Capitulo 36 : " Encuentros indeseados"

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Antonio
El tecleo de la máquina de escribir retumba en mis oídos. En estos días,es lo único que calma mi dolor: sumergirme en las letras hace que me olvidé de todo por un instante. De mi padre sepultado bajo tierra con un balazo por la espalda,de mi madre desaparecida sin dejar rastro y de mi hermana cuyo rostro y voz eran un enigma en mi cabeza. Toda mi familia se había roto en un parpadeo.
En ello,como obra del destino escucho el timbre y abro la puerta: la tía Julia está aquí.
- Hola, mi amor - me abraza fuerte. Siento la angustia en su voz- Perdóname por no haber venido antes. De verdad, perdóname.
Intento mantenerme fuerte pero no consigo detener las lágrimas que resbalan por mis ojos y mojan su camisa. Por qué tenía que pasar todo esto?. Empiezo a maldecir haber regresado a Argentina: todo era más fácil en España y no hablaba solo por mis papás.
- Gracias por estar aquí - le digo- Te he echado mucho de menos.
- Siempre voy a estar - me dice acariciando mi mejilla para luego abrazarme. Tia Julia siempre fue una segunda madre para mí. Pienso en lo duro que debe ser para ella haber perdido a su hermano mayor.
Minutos después estamos sentados en la mesa junto a ella y la abuela Luisa. Los tres casi no hablamos: la situación tampoco lo amerita.
- Lamento tanto no haber estado en el entierro - nos dice la tía Julia- Traté de venir antes pero supongo que todavía me cuesta asimilarlo .
- Te entiendo. No tienes que explicar nada - no es fácil ver cómo sepultan a tu hermano- Rafael estuvo ayudándonos todo el tiempo y se encargó de todo. Dijo que va a mover sus contactos para saber cómo fueron las últimas horas de papá.
Siento un silencio y una mirada extraña entre ella y la abuela ante mis palabras. Dije algo malo acaso?.
En eso siento que el timbre suena y me quedo pensativo: por qué sería extraño que el nos ayude?. La tía Julia va hacia el portero y hace pasar a alguien. Quien era?. Veo aparecer a alguien por la puerta: Marcos.
- Permiso,buen día - siento su perfume colarse en mis fosas nasales. Está muy bien arreglado,como de costumbre - Perdón que pase asi, pero quería venir a ver cómo estaban - dirige su mirada hacia mi y trago saliva. Dios,no lo había visto en días.
Me reparo en la cara de mi tía,quien no lo conocía hasta ahora. Que torpe soy!. Por fortuna,Marcos se me adelanta.
- Que tal,Marcos Soria. Encantado- le estrecha la mano. Sonrió ante su elegancia para utilizar su nombre: este chico si que sabe darse a conocer. Siento el calor subir hasta mis mejillas: por qué me pongo así?.
- Un gusto - contesta tía Julia - Bueno,me vine acá a hacerte compañía unos días. Supuse que unos mimos te iban a venir bien- frota cariñosamente mi brazo.
- De verdad?- sonrío - Vas a quedarte?- tener a mi familia a mi lado me hacía sentir mucho mejor en estos momentos.
- Los aires del campo son lindos,no te lo niego - se rie mientras me abraza maternal- Pero nada se compara con Buenos Aires y mi familia. Así que me vas a tener acá revoloteando por mucho tiempo . Y ya me estuvieron comentando de tus notas en España.
Sin dudarlo me lanzo a sus brazos sonriendo a más no poder. Agradezco que este aquí conmigo. En ese momento,el timbre suena nuevamente y me asomó al balcón. Veo a Segundo en la calle ,quien alza la cabeza y me dedica una sonrisa al mirarme. Pero en aquel momento,solo puedo girar a ver a Marcos. Que voy a hacer?.

" Segonio : amar en los 80"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora