One Shots [ken Sato]

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El sonido de los fans animando en el estadio se filtraba a través de las paredes del vestuario. Ken Sato, el aclamado beisbolista, se encontraba en un rincón, ajustando sus guantes. Estaba concentrado, pero su mente no podía dejar de pensar en ti, su novia, que lo había acompañado al estadio. Siempre estabas allí para apoyarlo, y eso lo llenaba de una emoción que ninguna ovación del público podría igualar.

Entraste al vestuario con una sonrisa brillante y una energía que iluminaba la habitación. Llevabas puesta una camiseta con su nombre y número de Ken, y un par de jeans que resaltaban tu figura. Ken levantó la vista y sus ojos se iluminaron al verte.

"¡Amor!", exclamó, dejándolo todo para ir hacia ti. Te envolvió en un fuerte abrazo y tú sentiste cómo su calor te envolvía por completo. "No sabes cuánto significa para mí que estés aquí", susurró en tu oído, su voz profunda y cargada de emoción.

Tú le sonreíste, mirándolo a los ojos con amor y admiración. "Siempre estaré aquí para ti, Ken. Eres mi campeón, dentro y fuera del campo".

Ken te besó suavemente, un beso que rápidamente se volvió más intenso. El amor y la pasión entre ustedes se sentían palpables en el aire. Era un momento perfecto, ajeno al ruido y la tensión del próximo partido. Se separó solo un poco, apoyando su frente en la tuya, respirando profundamente.

"Eres mi inspiración", dijo, sus ojos reflejando la sinceridad de sus palabras. "Cada vez que juego, pienso en ti, en lo mucho que quiero hacerte sentir orgullosa".

"Ya estoy orgullosa de ti, Ken. Siempre lo he estado", respondiste, acariciando su rostro.

El tiempo parecía detenerse mientras se miraban a los ojos, y en ese instante, nada más importaba. El ruido del estadio, la presión del juego, todo se desvanecía. Solo existían ustedes dos, unidos por un amor que era más fuerte que cualquier desafío.

Finalmente, Ken te dio un último beso suave en los labios antes de separarse. "Prométeme que me verás ganar hoy", dijo con una sonrisa traviesa.

"Tienes mi promesa", respondiste, sintiendo un calor agradable en tu pecho. "Voy a estar animándote con todas mis fuerzas".

Ken volvió a sus preparativos, pero esta vez con una renovada energía y determinación. Sabía que, pase lo que pase, tenía a la persona más importante de su vida apoyándolo. Y eso era todo lo que necesitaba para salir al campo y darlo todo.

Mientras salías del vestuario, te giraste una última vez para verlo. Ken te lanzó un beso y tú le devolviste una sonrisa radiante. En ese momento, ambos sabían que tenían algo muy especial, un amor que les daba fuerza y les hacía sentir invencibles.

Más hombres como él 🙏