055 | Confrontaciones necesarias

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CONFRONTACIONES NECESARIAS

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CONFRONTACIONES NECESARIAS

—¿Podemos hablar? —Alexis se tensó a la voz y volteó su cuerpo muy lento —Solo... Solo quiero hablar contigo, Ale.

Nadie la llamaba por ese nombre desde hacía mucho tiempo, curiosamente la misma persona volvía a pronunciarlo.

—Yo no quiero oírte más, Joe, ¿Por qué no puedes entender eso? —cuestionó, su voz resignada aunque sus palabras salieron con dureza.

—Porque quiero poder tener una conversación al menos una vez antes de... Antes... Solo, escúchame, ¿Quieres? —suplicó, juntando sus palmas y poniendo muy cerca las puntas de sus dedos en la barbilla. Hizo eso de sacar el labio inferior para dar pena y puso ojos de perrito triste.

—Todo ya fue dicho —negó obstinada, sabía que solo había dos formas de que eso terminara.

—Escribiste buenas canciones, lo admito —afirmó, sonriendo lo suficiente para verse accesible —, pero aún no he dado mi versión.

—¿Y qué quieres explicar? —exigió, posando las manos a cada lado de su cintura —Porque la ultima vez que te vi, estabas de la mano de Ashley Greene, Joe.

—Ella... Me equivoqué con ella —resopló, de alguna forma se sintió como si no pudiese creer que lo estaba diciendo —, jamás debí hacerte eso.

Hubo un silencio en el que ninguno se animó a decir más. Tal vez el miedo a empeorar la situación. O quizás los recuerdos llegaron uno tras otro.

—Eres mucho mejor que ella, fui un estúpido —espetó.

Para Alexis sus excusas no tenían sentido, habrían significado mucho más de haber llegado hace un año.

—Es la única forma de explicar que le haya roto el corazón a mi chica, ¡Sé que lo arruiné! —su fachada de señor perfectamente bien cayó y ella pudo ver de nuevo al muchacho del que se enamoró alguna vez —Sé que te rompí el corazón y no hay nada que cambie eso, pero... Yo... Yo aún... Es que yo... Te amo, Alexis.

El nuevo descubrimiento le cayó como un balde de agua fría.

Ni en un millón de años habría esperado que eso sucediera. Siempre pensó que en algún momento entre su separación y su reencuentro en aquella fiesta de Justin él la habría superado. Jamás se le habría pasado por la cabeza la posibilidad de que aún mantuviera esos sentimientos por ella.

—Di algo, por favor —le pidió, la voz en muchos tonos menores. Pero ella no tenía nada que decir a su súplica.

—No sé que esperas oír, si soy sincera —pudo formular, encogiéndose de hombros y tratando de evitar su mirada.

—No lo sé, —dudó —dime que me amas o que me odias, di que no quieres verme o que tengo un oportunidad. Solo di algo.

—Joe, —susurró, sintiendo el momento íntimo entre ella y él. Solo por los buenos tiempos sería amable —hace un año habría aceptado tu amor nuevamente —tuvo que bajar su mirada para decir eso último.

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