009 | Clases de amigos

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CLASES DE AMIGOS

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CLASES DE AMIGOS

Todos quedaron fascinados con la experiencia de viajar en jet privado, pero acordaron que la vida de celebridad no era tan fascinante cuando vieron la manera en que los fans gritaban y peleaban por una foto o autógrafo.

Por otro lado, Alexis estaba en un sueño, Toronto y Vancouver siempre eran sus fechas preferidas porque le gustaban los lugares y vistas tan bonitos. Poder compartirlo con su familia era hermoso.

Le compró ropa a su mamá, relojes y corbatas a su papá, a Damy videojuegos y Steve escogió una consola para que ambos pudieran disfrutar el doble. Muchas veces su madre intentó disuadirla, diciendo que no era necesario, sin embargo, ella le dijo que era un regalo por la Navidad pasada, que como de costumbre no estuvo en casa, solo con esa excusa aceptó lo regalos.

En secreto, Alexis había comprado más cosas para ellos, pero si se lo decía ahora no serviría de nada, hizo que su asistente enviará los paquetes por correo a su cada en Medford, de todas formas su madre no podría devolverlos entonces.

Todos los días, al medio día, recibía al menos un mensaje de Liam, con quien cada vez tenía más cercanía, un mes y medio había pasado desde que se conocieron y comenzaron a ser amigos telefónicos. Hablaban de todo, él siempre le contaba de su día y de todas las travesuras que hacían los chicos en el estudio, ella le comenzaba a confiar cada vez más, abriendo su corazón a la amistad que él le ofrecía.

Luke solía decir que tenía que esforzarse si no quería ser delegado a ser el segundo en su lista de mejores amigos.

—Así que envié los paquetes a Medford, cuando lo sepa será muy tarde para devolverlos —le dijo la tercera noche en Canadá, recostada en la cama fuera de la sabanas.

Mi mamá tampoco quería que le regalara cosas muy costosas al principio, pero le di un discurso conmovedor sobre ser la razón de mi todo y aceptó —la anécdota de Liam hizo reír a Alexis, a su vez, su risa le dio risa de Liam y juntos se rieron un rato.

—Supongo que les cuesta acostumbrarse a que ahora somos nosotros los que queremos consentirlos —susurró levantando el edredón de la sabanas para cubrirse con ellas.

Zayn quiere comprarle una casa a su mamá, se lo dijo cuando era niño y quiere hacerlo realidad —contó Liam en un tono bajo, él se oía cansado, debía estarlo, pues en Inglaterra seguramente era de madrugada.

—Eso es muy dulce de su parte —se enterneció.

Si, no le digas que te dije —agregó haciéndola reír —, ¿Tienes sueño? —susurró.

—Un poco, Li —de nuevo ese apodo, pensó Liam sonriendo enormemente, le encantaba que lo llamara así, se oía tan íntimo y cariñoso.

Podría llamarte mañana, de todas formas tengo tiempo libre, estoy en casa de mis padres ahora —divagó alargando sus palabras, en realidad no quería cortar.

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