Capítulo 79 "¡Tuvo que ser el Clan Demoniaco!"

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Capítulo 79 "¡Tuvo que ser el Clan Demoniaco!"

Aunque su cuerpo no se podía mover, si su mente. Luca estaba en un estado de absoluta locura. Estaba intentando comprender... ¡Como es que alguien como Alan podía tener esta increíble fuerza!

Entre gritos de dolor agonizante, pudo decir algunas palabras: "Alan, maldito bastardo, ¡Detente! ¡¿Sabes qué clase de crímenes estas cometiendo!? ¡¡El Emperador no te dejara ir!! ¡¡Definitivamente te ejecutara!!" Estaba demasiado desesperado, y la única carta que se le ocurrió fue la del Emperador. No dudó en amenazar a Alan con el Emperador.

Pero estaría decepcionado. Lo único que recibió fue una risa fuerte de Alan y unas palabras llenas de burla e intención asesina: "¿Crímenes? ¡Tú debiste haber pensado que clase de crímenes estarías cometiendo al intentar asesinarme! Y no una vez, ¡Si no que dos veces! En cuanto al Emperador, ¡¿Crees que me importa!? En el futuro, ¡Yo seré quien lo ejecute si me molesta!" Mientras hablaba, avanzó rápidamente hasta estar al lado de Luca. Los ojos de Alan estaban llenos de desprecio y furia. En sus manos aun sostenía la daga con la que había asesinado a los dos Expertos en el Reino Mortal.

Con una velocidad sorprendente, apuñaló el estómago, pecho, hombros, cintura, rodillas, pies y manos del Joven Maestro Novan. Luca gritó de una forma extremadamente dolorosa y agonizante. Para Alan, sus gritos eran semejantes a los cerdos a punto de ser sacrificados para ser comidos.

Sin tener un menor indicio de misericordia, volvió a reír. A los oídos de agonizante Luca llegaron unas escalofriantes palabras: "Ya que morirás hoy, No necesitaras lo que tienes en la entrepierna, ¿verdad?"

Un momento después... un grito que superó a cualquiera de los anteriores se pudo escuchar de la boca del Joven Maestro Novan. Y luego otro y otro... En total fueron tres gritos capaces de dejar a los otros en ridículo...

Al terminar, un charco de sangre repugnante se había reunido alrededor de la entrepierna del Joven Maestro Novan...

Para cuando terminó de hacer esto, Alan desactivo la presión. En un parpadeo, la presión desapareció por completo, como si nunca hubiese estado en primer lugar. La única persona con vida que quedaba en la Familia Novan ahora era Luca. Pero bueno, más que con vida se podría decir que estaba casi sin vida... Ni siquiera se podía mover en lo absoluto y ya ni siquiera gritaba. En cambio, dejaba salir sollozos y palabras inentendibles.

Todo alrededor de ellos había sido destruido. Nada. No quedaba absolutamente nada además de Luca y Alan en la Familia Novan. El rostro de Alan no mostró ni una pizca de misericordia al realizar todo esto.

Sabiendo que el Emperador pronto actuaria, no dudó y apuñaló la frente del Joven Maestro Novan. Al mismo tiempo, le dijo: "No te preocupes, ¡Pronto tu padre y abuelo te acompañaran!" Dejando esas palabras en el ya muerto Luca, desapareció con toda su velocidad...

Aunque todo esto toma un tiempo en describirse, ¡La verdad es que tan solo habían pasado dos minutos desde la llegada de Alan y la destrucción de una de las familias más fuertes en el Continente Santo!

...

Varios minutos después, varias auras poderosas aparecieron en la completa y absolutamente destruida Familia Novan. Entre ellos, estaba el Emperador y Aron Baker.

Todos quedaron mudos ante la muerte y destrucción dejada atrás por el responsable. Pero el asombro lo tuvieron cuando vieron como había muerto el Joven Maestro Novan.

Incluso el Emperador, acostumbrado a las batallas y a la guerra se tuvo que contener de las ganas de vomitar. Si él estaba así, no habría que hablar de las otras personas. Y aunque el Emperador uso todo el poder espiritual que pudo, el cual abarcó toda la Ciudad Santa, ¡No pudo encontrar nada!

