17. Consejos incluidos en el servicio

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Aquí estoy, de pie recostada sobre el barandal del pasillo que conforma el segundo piso de la universidad, dejando que mis ojos recorran el largo pasillo central de la planta baja, a aquel suelo que sintió las angustias en mis pasos y las paredes que aprisionaban mi ansiedad cuando no sabía de donde sacar dinero para pagar mi colegiatura. Recuerdo esos días en los que contaba cada centavo frente al menú colgante que está sobre la vitrina refrigerante de la cafería, no podía gastarme ni un centavo del pasaje del autobús que tomaba de regreso a casa. Todo parece tan distinto ahora.

Los viajes en autobús ya no volverán más para mí. Mi nuevo auto está ocupando un estacionamiento frente al campus de la universidad, reluciendo y brillando bajo el sol con su escarchada pintura de color escarlata. Ese Honda Civic es un símbolo de los cambios que han ocurrido en mi vida desde aquellos días. La fragancia sutil de un perfume caro flota a mi alrededor, y las telas suaves y lujosas de mi ropa de marca se sienten como un segundo hogar. Mi vida ha cambiado, y no puedo evitar este sentimiento agridulce de asombro por todo lo que he logrado dándole un valor a mi cuerpo.

Desde el rabillo del ojo, veo a mi mejor amiga acercarse con una sonrisa en el rostro. Ha estado cuestionándome durante días, tratando de entender cómo he logrado esta transformación en mi vida. Se detiene frente a mí, mirándome fijamente.

—Es en serio, ¿tú?... Por favor, dime que eso que está colgando en tu brazo es una auténtica Chanel—me pregunta Danna, con una mezcla de incredulidad y curiosidad en su voz.

Río suavemente y asiento.

—Amiga, ya no soy una réplica andante. Ahora que estoy trabajando, puedo darme algunos lujos.

La mirada de Danna es inquisitiva, y puedo sentir que está tratando de entenderlo todo.

—Yo aun no logro comprender todo esto... ¡¿Cómo diablos has logrado esto?! Pareces la importante CEO de una prestigiosa empresa.

—Pero solo soy una excelente y muy dedicada asistente de chef de un club.

—Lo sé, pero, dime, debes estar haciendo algo extra. No creo que ser asistente de chef te esté pagando tanto —insiste Danna.

Danna me está observando con una mezcla de curiosidad, inconformidad y admiración reflejada en sus ojos. La conozco lo suficientemente bien para saber que ha estado cavilando sobre cómo he llegado a este punto. Cómo he pasado de ser aquella estudiante universitaria que contaba las monedas para un café a esta versión de mí misma que ahora lleva ropa de marca y perfumes caros. No puedo permitirlo, me da vergüenza que se entere de que me prostituyo para mantener esta vida, nadie debe enterarse, mucho menos aquel idiota que viene caminando en el fondo del pasillo, tras la espalda de Danna, Giovanni Paussini me observa como si odiara mi nueva «yo»; bueno, creo que él siempre ha odiado todas mis versiones.

Giovanni se para frente a nosotras y, mostrando una actitud arrogante, dice:

— Vaya, ahora eres tan exitosa que hasta las monedas de la suerte te piden autógrafos, ¿verdad?

Este estúpido..., siempre viene a mí con intenciones de fastidiarme.

—La envidia no construye, la inspiración sí —le respondo sintiéndome empoderada, como la indestructible mujer maravilla.

Giovanni conserva la sonrisa de hombre arrogante y bufa restándole importancia a mi respuesta. Luego sigue su camino sin decir más nada.

Durante la noche, estoy nuevamente en la habitación del club esperando al primer cliente de hoy. Llevo puesto un antifaz de colores claros y un babydoll que tiene los mismos tonos. Me paro frente al espejo de la pared y alboroto un poco los risos de mi cabello. Después acomodo mis senos bajo el sostén para que estos se vean más protuberantes.

De Prosti a CEO  - [Libro 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora