008 | Blake

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BLAKE

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BLAKE

Alexis había hecho que Ben consiguiera una miniband para que Tyler pudiera transportar a su familia desde Medford hasta Portland, sabía que habían llegado el día anterior y les había conseguido reservaciones en el mismo hotel en el que se quedaría ella. Era el último concierto en Estados Unidos de su gira, descansaría bien antes de volar a Vancouver temprano al día siguiente.

Para cuando el autobús se estacionó en el estadio donde sería el show, Moda Center, ella comenzaba a sentirse ansiosa. 

Tenían que realizar unas pruebas temprano antes, pero tendría tiempo de ver a su familia, sabía que estaban esperándola en su camerino, por lo que apenas pisó el lugar se aseguró de que la llevaran hasta ahí.

Tyler se reunió con ella a mitad del camino, en este punto debía empezar a realizar su trabajo de guardaespaldas.

Abrió la puerta presa de la adrenalina, su corazón se hinchó de alegría al ver a su preciada familia compartiendo los bocadillos que habían colocado ahí para ella, no le importaba que Damy estuviera comiendo todo su yogurt de arándanos importado. Como los había extrañado.

—¡Alex! —su mamá fue la primera en voltear a verla, ambas se acercaron a la otra con los brazos abiertos sintiendo las primeras lagrimas bajar.

Pronto, el abrazo se volvió familiar cuando los demás se unieron.

Ella dejó su hogar muy temprano decidida a hacer su sueño realidad, ellos la apoyaron aunque no pudieron acompañarla, vivió con su madrina quien era soltera y la recibió con los brazos abiertos, juntas buscaron oportunidades.

Dos años después tenía un contrato, lo cual era fabuloso, pero desde ese momento no vio mucho a su familia, pues no podía dejar California sin autorización.

Tres años y medio después era una popstar de dieciséis años viajando por el mundo, no había lugar que pisara sin que la reconocieran, tenía más libertad de movimiento, sin embargo, no tenía tiempo cuando tenía que estar componiendo o yendo a premios, hacer shows o publicidad. 

Seis años después, tiene diecinueve y está justo aquí, extrañando a su familia con el alma, a quienes apenas ha visto desde que toda esa locura empezó.

—Alexis, debes ir a prueba de sonido —alguien del staff le dijo, ella asintió secándose las lagrimas y separándose del abrazo lentamente.

—¿Quieren acompañarme?

Fue una larga tarde que habría agotado a cualquier principiando, pero no a ella. Horas más tarde, con su espectáculo ya comenzado, las luces dándole en el rostro, se dirigió a su público.

—¿¡CÓMO ESTÁN PORTLAND!? Están siendo fabulosos justo ahora, siento su amor —exclamó, los primeros quince minutos cantando canciones una seguida de la otra después de la apertura ya habían pasado.

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