020 | Sobre los platos rotos

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SOBRE LOS PLATOS ROTOS

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SOBRE LOS PLATOS ROTOS

Ni bien puso un pie fuera de esa casa, Alexis sintió la fría brisa de una California de amanecida, se abrazó a sí misma para conseguir calor.

¿Qué era lo que le hizo sentir mal?

Sabía que Joe había seguido con su vida, era obvio, sin embargo, ignoraba que fuera con la chica con la que la engañó. Eso sí era un verdadero golpe bajo.

En camino a su auto, una mano la detuvo, esa fría mano que reconocería en cualquier lugar.

—¿Qué quieres, Joe? —suspiró cansada de toda la situación, dándose la vuelta para quedar cara a cara de su ex-novio —Tu novia se enfadará si hablas conmigo.

—No es mi novia, —dijo, sorprendiéndola —pero eso no es lo que quería decir. No debió tratarte así.

—Lo sé.

—Y lo siento, Alex —él hizo eso de juntar las cejas que hacía cada vez que se sentía arrepentido.

—Eso también lo sé, pero no puedes tratar de enmendarlo, todo lo que sucedió no se puede reparar —ella susurró aprensiva, notando como Joe asentía lentamente —. Ya eres parte de mi pasado, Joe, asegúrate de decírselo a tu novia, amante o lo que sea —finalizó, retomando su camino.

—¡No deberían quedar así las cosas entre nosotros! —grito a sus espaldas, deteniéndola con una sola frase —Siempre la pasamos bien, Alexis... Debí hacer más por ti.

Cuando entendió que no tenía más por decir, siguió caminando a su auto. Pensó en todo lo que alguna vez deseó a su lado, esos planes y sueños compartidos ahora están arruinados por completo.

Condujo por las calles frías de California a mitad de la noche, todo se veía más oscuro desde su punto de vista. ¿Debía llorar? No estaba segura sobre si eso la haría sentirse mejor.

Cuando soltó el primer sollozo, el ring ton de su teléfono sonó, lo buscó en la guantera y respondió a la llamada sin siquiera ver.

—¿Quién habla? —respondió con la voz baja, tratando que su tristeza no se notara en la voz.

Soy Liam, Alex —contestó a través del aparato —¿Estás bien? Te escribí hace horas y como no contestaste me preocupé —se excusó tímidamente, sus palabras hicieron que Alexis sonriera.

—Lo lamento, seguía en casa de Justin, apenas voy de salida —murmuró, dejando el teléfono a un lado para conducir con comodidad —. Estoy conduciendo en este momento.

¿Llamé en mal momento? Podemos hablar mañana —dijo, sonando tan tierno a sus oídos. Cuánto deseaba un abrazo suyo ahora.

—No, no, tu solo háblame de tu día.

Estuvimos ensayando hoy, aun estamos en Estados Unidos... Louis escondió los dulces de Niall y casi se queda sin pelo, por suerte Harry los encontró antes de que le diera hambre a Niall —se rio de su propio chiste.

Alexis quería poder reírse, seguramente solo está mañana lo habría hecho, pero no aquí, no ahora.

¿Y tú? ¿Qué hicieron con tus amigos? —indagó, dándose cuenta de que no sabía mucho de la vida social de su novia.

—Fue una fiesta de piscina en casa de Justin, fueron el grupo y los de siempre, una locura —no dijo más, no tenía fuerzas para contar la historia y tampoco deseaba mentirle a Liam.

... —después de un largo silencio, Liam suspiró —¿Estás bien, Alex? Te siento rara, como-como triste —a ella se le cortó la respiración, ¿En serio era tan obvia?

—Pasó algo —afirmó —, pero no quiero hablar de eso ahora, por favor.

No tienes que decir algo que no quieras, ¿Sabes que puedes decirme lo que sea? —Blake hizo un sonido de afirmación —Te escucharé y no te juzgaré nunca, solo quiero que confíes en mí.

Ella suspiró. Si iban a empezar una relación y tener algo serio no podían tener mentiras o secretos desde el principio.

—Joe fue a la fiesta —dijo finalmente, tomando desprevenido a Liam —y llevó a Ashley, él fue a la fiesta de nuestro amigo con todos nuestros amigos con la chica con la que me engañó —cada que decía nuestro se aseguraba de enfatizar —. Hubo un drama con Selena y todo terminó en desastre.

Otro silencio se pronunció.

Voy a preguntarte algo, Alexis, y debes ser sincera conmigo, por favor —pidió, sonando lamentable —¿Aún sientes algo por él?

—¡NO! —respondió gritando de inmediato, pisando fuerte el freno —Claro que no, Liam, estoy contigo. Es solo que... Joe fue muy importante para mí y lo que vivimos juntos también, pero a quien quiero ahora es a ti.

También te quiero —dijo él, cortando la tensión del momento y sacándole una sonrisa, solo así volvió a conducir —. Alex, no me molesta que hables con Joe o que recuerdes de buena forma lo que tuvieron, no soy inseguro, pero quiero saber que confiamos en el otro —todo lo que decía le sonaba a un sueño —. Yo te diré siempre lo que pasa sinceramente si tú prometes hacerlo igual.

—Me gusta esa promesa —aseguró sonriendo, derritiéndose por la ternura de su chico.

A mi igual.

De pronto, su noche no apestaba tanto.

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