114 | Malas acciones

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MALAS ACCIONES

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MALAS ACCIONES

Simon tenía que estar loco. Era la única explicación para decir por qué se le ocurrió semejante idea, estaban de acuerdo desde Louis hasta Niall.

—Vete al infierno, desgraciado de mierda —Louis maldijo en el momento en que Simon se dió la vuelta.

Por suerte para él, el hombre mayor fingió no oírlo y se retiró.

Ya solos, Harry rugió de la rabia y tomó lo primero que tuvo a la mano para arrojarlo contra la pared. Los chicos se sobresaltaron ante su arrebato.

—Harry —llamó Zayn, reprendiendo su acción.

—¡Él tiene la culpa! Siempre él —gruñó enojado, sus ojos se dilataban y su voz de tornó más grave —, no puede dejarnos tranquilos... —Harry siguió hablando con la misma voz oscura cada vez más bajo, murmurando para sí mismo cada maldición.

Los ojos perdidos de Niall recordaban cada momento de Take Me Home Tour, especialmente el mal momento que le habían hecho pasar en Modest! al apagar su micrófono ocasionalmente. Aún no podía creer lo que les acababan de decir. El rubio vio al chico a su lado, Liam cerraba los ojos y cubría su cabeza en sus manos, que se apoyaban en sus muslos.

Zayn dejó de mirar a Harry y observó a Louis, este no estaba mejor que el de ojos verdes, pero lo preocupante era su mutismo. Se acercó y dejó su mano sobre su hombro, le dió un apretón en señal de apoyo.

—Cálmate, Louis, —susurró en su oído, creía que si lo hacía menos directo él no podría oírlo —mira a Harry, —los ojos del castaño se dirigieron a su pareja —él te necesita ahora.

—Zayn... —su voz salió en un suspiro.

Ellos habían hablado, desde mediados de 2013 se acercaron al otro; para Louis enfrentar que no podía lidiar con todo solo fue casi humillante y Zayn tuvo que aceptar que necesitaba desahogarse con alguien, desde entonces compartían momentos, momentos que los hicieron convertirse en algo así como mejores amigos, aunque no lo decían en voz alta.

—Habla con él —aconsejó sabedor.

Louis y Zayn tenían secretos, más allá de los que compartían en esas noches dónde la conciencia los perseguía, habían ido a lugares que destruirían su reputación, comenzaron aquel juego de sustancias prohibidas, ocultándose de los demás por la vergüenza que sentían.

Desde el principio de la banda, los cinco compañeros prometieron que no serían como los demás, esas celebridades que sucumbian a las tentaciones y consumían su cuerpo, pero ellos fallaron, ahora se apenaban de ello. Pero no podían parar, de alguna forma era consolador.

—¿Qué le digo? —dijo en el mismo bajo tono, sus ojos no dejaron la figura de Harry.

Harry se encogía cada vez más y renegaba entre dientes, no estaba bien.

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