Ascensión del Segundo Joven Maestro Sin Igual

Capítulo 61 "Su Majestad, ¿Acaba de decir mi nombre?"

Capítulo 61 "Su Majestad, ¿Acaba de decir mi nombre?"

Se hizo un silencio mortal; Nadie dijo una palabra. Muchas personas muy importantes, entre ellas los jefes de familias de las Tres Grandes Familias, Carlos, Luciano y Aron, pusieron una cara sombría que desapareció tan pronto como apareció. Joan, al lado del Emperador, puso una cara igual de sombría. No obstante, él no la ocultó como los demás. En cambio, miró pensativamente a una persona. No miro al Anciano Val, ¡Sino a la Princesa del Clan Diablo Sagrado!

El Emperador tomó un respiro, pensando por un momento. Luego de un momento de pensar, habló, con una sonrisa forzada en su boca: "Claro que podríamos hacer que la generación joven compitiese. Sin embargo, no veo a nadie más que la señorita del lado del Continente Diablo. Por lo tanto, ¿Cómo sería una competencia justa?" Sin importar que, no debía dejar que la competencia se lleve a cabo. Si perdían, perderían mucho respeto. Más aún, si perdían contra una sola chica, sin importar si ella fuese o no la Princesa del Clan Diablo Sagrado. Y también, si perdían, perderían en su territorio, haciendo que todo el asunto sea incluso más humillante de lo que ya era. E incluso si ganaban, realmente no ganaban nada. No importa que, el Continente Diablo no sería humillado si perdía una sola chica que luchó contra toda la generación joven del Continente Santo. Y al final, si perdían, el Continente Diablo seguiría ganando algo; El respeto de mandar a una señorita a luchar ferozmente contra toda la generación del Continente Santo sola.

Obviamente, ¡Estaban igual de jodidos sin importar si ganasen o no! Sabiendo esto, el Emperador no dudó y dijo la excusa de 'competencia justa' para intentar rechazar la propuesta. No obstante, no esperó que el Anciano Val no fuese el que contestase su rechazo, sino la señorita: "¿Por qué rechazas la competición? ¿Sera que los jóvenes del Continente Santo son todos unos inútiles y cobardes? ¡Cómo se esperaría de un lugar que se llama 'santo'!" Su voz fría resonó por todo el lugar, haciendo que todos la mirasen con muchas miradas de furia.

El Emperador mismo estaba furioso, pero no se rebajaría a contestar con una represalia a alguien de la generación joven. Antes de poder ocurrírsele algo, el Anciano Val habló, llevando una sonrisa de 'disculpa' en su rostro: "Lo siento, lo siento. Cuando lleguemos a casa, ¡Disciplinare a esta muchacha por tan mal comportamiento! ¡Realmente espero que la perdone, Su Majestad!" Al final, miró con 'reproche' a la Princesa del Clan Diablo Sagrado. Por supuesto, todo lo que dijo era un acto. Seguramente, estas palabras ya las habían practicado entre ellos para este momento.

Actualmente, el Emperador tenía unas largas líneas negras en su rostro. Si se negaba, sería justo como dijo la Princesa del Clan Diablo Sagrado; Serian considerados unos inútiles y cobardes. Y aunque quisiese ocultar este hecho de las personas del Continente Santo, seria básicamente imposible. Y aunque pudiese hacerlo, estaba seguro que los espías que tenía el Continente Santo esparcirían las noticias de cómo había procedido este pedido de competición. Al final del día, ¡Aun se verían como una broma ante los ojos del público!

Alan, que estaba recostado en su silla, de repente se puso serio, pensando: '¡Realmente interesante! Con un par de palabras, ¡Ese anciano y la muchacha hicieron que el Emperador este en una posición extremadamente precaria! Sin duda, son un par formidable...' Después de pensar eso, dio un asentimiento casi involuntario por lo bien que trabajaban juntos. Probablemente, en la tierra podrían obtener algún buen premio de actuación, pensó Alan divertidamente.

Aunque Alan pudo mantener la tranquilidad ante toda la situación, muchos no. Y esto lo mostraron en sus rostros, que mostraban claramente cuan furiosos estaban. Algunos fruncían el ceño pesadamente, otros apretaban sus dientes y otros fulminaban con la mirada tanto a la muchacha como al anciano.