Aron, que estaba al lado del Emperador, le dijo: "Su Majestad, ¿Cree que los responsables hayan sido del Clan Demoniaco?" El Emperador no dijo nada por varios minutos. Pero al final, asintió y suspiró al decir: "Definitivamente tiene que ser el Clan Demoniaco. Si no, ¿Cómo podrían destruir a la Familia Novan tan rápido? Y, ¿Quién haría semejante matanza y masacre? Aunque la Familia Novan tenía muchos enemigos, ¡Nadie sería tan cruel como para no dejar escapar ni siquiera a los criados y sirvientes! Por lo tanto, todas estas cosas solo llevan a un responsable que siempre hacia esto con sus enemigos en la antigüedad... ¡El Clan Demoniaco!" Luego de un momento, continuó: "A partir de mañana, no, ¡Dentro de dos horas sonaremos nuevamente la campana para que todos se reúnan nuevamente! ¡Toda la aristocracia vivirá en el Palacio Imperial desde ahora hasta que la amenaza del Clan Demoniaco sea neutralizada! Joan, ¡Prepara el Palacio Imperial en ese tiempo!" Joan asintió con una cara grave.

El Emperador nunca podría haber conectado al Segundo Joven Maestro Blay. Aunque sabía que era más de lo que aparentaba gracias a la intención asesina que había desatado cuando vio a su padre seriamente herido y en peligro de muerte, ¡No podía creer que hubiese destruido a la Familia Novan en tan solo dos minutos! Por eso, no había ni siquiera pensado por un momento que Alan hubiese tenido que ver con la destrucción de la Familia Novan...

...

Con la velocidad de Alan, ya hace mucho había salido de la Ciudad Santa sin que nadie se diese cuenta. No perdió tiempo porque sabía que si el Emperador llegaba un momento antes, aun con toda su fuerza y velocidad, ¡Seria descubierto! En ese momento, definitivamente moriría. Al salir de la Ciudad Santa, suprimió toda su furia e intención asesina que aún le quedaban. Aunque había masacrado a la Familia Novan, ¡Aun deseaba matar y masacrar por lo que le había ocurrido a su padre!

Tuvo que calmarse mentalmente repitiéndose lo mismo continuamente: '¡El Clan Demoniaco será el próximo! ¡El Clan Demoniaco será el próximo!...' Al final, luego de treinta minutos, logró calmarse completamente.

Luego de calmarse, se quedó pensativo: 'Si el Emperador es cuidadoso y no quiere que vuelva a suceder esto al pensar que fue el Clan Demoniaco, ¡Definitivamente hará que toda la aristocracia y personas importantes puedan estar resguardadas o cerca suyo para protegerlas! Por lo tanto, ¡Debo apurarme por si convoca nuevamente a toda la aristocracia de nuevo!'

Usando nuevamente su máxima velocidad, regresó a la Familia Blay. En el camino, fue extremadamente cuidadoso por si el Emperador seguía buscándolo. Primero, rodeó toda la Ciudad Santa viendo si alguien estaba usando el poder espiritual para intentar localizarlo. Luego de comprobar que no, se escabulló por una de las entradas y logró entrar a la Ciudad Santa. Y siendo extremadamente cauteloso, tardó otros treinta minutos en llegar a la Familia Blay. Con su velocidad, hubiese tardado a lo sumo diez minutos o incluso menos. Pero iba con cuidado y bastante lento por si algo ocurría.

Al final, logró llegar a la Familia Blay con seguridad y pudo finalmente soltar un suspiro de alivio. Le contó todo a Gabriel, quien, aunque sabía que ya había ocurrido algo con la Familia Novan, ¡No pudo evitar quedar en shock y asombrado!

Aún sorprendido, dijo: "Alan, ¡Debiste haber dejado que al menos los sirvientes y criados se escapasen! Si se llegan a enterar que fuiste tú, ¡Serás absolutamente repudiado por haber matado inocentes por todas las personas del Continente Santo!" Aunque estaba acostumbrado a matar, incluso él sabía que Alan había ido demasiado lejos.

Alan simplemente resopló con frialdad. Con una tranquilidad inquietante, dijo: "¿Realmente crees que tenía tiempo para dejar que los criados y sirvientes escapasen? ¡Debía hacerlo increíblemente rápido si no quería que el Emperador me atrapase! Si hiciese falta, ¡Mataría a millones de personas inocentes sin siquiera pestañear si eso significa salvar mi vida, la tuya y la de mi padre!"

Escuchando eso, Gabriel suspiró y se quedó callado. Si hiciese falta, también haría lo mismo. Así que no podía decirle nada en contra a Alan. En un parpadeo, pasó otra hora. Y entonces... ¡Las campanas sonaron nuevamente tres veces seguidas!

Ascensión del Segundo Joven Maestro Sin IgualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora