de la habitación, Alan pudo ver a su padre en la cama. Estaba vendado en varias partes de su cuerpo. Se veía muy pacifico, y Alan no pudo evitar suspirar.
Agarró una silla y la puso al lado de la cama. Con pesadez, se sentó. Aun con un aura de pesadez, dijo: "Padre...no, Carlos, quiero contarte algo cuando despiertes"
Desde que Alan se enteró que su padre estaba en tal estado, se culpó. Aunque sabía que no era su culpa, ¡Aun así no se pudo evitar culpar! Su padre peleó ferozmente y con gran resolución para que el Clan Demoniaco no lo matase, sabiendo que estaba herido por la 'batalla' que tuvo contra la Princesa del Clan Diablo Sagrado. Y aunque no peleo solo por él, sino que también por todos en la Ciudad Santa, sí sabía que fue por él que tuvo una gran resolución y se arriesgó a luchar ferozmente contra el Santo del Clan Demoniaco.
Y Alan sabía que si estaba en peligro, ¡Nuevamente iría e intentar salvarlo, incluso a costa de su propia vida!
Y por eso...Alan debería contarle que...en realidad no era su hijo. En la vida de Alan, tanto en esta, como en la Tierra, su Maestro apenas le mostró un mínimo aprecio. Esto principalmente se debió a que su Maestro quería que lo viese como un Maestro y no como un padre, a palabras de él.
Aunque quería de igual manera a su Maestro, ahora, con esta persona que literalmente podía ver cuanto lo amaba con una sola mirada, todo su ser se llenó de una extraña sensación de culpa; Culpa de no decirle la verdad, de estar aprovechándose de alguien que ama a su hijo, a su propia carne y sangre.
Las únicas personas en este mundo que le mostraron aprecio y se preocuparon por él, sacando a su Maestro, tanto con sus emociones, gestos y acciones fueron Carlos y Gabriel.
Pero Alan sabía que esas preocupaciones, amor y cariño no eran para él, eran para el original Segundo Joven Maestro Blay.
Si Carlos y Gabriel no le hubiesen mostrado tanto afecto y cariño, a Alan no le hubiese importado tanto. Pero ahora...Alan tenía lo que siempre quiso en este mundo. Y eso no fue la fuerza o el poder, sino el amor de un padre.
Cuando Alan fue llevado por su Maestro, pensó que podría tener un padre, pero todo se volvió un infierno en un abrir y cerrar de ojos. Y cuando pensó que lo único que importaba era el poder y tener la fuerza suficiente para defenderse uno mismo, ¡Conoció a Carlos y Gabriel!
Si tan solo ellos no le hubiesen tratado bien, podría no haber albergado estos sentimientos ahora mismo. Pero ahora estaba preocupado por lo que esta persona podría hacer si su vida estaba en peligro. Y no quería perder a una de las tres personas que realmente lo quisieron en su vida. Y también, además de para proteger a Carlos, dejó aquí a Gabriel para que no arriesgase su vida en el campo de batalla donde la vida y la muerte eran completamente impredecibles.
Por lo tanto, decidió que cuando volviese, ¡Le contaría que realmente no era su hijo! ¡Rompería totalmente los lazos con Carlos y Gabriel para no ponerlos en ningún peligro!
Por primera vez en mucho, mucho tiempo, las lágrimas empezaron a caer desde los ojos de Alan. Con una sonrisa amarga, dijo: "Posiblemente me odies y tal vez me quieras matar, pero no me importa. No puedo mantener esta farsa por más tiempo. No puedo mentirles a dos de las tres únicas personas que se preocuparon por mí. Por eso, no cabe duda. Cuando vuelva, ¡Les contaré tanto a ti como a Gabriel que en realidad no soy el Segundo Joven Maestro Blay!" Al final, se tuvo que limpiar las lágrimas que caía de su rostro con su mano.
Y luego de un largo minuto de silencio, se dio dos palmaditas en su cara. Nuevamente, apareció su sonrisa de confianza usual. Cualquiera que viera sus ojos no se daría cuenta que hasta hace un momento hubiese estado llorando. Pero en lo profundo de esos ojos, se vería una pesadez sin igual.
Alan había vuelto a ser el mismo de siempre, lleno de confianza, astucia y arrogancia...
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Ascensión del Segundo Joven Maestro Sin Igual
ActionAlan murió, con su alma poseyendo otro cuerpo en un nuevo planeta. En este nuevo planeta, Alan tiene el estatus del segundo joven maestro de una de las grandes familias. Sigue a Alan en su camino, enfrentándose a innumerables oponentes como príncipe...