64. Perspectiva de Danna Taylor #2

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Narrado desde la perspectiva de Danna Taylor:

Llegar a casa siempre me llena de una sensación... como de ansiedad, pero hoy es diferente, hoy se siente peor. La televisión está apagada, lo cual no es normal. Siempre está encendida a esta hora, con mi madre viendo sus soap operas favoritas. Un mal presentimiento se cuela en mi estómago... ¡Dios mío, por favor, no me dejes sola! ¡Entremos juntos a casa!

Al abrir la puerta, la veo en el medio de la sala, con una expresión que mezcla furia y decepción. Tiene un sobre en la mano, el sobre que contiene los resultados de mi prueba de embarazo.

Oh... Oh...

—Danna, ¿qué es esto? —su voz es un látigo de furia contenida, y sus ojos, fríos y duros, me perforan el alma.

Siento el corazón golpearme el pecho como un gran tambor Ga Du en plena danza del dragón. Mierda... Me cuesta respirar, pero sé que no puedo seguir evadiendo la verdad.

—Mamá, yo...

—¡No quiero excusas! —me interrumpe, agitando el sobre frente a mí—. ¿Cómo pudiste ser tan irresponsable?

«¿Irresponsable?».

Las lágrimas comienzan a arder en mis ojos, pero mi madre sigue hablando, su voz elevándose con cada palabra, su enojo es una tormenta imparable.

—¡He trabajado tan duro para darte una buena vida, para que puedas estudiar tranquila y par que puedas conseguir buenas oportunidades de trabajo! ¿Y así me lo agradeces?¡Arruinando tu futuro! ¿Qué clase de ejemplo crees que estás dando a tus sobrinas? Ya te imagino recibiendo ese diploma con una barriga... ¡Eres una vergüenza! —su voz retumba en la sala, cada palabra como un golpe directo a mi corazón.

Intento hablar, pero los sollozos me ahogan. No puedo decir nada, solo llorar.

—¡Ni siquiera puedes defenderte! ¡Porque sabes que tienes la culpa! —continúa, hiriente—. Siempre he querido lo mejor para ti, para que no cometas los mismos errores que yo cometí. ¿Y qué haces? ¡Exactamente lo contrario! ¡Me has decepcionado profundamente, Danna!

Me siento diminuta bajo su mirada, aplastada por la magnitud de su decepción y furia. Las lágrimas corren libres por mi rostro, pero ella no se detiene.

—¡Estás arruinando tu vida y la mía también! ¡No estás casada, y ser madre soltera en este mundo no es una broma! ¡Ningún niño merece crecer en una familia incompleta! ¿Qué vas a hacer ahora? ¿Cómo piensas mantener a ese bebé? ¿Vivirás de la caridad? Ni crear que yo cuidaré de ese niño para que tu trabajes —su voz se rompe ligeramente, pero su mirada sigue siendo de acero.

Finalmente, cuando parece haber agotado su furia, me mira fijamente y pregunta con una dureza renovada:

—¿Quién es el padre?

Respiro hondo, intentando calmar mis sollozos. Siento que el corazón se me rompe en mil pedazos mientras reúno el valor para decir la verdad.

—Es un mal hombre, mamá...

La bofetada llega antes de que pueda reaccionar, rápida y certera, dejándome aturdida y con la mejilla ardiendo.

—¿Un mal hombre? ¡Eres una idiota! ¿Cómo pudiste darle un hijo a un mal hombre?

Las lágrimas caen y, entre sollozos, dejo salir la verdad que he estado guardando con tanto dolor.

—Fui violada, mamá...

El cambio en su rostro es inmediato. La furia se desvanece, dando paso al horror y luego al pánico. Se lleva las manos a la boca, retrocediendo un paso.

De Prosti a CEO  - [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora