033 | Directioners y Blakers

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DIRECTIONERS Y BLAKERS

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DIRECTIONERS Y BLAKERS

Almorzaron en una cafetería que Payne frecuentaba, tenía un gran menú lleno de cosas interesantes, pero Alexis se decidió por una sopa de verduras al puro estilo Francés. No estuvieron mucho tiempo ahí.

Tan pronto como terminaron de comer, salieron a recorrer la ciudad. Liam le recordó que había prometido enseñarle Londres y, aunque básicamente ella ya conocía la capital por las tantas veces que había estado ahí, accedió al recorrido.

Estuvieron caminando un largo rato, firmando autógrafos y hablando con sus fans. Todas preguntaban lo mismo, si eran pareja, ellos solo reían y decían que habían perdido al resto de One Direction, entonces las chicas se emocionaban y olvidaban el resto.

Pero había momentos en que eran los fans de Blake los que se acercaban, esos chicos que pensaban más con las hormonas que otra cosa. Mientras Liam atendía a sus directioners, Alexis estaba ocupada con sus blakers, eran solo chicos esta vez.

—Eres más hermosa que en las revistas —dijo uno de ellos, de cabello oscuro y sonrisa coqueta, debía tener unos dieciséis años.

—Ay, eso es super dulce de tu parte —le agradeció, con el bolígrafo que alguno le dio firmaba la camiseta a este.

—¿Tienes novio, Alexis? —el rubio del grupo sin duda era el más valiente de esos cuatro —Eres demasiado bella como para no tener novio —añadió el muchacho, no se veía tan joven como el resto, probablemente por eso era tan atrevido.

—En este momento no, pero si lo tuviera, —sonrió casi burlonamente —lo compartiría con todos mis fans.

—Cuando lo tengas, asegúrate de que no sea tan desgraciado como Jonas —volvió a decir el rubio, sus amigos le estaban dando miradas acusatorias hasta que Alexis comenzó a reír.

—Lo haré —dijo entre risas, solo en ese momento ellos se rieron también.

Hubo más encuentros con fans. Su chico era muy atento con ellas, se notaba el cariño que tenía a las fans del grupo, ella también amaba a sus fans, pues ellos eran la razón de todo su éxito. Si no fuera por esas personas tan dedicadas y llenas de amor ellos no estarían donde están.

Liam no le negaba fotos a nadie, mucho menos autógrafos, incluso abrazaba a las que rompían en llanto y las consolaba. En algún momento, solo fueron blakers quienes se acercaron así que Liam pudo observar como interactuaba con ellos.

Al principio, para ayudarles con la timidez, Alexis era quien preguntaba si querían una foto o autógrafo, ella era quien tomaba la foto como selfie y la que proponía donde firmar. Hablaban un poco mientras lo hacía, siempre dejando dedicatorias al lado de su firma.

Sus blakers habían comenzado esta cosa de hablarle de sus problemas, le decían muy bien resumido lo que sucedía y entonces ella les daba un pequeño consejo, lo hacían desde hace como dos años y no dejaba de sorprenderle todo lo que podía pasarle a esas personas que la querían tanto aunque no la conocían para nada.

Payne escuchó a los fans decirle sus problemas, la oyó dar mini discursos para consolar e intentar ayudar a todos ellos, se ofreció a tomar las fotos con algunos. De alguna forma, Alexis conseguía ser dulce y cuidadosa con sus fans, sin desatender en ningún momento a uno solo. Se dio cuenta que fue con esa misma atención que les dio a los chicos y él cuando se conocieron.

—No sabía eso —dijo Liam, estaban solos nuevamente, él le había comentado su sorpresa ante sus fans —, es tierno que quieran escuchar lo que les dices, aunque no sepas nada del asunto.

—Lo sé, yo sigo sorprendiéndome cada vez que pasa —comentó. Caminaban sin objetivo alguno, solo haciéndose compañía pretendiendo que no notaban los teléfonos mal escondidos tomando fotografías —, pero para ellos es una especie de tradición que deben hacer si me encuentran en la calle.

—Louis le dijo a las directioners que le gustaban las chicas que comen zanahorias y recibió muchas por correo —intervino y ella frunció el ceño divertida por la historia —, intentó hacer lo mismo con los Lamborghini, pero no funcionó —se rieron al mismo tiempo por la ocurrencias del muchacho.

—¿Algunas vez le mintieron a las directioners? —preguntó Alexis, un tanto curiosa por esto.

—Claro que no —negó el castaño, levemente confundido por la pregunta —, ellas nos apoyan demasiado como para hacerles eso.

Si ignoraban lo de Harry y Louis, no le ocultaban nada a sus fans.

—Que lindo, bebé —murmuró cariñosa.

Prefería callar en este momento, siempre era mejor que todos experimentaran por su propia cuenta a advertir. Alguien, una vez, le advirtió a ella y no escuchó, por suerte podría estar al lado de Liam para guiarlo.

Alexis amaba muchos aspectos de su vida, principalmente a sus fans, pese a que sabía que podía ser difícil hacerlos felices todo el tiempo.

Si. Fueron lo suficientemente ilusos como para pretender pasear por las calles de Londres como cualquier otra persona normal, olvidando que tenían cientos de millones de seguidores que estaban atentos a sus pasos.

Los interrumpieron muchas veces como para contarlas, dieron la misma excusa todo el tiempo, probablemente ahora algún hashtag como #1DPerdidos era tendencia, quien sabe.

Cuando el reloj marcó las siete, Alexis condujo el auto de Liam al restaurante. Dio su nombre a la encargada y los llevaron a una habitación privada que tenía su mesa esperando por ellos.

El ambiente era bonito, íntimo y romántico.

¿Qué puede decir?

Es una romántica empedernida, por alguna razón escribió todas esas canciones.

Pasaron la mejor noche, compartieron muchos besos e hicieron la segunda promesa desde que comenzaron su relación.

—Si algún día te alejo de mi, prométeme que no me dejarás ir —pidió Alexis al vocalista, él tenía sus manos entre las suyas, las apretó al oír eso.

—Solo si tu prometes hacer lo mismo —esperó a que ellas asintiera para besar sus manos —, es una promesa, Alex.

Le levantó el mentón lentamente y acercó su rostro al de ella, se acercaron de a poco hasta tener sus labios juntos.

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