Capítulo 107 "¡Decisivo!"
Era imposible que ellos pudiesen saber que ambos pensaban de una manera tan similar. Tal vez, en otra vida, ellos podrían haber sido amigos muy íntimos, quizá hasta hermanos...
Pero en esta vida, ¡Estaban destinados a ser enemigos mortales, sin importar qué! Incluso si Alan estuviese enamorado de Karina, y decidiese casarse con ella, ¡Aun decidiría matar al padre de su amada!
La razón era muy sencilla; No podrían coexistir dos personas con pensamientos similares en un mismo lugar y que quisiesen lo mismo. Si tal cosa sucediese, tarde o temprano, usualmente más temprano que tarde, ¡Los problemas surgirían entre esos dos individuos!
Alan sabía esto. Por lo que incluso si se casase con Karina, aún decidiría matar sin dudar al Emperador, para asegurarse de que no le causase problemas en el futuro.
Ambos se miraron con una frialdad extrema. No dijeron nada por mucho tiempo. Hasta que finalmente, el Emperador le habló, mirándole con la misma frialdad que antes: "Ya que contribuiste tanto, ¡Entonces puedes obtener dos píldoras del reino carnal! Si alguna otra persona consiguió puntos de méritos como lo hizo el Segundo Joven Maestro Blay, ¡Entonces que dentro de un día venga a verme y le recompensare personalmente!" Con sus últimas palabras, demostraba que no le estaba dando privilegios a Alan. Cualquier persona que tuviese méritos de guerra podría venir y reclamar alguna recompensa dependiendo de qué tan fuerte era la persona a la que hubiese asesinado.
No obstante, las siguientes palabras del Emperador hicieron que muchos negasen con su cabeza con largos y tristes suspiros: "Sin embargo, no podrán ir a cortar cabezas luego de que la batalla termino. Si no agarraron antes las cabezas para demostrarme que ustedes los asesinaron, ¡Entonces no cuenta! Por no hablar de que deben tener a alguien que no pueda mentirme; como el Segundo Joven Maestro Blay tiene a mi hija, y confirmará sí sus palabras son verdaderas o falsas. Mañana expira cualquier recompensa. ¡Así que apresúrense si quieren alguna recompensa!"
Todos suspiraban. Aunque hubiese alguien sádico que hubiese juntado las cabezas, o hubiese sido lo suficientemente inteligente como para recolectar 'puntos de méritos', nadie hubiese pensado que deberían traer a un testigo con un estatus semejante a un príncipe o princesa. Al final, era imposible reunir todas las características.
¡Tan solo una persona de entre las cientos de miles aquí logró cumplir con esas características! Y esta persona, naturalmente, ¡Fue el Segundo Joven Maestro Blay!
Hasta hace pocos días, recibiría miradas de desprecio de la mayoría de las personas. Pero ahora, muchas miradas habían cambiado. En vez de desprecio, revelaban miedo o respeto...pero reinaba más el miedo...
Alan, al matar a estas personas del Clan Demoniaco, se hizo un nombre. Pero un nombre manchado de sangre. Cuando la gente escuchase sobre sus hazañas, ¡Sin duda le temerían enormemente! Aunque podría haber gente que le respete o admire, el temor sería sin duda la mayor emoción que sentirían al ver a Alan u oír sobre sus hazañas.
Pero a Alan no le importaba para nada esto. Miró con una expresión inexpresiva al Emperador al decirle: "Muchas gracias Su Majestad, ¡Espero que la recompensa pueda ser dada de inmediato!" Justo después de que dijo eso, ¡El Emperador sacudió su manga y una bolsa voló directamente hasta él!
Aunque se veía lenta, y sin fuerza, cuando Alan la agarró, ¡Su mano se sintió completamente entumecida! Pero no reveló ningún rastro de dolor. Al contrario, se mantuvo inexpresivo y abrió la bolsa. Al ver las dos píldoras del reino carnal, revelo una expresión de 'alegría'.
Su expresión fue obviamente para molestar al Emperador. En vez de sentir dolor, ¡Le demostraría que se sentía completamente bien!
El Emperador no mostró ningún cambio en su expresión, pero por dentro maldijo. Antes de que alguien pudiese decir otra cosa, Alan hizo una reverencia al decir solemnemente: "Su Majestad, ¡Le agradezco profundamente su caridad!" De inmediato, se giró a la Segunda Princesa e hizo una reverencia más: "Segunda Princesa, querida Karina, ¡Realmente te agradezco! Estoy seguro que en el futuro podremos llevarnos igual de bien..."
