Capítulo 56 "¡La Familia Real ya no será la Familia Real!"

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Capítulo 56 "¡La Familia Real ya no será la Familia Real!"

Alan volvió a meter la cabeza dentro del carruaje, aun llevando una sonrisa tranquila. Frente a él, su padre tenía un rostro sombrío, cuando preguntó: "¿Qué quieres decir?"

"La Familia Novan y la Familia Baker llegaron antes. Conociendo a esos viejos zorros, ¡Seguro se burlaran de nosotros ahora que tienen la oportunidad! Bueno, tal vez solo el viejo Aron. El viejo idiota de Lautaro tal vez sigue demasiado enfurecido como para molestarte en estos momentos" Alan dejó escapar una risa, completamente tranquilo. Si alguien lo viese ahora mismo, creerían que estaba yendo a encontrarse con unos viejos amigos en vez de con gente del Continente Diablo.

Aunque Carlos estaba preocupado de encontrarse con la gente del Continente Diablo, no pudo evitar soltar una sonrisa al escuchar mencionar a Lautaro y lo enfurecido que habría quedado con la desaparición de los cristales.

Justo cuando terminaron de hablar, el carruaje se detuvo de repente. Carlos habló tan rápido como se detuvo: "Vengo siempre al Palacio Imperial. Y sé que aún faltan tres calles para llegar. ¿Por qué nos detenemos?" Alan no dudó y volvió a asomar la cabeza por la ventana de carruaje.

"¡Ahora llegaremos incluso más tarde!" Frente a sus ojos, delante de ellos aparecieron de repente dos carruajes de color dorado. Iban incontables guardias imperiales rodeando ambos carruajes. Estos carruajes, pertenecían a los dos príncipes, hijos del Emperador y hermanastros de la Segunda Princesa.

El carruaje de la Segunda Princesa iba delante del carruaje de la Familia Blay, pero no se detuvo. La razón del porque Gabriel detuvo el carruaje fue simple. Se debía a que la Familia Blay tenía que mostrar su respeto a ambos príncipes y esperar a que bajasen del carruaje y los guardias imperiales se dispersasen. Pero naturalmente, ¡La Segunda Princesa no tenía que mostrar ese respeto ya que ella tenía el mismo estatus que ellos!

Alan supo de inmediato que estaba por ver un buen espectáculo. Sus ojos juzgaron toda la situación con mucha velocidad. Los carruajes de los dos príncipes iban a la par, no queriendo ninguno quedarse atrás del otro. Al parecer, estaban dándolo todo para llegar uno primero y dejar al otro atrás. Esto ya de por si demostraba lo fea que era la relación entre ellos y lo tensa que se encontraba la situación actual.

Pero de repente, apareció el carruaje de la Segunda Princesa en la escena, cosa que hizo las cosas más complicadas. Y a juzgar por el repentino aumento de velocidad que tomó el carruaje de la Segunda Princesa, era obvio que ella tampoco quería quedarse atrás en este conflicto y también quería llegar primero.

Alan se rió de buena gana, pensando: '¡Estos chicos están intentando demasiado duro tener el favor de su padre! Es la primera vez que veo a estos dos príncipes, ¡Pero ya los considero idiotas! En vez de tener que jugar una carrera entre ellos, si yo fuese uno de ellos, ¡Hubiese comprado una residencia cerca del Palacio Imperial para vivir siempre cerca del Palacio Imperial! Así, ¡Llegaría de inmediato al Palacio Imperial cuando una situación así se ocurriese! Pero míralos ahora, jugando una tonta carrera entre ellos...' Alan no pudo evitar suspirar y negar con decepción.

Primero, la Segunda Princesa era una adolescente tonta y que era fácilmente controlable a juzgar por las reacciones que tuvo al hacer los gestos pervertidos de ayer. Y ahora, los dos príncipes, aunque no los conocía personalmente, ya los consideraba insuficientes en lo que se refiere a inteligencia.

"El Emperador debe de estar decepcionado por tener hijos así..." Alan dejó escapar una sonrisa divertida cuando observó como estaba por terminar el espectáculo.

El carruaje de uno de los príncipes chocó ferozmente contra el del otro príncipe. Por esto, el carruaje chocado tuvo que detenerse para poder estabilizarse. Y gracias a esto, el carruaje que lo chocó tomó la ventaja, llegando primero a la entrada del Palacio Imperial. Y justo después de que llegase, ¡El carruaje de la Segunda Princesa también llegó! Y por último, el carruaje chocado llegó, con las sombrías cara de varios de los guardias que rodeaban el carruaje que llegó último.

Justo cuando el carruaje de la Segunda Princesa había llegado, una persona bajó del primer carruaje. Esta persona era el Príncipe. Su rostro era guapo, y su cuerpo era flaco, llevando un largo pelo atado en una cola de caballo. Miro con desprecio a ambos carruajes, tanto el de su hermanastra como el de su hermanastro y entró en el Palacio Imperial sin perder más tiempo. Junto a él entraron una bella criada y un musculoso guardia.

Luego fue la Segunda Princesa, que entró con Oriana, quien miró por un momento hacia atrás, y Mario, quien llevaba un rostro frio. La Segunda Princesa ni se molestó en mirar al restante carruaje que llegó último.

Del último carruaje, bajó un chico igual de guapo que del primero. Pero había algo diferente y obvio en este joven cuando se le comparaba con el otro príncipe. En comparación con el Príncipe, el Segundo Príncipe era musculoso y daba un aura tiránica. El Príncipe, en cambio, daba un aura relajada y refinada. A simple vista, era obvio quien era más fuerte y quien no por las apariencias. Y la arrogancia del Segundo Príncipe se dejaba ver ya que él no llevaba ningún guardia personal. Confiaba completamente en su fuerza. Aunque usualmente llevaba un porte arrogante y tiránico, esta vez, al bajar de su carruaje, llevaba un rostro incomparablemente sombrío. Al bajar, dejó escapar un resoplido y caminó hacía la entrada del Palacio Imperial.

Al ver terminar el espectáculo, Alan volvió a meter su cabeza dentro del carruaje, con su rostro tranquilo, pero con una sonrisa divertida aun colgando en su boca.

Su padre lo miró de forma sombría al verlo con esa sonrisa, y le dijo: "Pequeño mocoso, ¿Te ríes de las tontas escaramuzas que tienen esos príncipes y la Segunda Princesa? Pues déjame decirte, ¡Esas pequeñas escaramuzas podrían llevar a la destrucción de la Dinastía Santa en un futuro!" Su voz era seria.

Alan todavía sonreía, al decir: "Padre, creo que te equivocas en algo" Su sonrisa de repente se hizo más pronunciada al igual que maliciosa: "¡En el futuro puede que esta Familia Real ya no sea la Familia Real! ¡Así que las pequeñas escaramuzas entre hermanitos tontos no pondrán en ningún peligro al Continente Santo!"

¡Su padre se sobresaltó al oír estas palabras!

Ascensión del Segundo Joven Maestro Sin IgualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora