Narrado desde la perspectiva de Bárbara.
—No quería besarlo, te lo juro... —confieso, mi voz temblando mientras miro a Miriam, con la sensación de que he cruzado un límite que no quería pasar.
—Lo sé, no te preocupes —responde ella, tratando de tranquilizarme—. Fue él quien te besó, solo para molestarme más a mí.
Su comprensión alivia un poco mi ansiedad, pero el mal sabor persiste. Miro hacia la salida con una sensación de desesperación.
—Necesito salir de aquí, Miriam...
—Yo también quiero irme —admite ella, suspirando.
Pero justo en ese momento, un escalofrío recorre mi nuca. Giovanni se acerca por detrás de Miriam y, al vernos juntas, se detiene atrás de ella, con una mirada desafiante. Miriam se da la vuelta y se encuentra con sus ojos, y él no pierde tiempo en hablar, su tono fuerte y altanero se abre paso:
—¿Irte con mio hermano? — pregunta, con ese acento italiano que parece sacado directamente de una película de mafias.
—Con quien me vaya no es de tu incumbencia. — responde Miriam, firme, sin bajar la guardia ni un segundo... ¡Eso, amiga!
Giovanni, con los ojos clavados en los míos, emite una amenaza silenciosa que me dice sin palabras que debería retirarme si quiero evitar problemas. Pero la sorpresa me tiene congelada en el lugar, sin capacidad de reaccionar. Entonces, con un susurro que suena más como una orden, él insiste:
—Puoi concedermi un momento con Miriam?
—Po-Por supuestini —respondo mientras me retiro a toda prisa. Estoy segura de que Miriam también tiene cosas que quiere decirle a solas. Me lo agradecerá luego.
Me alejo rápidamente, sin mirar atrás, y regreso a la mesa con el corazón acelerado, tratando de calmarme mientras me reacomodo en mi silla. Lo primero que hago es buscar la mirada de Danna, pero su expresión es un golpe inesperado. Me observa con el ceño fruncido, como si estuviera... ¿enfadada? ¿Será que cree que lo de Giovanni fue idea mía?, ¿que lo besé sin pensar en los sentimientos de Miriam? Me aprieta el pecho la urgencia de explicarle lo que realmente pasó, decirle que no fue algo que busqué, que fue él quien se acercó sin aviso. Pero recién he regresado del baño, y los chicos están observando. Pedirle a Danna que hablemos en privado podría levantar sospechas, y no quiero empeorar la situación.
Me decido a dejar la charla para después, cuando podamos salir de la discoteca y escapar de todo esto, en un lugar donde podamos realmente respirar.
—Entonces... da quanto tempo conosci Giovanni? —la pregunta de Matteo me hace entrar en pánico.
¿Nos han descubierto? Me remuevo en mi asiento, sin saber bien cómo responder, y mis ojos buscan automáticamente a Danna, que está justo frente a mí. Ella simplemente se encoge de hombros, como si dijera «es hora de decir la verdad».
—Yo..., bueno, lo conozco desde hace poco —digo, intentando sonar tranquila.
Danna, tomando el relevo con una sonrisa tranquila, agrega:
—Miriam y yo lo conocemos desde hace años. Coincidimos con él en la universidad, éramos compañeros de clase.
Matteo asiente, aunque parece que no ha terminado con sus preguntas. Me mira un instante, como si intentara descifrar lo que estoy pensando, y luego, con un tono más íntimo, lanza la siguiente bomba:
—Y... ¿qué relación hay entre Giovanni e Miriam? Porque, vamos..., por las miradas que se lanzaban, era evidente che hubo qualcosa entre ellos.
Trago saliva, tratando de entender aquel acento italiano y de mantener la calma. Es obvio que ni Giovanni ni Miriam han sido muy discretos esta noche. Miro a Danna, pero ella se limita a observarme, sin emitir juicio alguno.
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De Prosti a CEO - [Libro 2]
ComédieMiriam Douglas es la universitaria con mayor índice académico de la facultad de negocios, es una mujer inteligente y ejemplar, nadie podría imaginarse que, por las noches, esta prodigio de los negocios ensucia su cuerpo para poder pagar los gastos d...