Aunque muchas personas creyeron que las palabras dirigidas a la Segunda Princesa eran románticas, los ojos del Emperador de repente parpadearon cuando pensó: '¡Así que sí había algo! Este chico definitivamente convenció a mi hija por algo a cambio... ¿Pero qué...?'
Finalmente, Alan miró a todos los presentes e hizo otra reverencia cuando volvió a hablar: "Y a todos ustedes, queridos espectadores, ¡Les agradezco profundamente su tiempo!" Alan de verdad les agradecía por su curiosidad. Si no tuviesen curiosidad, su plan no necesariamente podría salir bien. Pero conocía a las personas lo suficientemente bien como para saber que vendrían a ver porque el Emperador lo convocaba. Y usando eso a su favor, pudo extorsionar una recompensa al Emperador sin que este se pudiese negar. Si se negase delante de todos, aunque puede que no lo demuestren, muchos soldados se sentirían molestos al pensar que arriesgaban sus vidas por nada y eso podría afectar a la batalla por venir. No obstante, si pensaban que podían tener la misma idea y suerte que Alan, ¡Definitivamente pensarían que valdría la pena arriesgar sus vidas! Para eso, el Emperador les debería demostrar que si lograban una buena contribución, ¡Serian recompensados grandemente, justo como el Segundo Joven Maestro Blay! En ese momento, la resolución de todo el ejército en sí subiría a unas nuevas alturas, y podrían hasta recuperarse del duro golpe que recibieron por el Clan Demoniaco.
Esta fue la razón por la que el Emperador no se negó a darle las recompensas a Alan. Si Alan se hubiese reunido con el Emperador en privado, ¡Incluso temía que el Emperador pudiese matarlo en un ataque de ira! Por eso decidió sin dudar que una audiencia gigante mirase la charla entre él y el Emperador.
Alan, luego de tres reverencias seguidas, finalmente se fue. En poco tiempo, todas las personas se dispersaron, regresando a sus deberes. Pero muy dentro de sus cerebros, existía la posibilidad de poder obtener grandes recompensas... por tan imposible que fuese...
...
Varios minutos después, en el camarote del Segundo Joven Maestro Blay...
Alan estaba sentado de piernas cruzadas en su cama. En su mano izquierda llevaba una bolsa, la cual se encontraba mirando con profundidad. Luego de un momento, ¡Sus ojos de repente se llenaron de claridad!
Palpó su cuerpo y sacó de su bolsillo un cristal pequeño. Lo miró, y sus ojos revelaron una claridad aún mayor. Con una voz baja, y llena de decisión, dijo: "Tan solo usaría este cristal de rango siete si la situación era absolutamente necesaria. Con la guerra por venir, estando tan solo en el Reino Carnal Intermedio luego de avanzar con las recompensas del Emperador... ¡¡No será suficiente!!" Lleno de resolución, y con sus ojos parpadeando, continuó: "Si logro absorber exitosamente este cristal luego de llegar al Reino Carnal Intermedio, ¡Podría incluso avanzar exitosamente y llegar a ser un Experto en el Reino Carnal! ¡La cima del Reino Carnal! ¡¡Debo llegar a la cima del Reino Carnal!! ¡La falla no es una opción!"
Sus ojos brillaron llenos de crueldad. No hacía otra persona, sino consigo mismo. Actualmente, llegar al Reino Carnal Intermedio no resultaría tan difícil con las dos píldoras dadas por el Emperador. Pero usar el cristal de rango siete... ¡Era una cosa completamente diferente!
Recordó cuando avanzo con los cristales, y sintió un dolor extremo. Y esos cristales contenían una menor cantidad de poder marcial. Y ahora, este cristal de rango siete, ¡Le haría pasar un infierno de dolor mucho peor que aquellos dos cristales combinados!
¡Pero estaba decidido! Si no lograba llegar a la cima del Reino Carnal, salir con vida del campo de batalla sería un desafío sin igual. Por lo que se llenó de resolución, agarró las dos píldoras, ¡Y las tragó sin dudar!
Aunque este cristal de rango siete supuestamente podía hacer que uno pudiese avanzar al Reino Santo, Alan no esperaba que eso ocurriese. Sería soñar demasiado grande, ¡Pero estaría satisfecho con solo lograr alcanzar la cima del Reino Carnal!
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Ascensión del Segundo Joven Maestro Sin Igual
ActionAlan murió, con su alma poseyendo otro cuerpo en un nuevo planeta. En este nuevo planeta, Alan tiene el estatus del segundo joven maestro de una de las grandes familias. Sigue a Alan en su camino, enfrentándose a innumerables oponentes como príncipe...