➽ "Era demasiado joven para saber que lo tenía todo contigo"
Muchas cosas pueden pasar si tienes diecinueve años y una carrera musical en Hollywood. La vida como rockstar puede ser complicada si te enamoras de alguien que pertenece al mismo medio. P...
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ESCÁNDALOS, CHARLAS Y LLAMADAS
Lo primero que hizo Alexis en el momento en que el segmento con las nuevas de su buen amigo concluyeron fue revisar su teléfono celular. Efectivamente, internet estaba inundado con la gran noticia, al parecer, que el actor Ross Butler engañara a la querida estrella pop era algo de lo que todo el mundo comentara.
Cientos de rumores se mencionaban en todos lados, fotos y supuestos testimonios del establecimiento en el que la nueva parejita fue vista. Así fue como ella misma perdió la paciencia.
—¡Esto es la ruina! —exclamó angustiada, sabía lo que estaba por pasar.
Demonios. A ella le sucedió exactamente lo mismo, excepto que Ross siempre fue bueno con Emy, pero ella sufría y sufriría mucho más.
—¿No es el ex-novio de Emy, o sí? —Niall dudó.
Había conocido al sujeto y le pareció buena persona.
—Lo es, Ross lo hizo —espetó aún con cierto enfado.
Cuando las ediciones de las revistas de chismes salieran mañana, Emy la pasaría mal, su imagen pública también lo pagaría.
—No estoy entendiendo nada —mencionó Liam en medio de ellos.
Entonces Niall comenzó a ponerlo en contexto sin mencionar detalles.
Alexis le enviaba mensajes a Emy, le preguntaba cómo estaba y dónde estaba, cuando recibió el en visto sin ninguna respuesta comenzó a preocuparse de verdad. Emy era de las que contestaban de inmediato si veía notificaciones, nunca las ignoraba.
Rápidamente se metió al chat de Justin, quien vivía en la misma calle que ella, pero recordó que estaba de gira y tuvo que abandonar la idea. A punto de enviar su mensaje a Emy de última chance fue como su teléfono se bloqueó, la pantalla volvió a iluminarse con la llamada de un número desconocido.
En su intento torpe por colgar terminó aceptando la llamada.
—¡Alexis! ¡Cuánto tiempo, querida sobrina!
De entre todas las voces que Alexis conocía, esta era una de las que más amaba.
—¿¡Madrina!?
No era para menos, se suponía que su adoraba madrina estaba en una retiro espiritual en África, desde Diciembre, hasta la próxima quincena aún. No habían hablado en un tiempo por ese motivo.
—¿Cómo has estado, cielo?
Su voz dulce y amorosa le recordó a Alexis las veces en que esa mujer la cuidó cuando se separó de su familia para cumplir su sueño
—¿Todo bien en casa?
Casa. Así se referían ellas a California, como su hogar. No tanto porque lo sintieran así, era porque en ese estado fue donde los sueños de ambas se hicieron realidad.
