Capítulo 57 "¿Casualidad?"

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Capítulo 57 "¿Casualidad?"

¡Traición! ¡Esas palabras eran básicamente traición hacia el Imperio Santo actual! Si alguien leal al Emperador escuchase las palabras de Alan, o los enemigos de la Familia Blay las escuchasen, ¡Entonces se podría decir que la ejecución del Segundo Joven Maestro estaría decidida en un instante! ¡Ni siquiera Carlos podría hacer algo para salvarlo!

El rostro de Carlos se crispó por completo, y con una voz oscura, dijo: "¡No digas esas cosas hijo! ¡Mucho menos tan cerca del Palacio Imperial!" Justo cuando hablo, el carruaje empezó a moverse nuevamente.

Los ojos de Alan se volvieron fríos cuando dijo: "Ya te lo dije padre, ¡La Familia Real es nuestro enemigo! ¡Esa lealtad que tienes hacia la Familia Real te podría matar algún día!" Alan despreciaba la lealtad que tenía su padre hacia este Emperador. No obstante, no diría esto tampoco, pero sus palabras dejaban bastante a la vista lo que pensaba del Emperador actual y todo en general del Imperio Santo actual.

Carlos lo observó por un buen tiempo, pero al final no dijo nada y solo suspiró. Negó con su cabeza, y ya no miro más a su hijo. No hablaron más hasta que el carruaje se volvió a detener, ya en la puerta del Palacio Imperial.

...

Momentos antes...

En el segundo piso del Palacio Imperial, dos hombres estaban mirando por una de las ventanas a las calles, donde los dos príncipes y la Segunda Princesa se encontraban todavía en sus carruajes intentando llegar primero.

Uno de los hombres estaba en sus sesenta años, pero su rostro no mostraba ni una arruga en su rostro. Y de hecho, se le veía de alguien de cuarenta años o incluso menos. Su pelo largo, completamente negro, le colgaba hasta su cintura. Era de estatura mediana, pero daba un aire de majestuosidad increíble. Cualquier persona ordinaria que lo viera de inmediato querría alabarlo. Esta persona, ¡Era el grandioso Emperador actual del Continente Santo!

A su lado, el otro hombre, era un anciano. Al contrario que el Emperador, a este anciano si se le notaba su edad. Ya tenía setenta años, y su rostro estaba con muchas arrugas. Todo su pelo ya era canoso, al igual que su barba. Este anciano estaba encorvado, mirando en silencio lo que sucedía en las calles. Después de un momento, dejó escapar un suspiro, como avergonzado.

El Emperador sacudió su cabeza, al decir amargamente: "Joan, no entiendo porque suspirar. Ellos no son tus hijos, son mis hijos. Yo debería ser el que suspire de vergüenza" Y de hecho, justo después de hablar, el Emperador dio un largo suspiro. En ese suspiro, no había solo vergüenza, sino que también amargura.

El anciano negó con la cabeza, al decir: "Deje de bromear Emperador. Es el error de los dos por haberlos criado de esta forma" Miró con tristeza al ver como el Príncipe entraba al Palacio Imperial y la mirada de arrogancia en su cara al ser el primero en entrar.

"No es eso lo que me molesta. Lo que más me molesta es que no usen la cabeza. Para ser Emperador, no se debe tener solo la fuerza, ¡También se debe tener la cabeza! Es increíble como a ninguno no se le ocurrió comprar una vivienda cerca de aquí. Si alguno hacia eso, entonces para cuando ocurriese una llamada de emergencia como esta, ¡Estarían aquí de inmediato! Pero míralos... ¡¿No están haciendo tan solo el ridículo!?" Al final, el Emperador no se pudo contener y terminó gritando en voz baja por el ridículo que estaban haciendo sus hijos.

En ese preciso momento, la Segunda Princesa llegó y bajó del carruaje. Sin perder un segundo, entró al Palacio Imperial. Joan sonrió al ignorar por completo al restante Segundo Príncipe y observó a lo lejos. Su mirada cayó directamente sobre el carruaje de la Familia Blay, que estaba completamente quieto. Aun con una sonrisa, dijo: "Al parecer, el viejo bastardo de Carlos aún está tranquilo y no está demasiado enfurecido por el intento de asesinato a su hijo. Si estuviese verdaderamente enfurecido, hubiese ignorado la llegada de los príncipes y la Segunda Princesa y hubiese seguido con su carruaje sin detenerse. Eso es algo bueno"

El Emperador asintió, pensando exactamente lo mismo. A la vez que asentía, el Segundo Príncipe entró al Palacio Imperial. Fue en ese preciso momento que el carruaje de la Familia Blay empezó a moverse nuevamente.

