The Magus Era [ 1 ]

Capítulo 77: Propiedad privada

Un estandarte negro ondeaba frente a la entrada de un pequeño pueblo.

En la superficie del estandarte, que estaba hecho de piel humana y tendones de bestias, decenas de horribles insectos habían sido pintados con la sangre de alguna bestia. Decenas de volutas de humo negro brotaban del estandarte, cada voluta de humo negro tenía más de decenas de miles de insectos venenosos y multicolores escondidos en su interior; esos insectos volaban hacia Ji Hao mientras zumbaban bruscamente, como las olas del océano.

Ji Hao había estado parado justo frente a la entrada de la pequeña aldea, mientras se enfrentaba a esos humos negros que rugían hacia él.

La armadura hecha por Po emitió una tenue luz cian, que bloqueó por completo el humo negro con insectos ocultos en ellos. Esos insectos estaban tratando locamente de morder el cuerpo de Ji Hao, pero ni siquiera podían tocar un cabello de Ji Hao. Más insectos volaban hacia él mientras arrojaban veneno, sin embargo, todo tipo de venenos también fueron bloqueados por la luz cian. Cayeron al suelo, ninguno de los dos pudo tocar el cuerpo de Ji Hao.

En la piel de Ji Hao, una capa de símbolos de hechizos extremadamente tenues, rojos y parecidos a plumas parpadeaban amenazadoramente. De vez en cuando, una voluta de fuego brotaba del cuerpo de Ji Hao y quemaba grandes cantidades de insectos venenosos voladores, que mueren haciendo un estallido; Los insectos muertos caían continuamente al suelo.

En solo siete u ocho minutos, una capa de dos pies de espesor de caparazones de insectos ya se había amontonado alrededor del cuerpo de Ji Hao.

Dentro de la aldea, algunos viejos sacerdotes magicos escuálidos, de piel verde oscura estaban gritando; sacaron dagas negras y se clavaron con fuerza en el pecho. La pancarta frente a la entrada de la aldea comenzó a temblar violentamente, la sangre fresca y caliente que brotaba de los cuerpos de los viejos Magussacerdotes había sido dibujada y absorbida por la pancarta.

Una llamada ensordecedora vino de la pancarta, junto con la cual, una neblina negra se estaba liberando de la pancarta; de entre la niebla emergieron tres escorpiones gigantes, multicolores y venenosos. Estos escorpiones volaron fuera del estandarte, balancearon sus colas de cientos de pies de largo que tenían enormes ganchos venenosos hacia Ji Hao.

Ji Hao continuó inmóvil. La luz cian emitida por la armadura que llevaba Ji Hao, que era tan ligera como una pluma, parecía haberse vuelto un poco más brillante. Seguido de una explosión atronadora, los tres ganchos venenosos golpearon con fuerza la armadura del cuerpo de Ji Hao. En el momento siguiente, los tres ganchos venenosos se habían convertido en pasta de carne contra la armadura de Ji Hao; la sangre y los venenos salpicaban por todas partes.

Esos viejos sacerdotes magos dentro del valle cayeron al suelo desesperados; soltaron largos lamentos y gritos llenos de desesperanza. El estandarte frente a la aldea se hizo añicos en una nube de humo negro por un poder invisible y se disipó rápidamente en el aire junto con el viento.

Un cuarto de hora después, toda la gente del Clan Gu restante salió de la aldea una tras otra. Caminando frente a la fila había algunos viejos sacerdotes magos. Sostenían las esculturas de cinco criaturas altamente venenosas, que fueron talladas en jade, luego colocaron cuidadosamente estos tótems de su clan cerca de los pies de Ji Hao, mientras temblaban. Todos sus ojos estaban llenos de miedo.

Uno del clan aliado que había atacado a la tropa de Ji Hao, el Clan Gu, se había derrumbado en ese momento.

...

Hace dos días, frente a la entrada de la aldea del Clan Fantasma.

Doscientos guerreros de élite, que se habían quedado para vigilar la aldea, gritaban y chillaban. El más bajo entre estos guerreros medía decenas de pies de altura. Todos estaban tejiendo locamente hachas y espadas pesadas, sostenidas en sus manos, hacia Ji Hao.