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COMPLEJOS

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COMPLEJOS

No se equivocó, no solo grabó su single en Canadá, también hizo un stunt con Logan Lerman, por suerte alcanzó a decirle a Liam antes de eso.

Tuvieron una larga charla sobre cómo sería su relación, ambos acordaron que se tomarían un tiempo para hacerlo público, solo los más cercanos lo sabrían, no era necesario divulgarlo, sin embargo, si cosas como esa pasaban, tendrían que decírselo al otro. 

Se llevó bien con él chico, resultó que tenían conocidos en común y era un buen muchacho, intercambiaron número por si acaso.

Desde que dejó Londres, Liam llamó cada noche para asegurarse de que estuviera bien, ella misma lo llamaba durante el día solo para escucharlo y sentirse cerca de él. No habló nada más con él, también mantuvo conversación con el resto de One Direction, los chicos se divertían entrometiéndose en sus conversaciones con Liam, por suerte Harry siempre estaba ahí para echarlos si se pasaban.

Tan pronto terminó la agenda en Canadá, se dirigieron al siguiente punto de su viaje, fueron a Roma para grabar dos videos promocionales, se grabaron ahí porque tenía una colaboración con una marca de maquillaje muy importante que auspiciaría su gira publicitaria. Estuvo más de una semana por las bellas calles de Italia. Le compró un par de cosas a Liam y a su familia, hizo que Tory se las enviara por correo.

Pese a que Tory la acompañaba siempre, no estaba todo el tiempo a su lado, puesto que Alexis no disfrutaba sentirse vigilada, como lo hacía cada vez que la chica estaba con ella.

I can do better se grabó en las calles de Venecia, siendo su video más controversial hasta ahora, estaba segura.

Para el video de My world fueron a su pueblo en Oregón, ni siquiera pudo ver bien a su familia pese a que estaba en la misma ciudad. Volvió a pisar los pasillos de su escuela e incluso estuvo en el auditorio comunitario del pueblo, pero no fue lo mismo.

Algunos de sus viejos amigos, como Megan y Will, participaron brevemente en el videoclip.

Mobile sería una mezcla entre su pasado y su presente, así que grabaron un par de escenas más en Medford y volvieron a California, donde se grabó la otra parte, no por completo, pues usarían los detrás de escenas de sus conciertos pasados para lo faltante.

Y la cuenta regresiva empezó cuando se anunció la fecha del lanzamiento de su cuarto disco. Los blakers lo hicieron tendencia en redes sociales.

Alexis no recibió visitas en toda la semana que se encerró en sí misma, tampoco es como si las deseara, solo quería estar sola todo el tiempo... Era uno de esos momentos. Cuando te hartas de todos y te hastías hasta de tu propia vida, se sentía cansada todo el tiempo y apenas tenía fuerza para mantenerse de pie. 

Estaba haciendo publicidad a su álbum viajando a diferente partes del mundo y haciendo varias entrevistas todos los días. Respondía preguntas que en ocasiones la dejaban como una pobre chica ingenua o una dulce muchacha joven.

Su único consuelo eran las llamadas con Liam, le encantaba conversar con él y sentir que nada pasaba, como si su vida no fuera un completo desastre.

También hablaba con su familia y amigos, pero su familia no estaba lo suficientemente cerca para notarlo y sus amigos estaban tan ocupados como ella, no podían solo dejar sus obligaciones para visitarla.

Blake siempre supo que tenía problemas, lo supo cuando cayó desmayada luego de un show en 2010. Tras descubrir que tenía ansiedad se hizo más fuerte, aunque eso no evitó que hubiera momentos en los que necesitaba dejarlo salir.

—Vas a estar bien, mientras nadie lo sepa —dijeron sus productores.

La llevaron con una terapeuta que había firmado un acuerdo de confidencialidad y estuvo más de un año ahí, dejándolo poco después de conocer a Joe. 

Sabía que no estaba curada entonces, pero usar a Joe como supuesta medicina fue tentador.

Ni siquiera se dio cuenta cuando las pastillas para dormir formaban parte de su vida, solo tenía diecinueve y casi no podía dormir, lo que era contraproducente pues con su tipo de piel esas cosas se notaban.

—Solo algunas en la semana, no abuses —le advirtió Ben cuando le entregó el primer frasco hace tanto.

Su desorden alimenticio no era tan grave como en otros casos más extremos, solo se saltaba la cena de vez en cuando y omitía los carbohidratos y azucares o harinas, al menos eso se decía. Se consolaba a sí misma siempre que se veía incapaz de comer por las tardes, cuando su estomago le suplicaba, pero ella se lo negaba.

—Al menos come ensalada —suplicó Taylor cuando notó que pasaba esa situación, ambas luchaban contra los estereotipos de belleza y su insaciabilidad.

La rubia fue un gran apoyo entonces, igual Joe y sus amigos, pero simplemente ninguno pudo sacarla de eso, pues ambos tenían muchas cosas encima como para velar por ella día y noche.

—¿Qué haces aquí? —le preguntó Alexis al chico frente a ella, quien se paraba frente a su casa con la bolsa de algún supermercado en mano.

—¿Vemos películas? —Justin Bieber entró y cerró la puerta, la abrazó de los hombros y juntos se adentraron al departamento.

—¿Qué traes? —dijo señalando la bolsa.

—La cura para nuestra tristeza —ella no dijo nada cuando notó el plural, él sacó algo de la bolsa —, chocolate.

De alguna forma pudo dejar sus problemas de lado por un tiempo. Cuando conoció a One Direction, y especialmente a Liam, fue como una luz en su túnel, se sentía iluminada en su compañía, tenían la misma edad y ella se sentía tan mayor y cansada al lado de su brillante e inocente juventud. Era tan obvio que ellos aun no llegaban a ese punto.

No quería que la industria absorbiera sus almas puras, pero sabía que eso pasaría tarde o temprano, en su caso fue temprano porque inició muy joven, ellos no merecían ser corrompidos por esa gente ambiciosa y la industria.

En esos momentos oscuros, cuando sus demonios salían y necesitaba estar sola, solo pensaba en todo lo que le había pasado y se permitía llorar, de alguna forma debía descargar su dolor.

Ni se dio cuenta cuando pasó un mes, entre desvelos, entrevistas y paseos a media noche, acompañada de su propia soledad evitando a las personas y limitándose a contestar las llamadas de Liam.

Esa era la paz que tendría antes de la tormenta, cada vez faltaba poco para que vuelva a ser el centro de atención con el nuevo álbum.

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