101 | Bienvenido a Medford

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BIEVENIDO A MEDFORD

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BIEVENIDO A MEDFORD

El encuentro con sus padres fue gracioso desde el punto de vista de Alexis, Liam creía que particular era una mejor palabra para describir la situación.

Estaban cubiertos por gorras y gafas de sol, Tyler y dos sujetos de su seguridad los acompañaban y ya tenían su equipaje, sus padres sostenían un cártel que decía ALEX B, eso fue todo. Tyler los empujo fuera del aeropuerto y solo hasta que la familia estuvo dentro del auto se fue.

—Él es Liam —dijo Alexis en todo el silencio. Sus padres se miraron y luego asintieron, sin decir una palabra.

Ella conocía muy bien a sus padres, sabía que consideraban preferible llegar a casa y que la regañarían por no avisarles, pero por el momento, Alexis tomaría la mano de Liam y escucharían música compartiendo el mismo par de audífonos, manteniendo una distancia prudente.

Casi una hora después llegaron a casa, Steve jugaba baseball con Damien y... ¿Jacop?

—Ah ¡Mira quien está ahí, Alexis! Es Jacop —su madre sonó contenta, no era para menos, ella lo adoraba.

—Es mi amigo de la infancia —le explicó a Liam, él asintió y forzó una sonrisa. 

Era como una cruel broma del destino.

—¡ALEX! —chilló la cantarina e infantil voz de su hermanito más chico, él corrió hasta ella y le abrazó la cintura —¡Llegaste, llegaste! —el niño saltó un poco aún con sus brazos al rededor de su hermana.

—Yo también te extrañé, Damy —le devolvió el abrazo, agachándose un poco para verle la cara —. Mírate, ¿Estás más alto? —volteó a mirar a su madre, quien se alzó de hombros.

—El tío Finn dice que si, Alex —medio gritó el rubio menor.

—Seguro, renacuajo —dijo Steve, acercándose a sus hermanos con el guante de pitcher.

—Steve.

—Alexis.

Se vieron por un par de segundos en silencio, ella asintió y él hizo lo mismo, luego voltearon y pretendieron que eso nunca pasó.

—Hola, Alexis —saludó Jacop Willow, un querido amigo de la infancia.

—¿Qué tal Jacop? —correspondió el saludo, pero un instante después sonrió y lo abrazó.

—No sabía que vendrías —murmuró cuando ambos se separaron.

—No quería hacer un escándalo, ¿Bien? —él asintió.

—Oh, Liam, cariño, no tienes que llevar todo el equipaje —la mamá de Alexis decía casi alarmada.

Liam, que había estado ayudando a cargar el equipaje, se detuvo a mitad de su camino hacia la casa y miró a su novia, esperando que le dijera que hacer porque no sabía cómo responderle a la mujer.

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