069 | Hollywood para todos

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HOLLYWOOD PARA TODOS

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HOLLYWOOD PARA TODOS

Desde muy temprano en la mañana el par de amigos vio a Alexis correr por todo el departamento tratando de buscar sus cosas, aunque resultó que las tenía en el bolso que colgaba de su hombro, la miraron todos los diez minutos que demoró en alistarse desde que se despertó, y los alertó con el ruido causado por su nerviosismo al quedarse dormida que la volvió torpe, hasta que se despidió de ellos en la puerta al ascensor prometiendo llegar temprano para hacer algo.

—Entonces... —murmuró Niall, él y Liam estaban parados frente al otro observando la puerta por la que Alexis desapareció —¿Quieres comer?

—Iré a dormir un rato más —respondió con pereza apuntando la habitación.

—Haré el desayuno.

Liam fue a la habitación que compartió con Niall y tan pronto tocó el colchón cayó dormido. Mientras tanto el Irlandés se dispuso a preparar un buen desayuno que satisfasca sus ilusiones por el clásico desayuno Norteamericano de las películas.

Mentalizado a preparar los mejores huevos revueltos abrió la refrigueradora, grande fue su sorpresa al ver que no había nada ahí, al menos nada comestible, en su opinión. Era tenebroso a sus ojos lo vacío que estaba su refriguerador. De cualquier modo tenía hambre, buscó en las repisas esperando encontrar lo que sea que funcionara, excepto que fue más de lo mismo.

Frunció el ceño ante la vista.

Se paró en medio de la cocina con todos los cajones abierto, incluidos la refri, y observó todo.

Había una exagerada cantidad de botellas con agua, más botellas de energizantes de las que podía contar de diferentes marcas en la nevera, su refrigeradora solo tenía un balde de helado, manzanas y un envase con muchas pechugas de pollo. Sus cajones tenían bastantes cajas de té, tal vez de todos los sabores posibles y... ¡Eureca!

Casi al fondo del cajón más pequeño cerca del suelo había una caja con mezcla para... ¿Lasagna?

Una hora más tarde Liam salió de la habitación recién levantado, con la cara chorreando agua y la boca fresca. Se podría decir que encontró a Niall en transe, el rubio estaba sentado en uno de los taburetes y observaba fijamente una caja.

—¿Qué haces? —le preguntó extrañado, mirando aún más confundido todas las mini puertas abiertas.

—Definitivamente Alexis no es de este planeta —comentó, absortó en sus pensamientos.

—¿Qué? —arrugó la cara sin entender nada, cerró cada uno de los cajones mientras Niall se explicaba.

—Todas esas repisas y solo tiene esto —levantó la caja de lasagna expirada.

—¿Es lasagna?

—Y está vencido.

—Podemos salir a desayunar a alguna cafetería o algo —murmuró, todo eso no le parecía la gran cosa y aún tenía sueño en su sistema.

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