Capítulo 59 "¡¿Tienes las bolas para decir eso de nuevo!?"

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Capítulo 59 "¡¿Tienes las bolas para decir eso de nuevo!?"

Actualmente, el padre del Joven Maestro Luca, Leandro, estaba sentado al lado de su hijo, el cual claramente había sido humillado de una forma increíble frente a toda la aristocracia. En un principio, obviamente no quería meterse entre estos dos. Y aunque quisiese, quedaría mal meterse con la generación joven frente a toda la aristocracia observándolos. Pero jamás pensó en siquiera meterse, ya que nunca pensó que su hijo seria humillado por el Segundo Joven Maestro Alan, quien era una basura. Pero un momento después, sin siquiera pasar dos minutos, las palabras del Segundo Joven Maestro Alan fueron tan mortales que si él mismo estuviese en la posición de su hijo, estaría igual de jodido y no sabría qué decir.

Así, sin más opción, ¡Tuvo que usar su autoridad! Abrió sus ojos, brillando con frialdad y furia, dijo: "¡Cállate! ¡Si no te vas de aquí dentro de cinco segundos, no me importara hacer el trabajo de tu padre!" Al escuchar las palabras de Leandro, todos sintieron que este show ya se estaba yendo un poco de las manos...

Pero entonces, vino algo que hizo que le echase más leña al fuego a la pelea verbal. Sin perder un segundo, el Segundo Joven Maestro Alan observó al padre de Luca, y su voz se alzó, casi gritando fuertemente: "¿El trabajo de mi padre? ¿Esas palabras que quieren decir?" Por supuesto, Leandro no perdió el tiempo y le contestó de inmediato, sin pensarlo mucho: "Lo que quiero decir, claramente, ¡Es castigarte!" Muchas personas de repente dejaron de aguantarse la risa, y sus rostros de repente se pusieron serios. Como todos aquí eran de la nobleza y aristocracia, sabía que las palabras que acababa de decir Leandro podrían ponerlo en un lugar difícil si el Segundo Joven Maestro Alan usaba bien sus palabras...

Y no tuvieron que esperar mucho para escuchar sus palabras: "¿Castigarme? ¡¿Estas insinuando que mi padre no hace bien su trabajo!? Con tu estatus y fuerza, ¡Apenas puedes enfrentar a nuestro guardaespaldas Gabriel, pero aun así insinúas que puedes hacer mejor el trabajo de mi padre! ¡¿Cómo te atreves a decir eso!? Sabes que, ¡Mejor di esas palabras cuando seas oficialmente el Jefe de Familia de la Familia Novan! Ahora mismo, ¡Solo eres un perro faldero detrás de tu padre! Así que, ¡¿Tienes las bolas para decir esas palabras nuevamente!?"

Silencio. Se hizo un silencio mortal. Nadie que escuchó las palabras del Segundo Joven Maestro Blay hablo, se rio o hizo algo. Muchos actualmente, tan solo pudieron abrir sus bocas en estado de shock. Cielos, las palabras de este chico son demasiados venenosas...esos fueron los pensamientos de la mayoría de las personas aquí. No solo eso, sino que también se atrevió a decir que Leandro era un perro faldero que estaba detrás de su padre, ¡¿Y él no era lo mismo!?

Pero no dijeron nada. Muchos temían que este chico los humillase de igual manera en una contienda verbal. Y no solo por eso, sino que lo que decía era mitad verdad, ya que el actual Leandro había cometido un verdadero error al decir que podría hacer el trabajo de Carlos, el actual Jefe de Familia de la Familia Blay. Claramente, no tenía el suficiente estatus para decir esas palabras. A lo sumo, podría regañar ligeramente al Segundo Joven Maestro Alan. El único en la Familia Novan que podía decirle esas palabras directamente al Segundo Joven Maestro Alan seria el propio Jefe de Familia de la Familia Novan, ¡Lautaro Novan! Pero alguien como él, con su estatus, no se rebajaría a decir eso públicamente, y mucho menos a alguien como el Segundo Joven Maestro Alan, quien era seguramente el mayor libertino y basura de la Ciudad Santa.

Actualmente, Leandro estaba igual que su hijo; Sin palabras. No sabía que decir ni cómo responder a lo que dijo Alan. Claramente, estaba perdido. Para alguien de su posición, esto era raro. Sin otra opción, observó a la persona sentada a su lado... ¡El Jefe de Familia de la Familia Novan, Lautaro Novan!

Aunque el rostro de Lautaro estaba completamente tranquilo, por dentro estaba incomparablemente furioso. No quería meterse en esto, ya que era humillante tener que encargarse personalmente de alguien como Alan. Pero sin otra opción, observó fríamente a Alan. No dijo una palabra, tan solo lo observó.

Cuando Alan sintió la mirada, por dentro reía fríamente, pensando: '¡Este idiota cree que con solo una mirada puede presionarme para irme! Bien, ¡Démosle lo que quiere! ¡No quiero presionar demasiado mi suerte! ¡Ya fue suficiente humillar al dúo de padre e hijo!' De repente, ante la mirada del gran Jefe de Familia de la Familia Novan, el cuerpo del Segundo Joven Maestro se encogió con 'miedo'. Dándole una mirada 'aterrorizada', se alejó de ellos, hacia donde se encontraba su padre sentado, el cual lo miraba con incredulidad en la profundidad de sus ojos. Anteriormente, cuando lo quiso detener, fue demasiado tarde. Pero también quería saber qué era lo que haría, así que en realidad le permitió un poco que fuese y no lo trajo de vuelta, pudiendo hacerlo. Pero en menos de cinco minutos, en realidad su hijo... ¡Había humillado completamente al dúo de padre e hijo de la Familia Novan!

Aunque sabía que el miedo de su hijo era falso, miró con enojo a Lautaro, pensando: '¡Metete con alguien de tu fuerza y estatus!' Con esos pensamientos, resopló con gran furia, mirando con aun más intensidad a Lautaro.

Lautaro obviamente sintió la mirada de Carlos, por lo que dejó de mirar de inmediato a Alan al ver que se iba con, lo que él creía, miedo. Suspiró y lanzó una mirada furiosa a su hijo y nieto. Realmente no entendía cómo pudieron haber perdido en una pelea verbal contra alguien como el Segundo Joven Maestro de la Familia Blay. Cuando se fuesen de aquí, no dudaría en castigarlos severamente a los dos. En especial a su hijo, por cometer semejante error estúpido de decir esas palabras, con las que se condenó a sí mismo.

Ascensión del Segundo Joven Maestro Sin IgualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora