Capítulo 87 "¡Zarpando!"

181 26 1
                                    


Capítulo 87 "¡Zarpando!"

Tanto la mente como el corazón de Alan estaban hechos un desastre espantoso. Al final, suspiró y se recostó cansadamente contra la pared. Con una sonrisa amarga, se dijo así mismo: "Supongo que una de las pocas cosas que temía aquel viejo bastardo serían las mujeres..."

Se apretó la cien, como si estuviese pensando con demasiada dureza. Al final, volvió a suspirar. Y luego de varios segundos, suspiró por tercera vez seguida: "Realmente...ya estoy cansado incluso antes de comenzar la batalla contra el Clan Demoniaco. Esa chica es el verdadero demonio..."

Suspirando por cuarta vez, cerró los ojos, contemplando muchas cosas y pensando varias formas de lograr sus objetivos...

Finalmente, luego de varios minutos estando completamente inmerso en sus pensamientos, abrió sus ojos, los cuales revelaron una claridad sin precedentes: 'Ahora que la pequeña criada protege a mi padre, ¡No cabe duda de que incluso Expertos en el Reino Carnal tendrían difícil tocarle siquiera un pelo de su cuerpo con las habilidades de esa chica!' Con los ojos muy claros, volvió a la habitación en donde estaba su padre...

...

Alan había regresado brevemente a la residencia de la Familia Blay ya que quería hablar con alguien que hace bastante no veía; Bruno, su guardaespaldas personal.

Con todos los problemas que tuvo estos días, apenas le pudo dar una visita a esta persona. Y al parecer, Bruno no se sintió molesto con esto, ya que no lo había ido a visitar tampoco en este tiempo.

Alan llegó frente a la residencia que su padre le había dado a Bruno, y habló: "Sé que ya me viste llegar. Sal." Su voz fue tranquila, pero se extendió por todo el lugar.

Inmediatamente después de que dijese eso, una persona salió de la residencia frente a él.

Bruno le dio una mirada complicada. Aunque no había ido a la Asamblea de Paz y no sabía completamente sobre el Clan Demoniaco, si supo que el padre de Alan, Carlos, había terminado seriamente herido.

"Iremos a la guerra" Lo primero que le dijo Alan después de no haber visto por algo de tiempo fueron estas palabras, que impactaron a Bruno. Antes de que pudiese siquiera reaccionar por completo, Alan continuó: "No te preocupes, ¡Tú te quedarás a cuidar a mi padre! ¿No te dije que habría cosas buenas por ser mi guardaespaldas personal?" Una leve sonrisa se extendió por la boca de Alan.

...

El siguiente día, aunque parecería un día normal a simple vista, ¡Todos se dieron cuenta de inmediato la sombría presión que caía sobre la Ciudad Santa!

Nadie sabría cómo irían las cosas cuando zarpasen hacia el Clan Demoniaco. Quien viviría y quien moriría. O quien ganaría o perdería. Pero una cosa era segura; Se perderían vidas. Tal vez cientos de miles...

Naturalmente, al saber que destino estarían enfrentando, muchas personas que irían por primera vez a una batalla de esta escala estarían llenas de presión y una pesadez sombría a su alrededor.

Tanto nobles como los militares primerizos estaban nerviosos, haciendo que esto se trasladase incluso a los más experimentados guerreros...

...

Con esa atmosfera increíblemente sofocante, las personas salieron de sus habitaciones, hogares y residencias. Entre ellos estaba el Segundo Joven Maestro Blay, quien sostenía en su mano una carta.

Miró por un momento la carta al pensar: 'Así que estaré en el barco de la Segunda Princesa...' A Alan no podía importarle menos a que barco fue asignado.

Ascensión del Segundo Joven Maestro Sin IgualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora