No puedo creer que Giovanni Paussini sea uno de los universitarios con mayor índice de la facultad, un hombre poco interesado en lo que se discute en clases, que nunca se le ve visitando la biblioteca, que odia los trabajos en grupo y siempre pide trabajar solo. ¿A cuántos profesores ha llegado a comprar como para alcanzar tal puntaje? ¿Qué ganaría con eso?... De seguro solo busca aumentar su ego, presumir frente a todos.
—¿Cuánto dinero te ha costado alcanzar ese puntaje? —le interrogo con descaro, sin apartar mis ojos de los suyos y sin recular mi rostro.
—Que coraggiosa eres para hablarme de esa formar —sisea molesto, con sus ojos exaltados.
—Solo te digo tus verdades a la cara. De seguro ni siquiera sabes que significa la sigla EBITDA y ya la rectoría te ha regalado el segundo lugar en la facultad de negocios.
—¿EBITDA? Earnings Before Interest Taxes Depreciation and Amortization.
«Mierda... Lo sabe».
EL desgraciado sonríe victorioso y con arrogancia.
—A ver... ¿Qué significa NOF? —vuelvo a cuestionarle con ciertos gestos altaneros.
—Necesidades operativas de fondo.
«También le ha acertado».
La seguridad que refleja su rostro es tan convincente que casi me llega a engañar, pero no lo hará, esto podría tratarse de solo una coincidencia.
—Solo tuviste suerte de que te preguntara cosas que ya sabías... Cualquiera podría saberlo. —No doy mi brazo a torcer.
Giovanni me muestra una sonrisa torcida, de esas que provocan borrarla de un solo bofetón.
—Ya te veré por debajo de mí.
«Yi ti virí pir dibiji di mí. Estúpido...».
Giovanni se levanta de la banca y se va caminando hacia los estacionamientos, dejándome sola, rabiosa e intrigada por todo lo que me acaba de decir.
Intento retomar mi lectora de contabilidad, pero no dejo de pensar en sus palabras.
¿Será cierto que Giovanni está muy cerca de alcanzar mi puntaje? No parece ser del tipo de chicos que estudia arduamente como para estar entre los mejores. No puede ser cierto que tenga tan buenos puntajes sin esforzarse en lograrlo... Solo con pensarlo me da coraje, envidia.
«¡Vamos, Miriam, concéntrate en la lectura!».
Danna no demora en regresar, la rubia me sorprende al no dejarme terminar con el párrafo que estoy leyendo, me toma de un brazo y me levanta de la banca. Luego de guardar el libro en mi mochila, se acurruca en mi brazo y no se me despega hasta llegar frente a la puerta de su auto.
Mi amiga siempre ha sido así conmigo, es bastante apegada; más bien, es demasiado melosa. Pocas veces me deja sola, hasta cuando estoy en mi apartamento, siempre me llama al teléfono solo para preguntarme si estoy bien y qué estoy haciendo, y si no tenemos conversación para retener la llamada, entonces se trae cualquier chiste del pasado. Ella no tiene más amigos, solo soy yo. Siempre está pendiente de mí, y si fuese por ella hasta me pagaría todas las deudas, pero tampoco es que Danna tenga mucho dinero, si acaso le alcanza para pagar sus cosas.
Como es de costumbre, mi amiga me ha dejado manejar su auto, y mientras conduzco rumbo a la heladería le empiezo a contar lo ocurrido con Giovanni y, al igual que yo, ella también piensa que solo son puras ganas de fastidiar, que todo debe ser mentira.
—No comprendo, Danna... ¿Qué gana Giovanni al comprar puntos para sacarme del primer lugar?
Danna pone sus ojos en blanco, como si fuera obvia la respuesta.
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De Prosti a CEO - [Libro 2]
HumorMiriam Douglas es la universitaria con mayor índice académico de la facultad de negocios, es una mujer inteligente y ejemplar, nadie podría imaginarse que, por las noches, esta prodigio de los negocios ensucia su cuerpo para poder pagar los gastos d...