058 | Veinte vueltas al sol

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VEINTE VUELTAS AL SOL

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VEINTE VUELTAS AL SOL

La mañana de su cumpleaños despertó sola en su habitación compartida, lo que fue una sorpresa porque anoche se habían acostado tarde luego de la guerra de coros. Pero en fin, tenía una llamada con un timbre realmente irritante para ser usado de despertador.

Era su mamá, ¿Acaso no sabía lo costosas que eran las llamadas a larga distancia?

Decidiendo ignorar la falta de sus compañeras, se sentó en el hueco que había al lado de la ventana.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS! —esas voces fueron suficiente para devolverle la alegría su cuerpo cansado.

—Gracias —susurró, cortada por la emoción y tristeza.

A veces se preguntaba por qué hacía esta clase de eventos en lugar de ir a casa y disfrutar de días importantes con su familia.

¡OH, CARIÑO, TIENES VEINTE AÑOS! —celebró su dulce madre, ella también se oía llorosa.

—Mami, no llores —quiso consolarla, pero ella también se sentía así.

No me hagas caso, cielo.

¡Feliz cumpleaños, odiosa! —exclamó su hermano Steve, por supuesto que ese descarado no perdía la oportunidad ni porque fuera su cumpleaños.

¡STEVE! —regañaron sus padres. En esta ocasión solo consiguieron las risas de respuesta.

¿Te estás divirtiendo, Alex? —la inocente preguntar su hermanito le calentó el corazón.

No quería decirles que sí y darles a entender que prefería estar ahí que con ellos, pero si no les daba una respuesta afirmativa se sentirían mal por ella.

—Estoy bien, Damy, todos están aquí —decidió limitar, haciéndose la desinteresada.

¿Incluso Beck Wallace? —la evidente burla de su hermano debió costarle un manotazo de su madre, porque soltó un pequeño grito después.

Claro que su familia sabía que Beck y ella no eran verdad, tuvo que decírselos cuando descubrió que no podía mentirle a su familia con semejante cosa. Les habló un poco de los motivos tras la farsa, pero decidió no mencionar su situación real. Dijo que tenía de pareja a un chico que no era el favorito para ella.

—No, pero mis amigos están acá —dijo, encontrando divertida la insinuación.

Tina y Jacop envían saludos —la intervención de su padre dejó en corto circuito a Alexis por un tiempo. Realmente ya no esperaba nada de ellos.

—Diles que gracias y dales mi saludo también.

Hablaron un rato más, solo lo suficiente para dejar satisfechos a los integrantes de su familia. Alexis sabía que más tarde tendría que devolverles la llamada, no podían hablar tan poco en este día, pero si seguían conversando la factura sería muy cara para sus padres.

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