Un nuevo comienzo en mi vida llega en forma de esos rayos de luz mañanera que atraviesan mis párpados, haciéndome levantar con una energía que no sentía desde hace mucho. Incluso antes de que sonara la alarma, ya me había despertado un par de veces en la madrugada, emocionada por esta nueva etapa que empieza hoy.
Al salir del baño, reviso mi armario y me doy cuenta de algo inevitable: necesito renovar mi guardarropa pronto. Tengo pocas opciones de outfits de oficina, pero cuando me visto con uno de los pocos conjuntos que tengo, siento una chispa de emoción al verme reflejada en el espejo. Finalmente, estoy a punto de adentrarme en el mundo que siempre soñé: el mundo de los negocios.
Mientras desayuno en la cocina, llaman a la puerta. Solo puede ser Bárbara. Abro y, en cuanto me ve, suelta una exclamación entusiasta.
—¡Estás radiante, Miriam! —me dice, inspeccionándome de arriba abajo con una sonrisa de aprobación—. Aunque debo admitir que extraño tus rizos, esta coleta lacia también te sienta de maravilla... Estás divina, no me hagas caso.
Le sonrío mientras la invito a pasar.
—Por fin estoy en el lugar en el que siempre quise estar, Bárbara —le digo, con una mezcla de satisfacción y orgullo.
Ella asiente con complicidad.
—Las dos estamos en donde queríamos estar.
Bárbara realmente se siente conforme con su profesión de prostitución, a pesar de los riesgos constantes a los que se enfrenta. Sé que cualquiera que la oyera decir que está a gusto con su trabajo la juzgaría y se burlaría, intentando menospreciarla o hacerla sentir como si valiera menos. Pero yo conozco bien ese mundo y sé lo que significa estar ahí, y no tengo ni un ápice de desprecio hacia ella. Al contrario, admiro la fuerza de Bárbara, su capacidad de mantenerse firme en una profesión tan estigmatizada y resistir en un ambiente que, a menudo, intenta arrebatarle su propia dignidad y sentido de valor.
—¿Y cómo te está yendo en el club, Bárbara?
—Dando todo lo mejor de mí... y no lo digo literalmente —soltamos una risa cómplice—. Las clases de pole dance van muy bien, Tenté y Madame Esther son unas instructoras increíbles.
—Totalmente.
—Aunque, la verdad, es mucho más agotador de lo que pensaba. No puedo decir que lo disfruto todo el tiempo.
—Entiendo perfectamente..., no todos los clientes son agradables.
—Exacto, para nada.
—¿Y cuándo piensas contárselo a Danna?
Danna aún no sabe que Bárbara ha tomado mi lugar en La Rana que Baila. Sé lo difícil que debe resultarle confesarle la verdad, y más ahora, cuando apenas han comenzado su relación.
—Aún no es el momento...
—Danna me entendió cuando descubrió mi realidad. Te aseguro que también lo hará contigo. No deberías preocuparte tanto por su reacción.
—Prometo que se lo diré pronto, solo necesito reunir un poco más de valor.
—Está bien...
Bárbara suspira y cambia el tema, su mirada un poco más seria.
—Por cierto, Miriam. Últimamente me siento agotada, y ya sabes, el servicio sexual da suficiente para vivir cómodamente...
—¿Ya no necesitas trabajar aquí en la casa? Te entiendo.
—Sí, de verdad lo siento. Sé que necesitas ayuda en casa, pero siento que ya no descanso lo suficiente y no quiero darte un mal servicio.
—No seas boba, lo entiendo perfectamente. No te preocupes por eso, ya buscaré a alguien más.
ESTÁS LEYENDO
De Prosti a CEO - [Libro 2]
HumorMiriam Douglas es la universitaria con mayor índice académico de la facultad de negocios, es una mujer inteligente y ejemplar, nadie podría imaginarse que, por las noches, esta prodigio de los negocios ensucia su cuerpo para poder pagar los gastos d...