Cuando el carruaje de la Familia Blay empezó a moverse, Joan volvió a hablar: "Deberíamos tener cuidado ahora con la gente del Continente Diablo. Aunque no creo que se atrevan a hacer nada, ¡No es cien por ciento seguro! Debemos tener extremo cuidado con el anciano Val. Él fue uno de los más grandes contribuyentes en la guerra contra nosotros, habiendo asesinado a miles de soldados y tomado la cabeza de grandes nobles. Pero lo que más me preocupa no es él, sino la jovencita que lo acompaña, ¡Ella es la Princesa del Clan Diablo Sagrado! ¿Por qué razón vino ella aquí?" El rostro de Joan se volvió oscuro pensando en varias posibilidades.

"Lo sé" El Emperador también tenía dudas sobre esto. Fue justo cuando ambos pensativos que llegó el carruaje de la Familia Blay a la puerta del Palacio Imperial.

En menos de cinco segundos, dos personas bajaron del carruaje. De inmediato, tanto el Emperador como Joan se les quedaron viendo. Joan sonrió levemente, al decir: "Al parecer, mandaron un asesino extremadamente mediocre para encargarse del Segundo Joven Maestro de la Familia Blay. Ni siquiera le hizo un rasguño. Supongo que eso es lo mejor" El Emperador pensaba lo mismo al observar con profundidad tanto a padre como hijo.

...

Justo cuando el Segundo Joven Maestro bajó del carruaje, su cuerpo de repente se puso rígido. Antes de que pudiese pensar en algo, escuchó la voz de su padre: "Alan, ¡No hagas ninguna estupidez! ¿Entendido?" Alan asintió sin prestar mucha atención a su padre.

Gracias a su vida en la Tierra, Alan desarrolló casi un sexto sentido. Su cuerpo se pondría rígido si alguien lo observaba. Y ahora mismo, ¡Su cuerpo estaba completamente rígido!

Levantó su rostro, y sus ojos se centraron en el segundo piso del Palacio Imperial, pensando: 'Esta sensación de ser observado... ¿Viene de allí?' De inmediato bajó su cabeza, no queriendo que la persona que lo observara se diera cuenta de que lo descubrió.

...

Justo cuando el Emperador estaba por quitar la vista de Alan y centrarla a Carlos, ¡De repente el Segundo Joven Maestro de la Familia Blay levantó la vista para observar donde se encontraban! ¡La mente del Emperador quedó en blanco!

Pero tan rápido como la cabeza del Segundo Joven Maestro se levantó, volvió a bajar. Fue en menos de tres segundos, pero la mente del Emperador seguía en blanco, cuando murmuró: "Eso...fue una casualidad, ¿Verdad?" A su lado, Joan se sorprendió por las extrañas palabras del Emperador.

Con curiosidad, preguntó: "¿Casualidad? ¿Qué casualidad Emperador?" Anteriormente, había estado viendo a Carlos. Apenas le dirigió una mirada al Segundo Joven Maestro de la Familia Blay, pasando rápidamente a Carlos, considerando al Segundo Joven Maestro de la Familia Blay una completa basura. Por lo tanto, no pudo ver cuando el Segundo Joven Maestro levantó la cabeza para observar donde estaban.

Los ojos del Emperador parpadearon. Era demasiado imposible. Con su nivel de poder, solo alguien en el Reino Santo podría darse cuenta de donde estaba con tanta exactitud. Con una sonrisa irónica, pensó: 'Seguramente fue una casualidad' Negó con su cabeza, y habló al mismo tiempo: "No es nada. Vamos, ya llegaron casi todos" Joan asintió, y ambos se dirigieron hacia abajo, el salón principal del Palacio Imperial, donde todos estaban reunidos.

La razón por la que en un principio el Emperador consideró que el Segundo Joven Maestro de la Familia Blay los descubrió fue porque su mirada fue demasiado precisa, llegando en un instante al lugar donde se encontraban. Lo único que separó esa mirada de poder verlos con claridad fue la pared del Palacio Imperial. Pero como era demasiado imposible, y más viniendo de una basura como el Segundo Joven Maestro de la Familia Blay...obviamente descartó la idea de que hubiesen sido vistos o sentidos.

Claramente, que la mirada del Segundo Joven Maestro se posase en ellos...fue una simple casualidad, ¿Verdad?

Ascensión del Segundo Joven Maestro Sin IgualDonde viven las historias. Descúbrelo ahora