One Shots [ken Sato]

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Pedido por CavaliDarzen3

*: Ken sato odia el futbol y tu el beisbol.

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En la ciudad de Tokyo, el deporte es una pasión que corre por las venas de todos sus habitantes. Entre los más fervientes seguidores se encuentran los fanáticos del béisbol y del fútbol, cada grupo defendiendo su deporte con una devoción casi religiosa. En medio de esta rivalidad, se encuentran dos figuras destacadas: tú, una talentosa futbolista, y Kenji Sato, un beisbolista estrella. Ambos son reconocidos por sus habilidades en sus respectivos campos, pero también por su acérrima rivalidad.

Cada vez que hay un evento deportivo en la ciudad, es casi seguro que habrá un enfrentamiento entre ustedes dos. En cada entrevista, rueda de prensa o evento público, la gente espera ansiosa los intercambios mordaces y las agudas observaciones que se hacen mutuamente.

—El fútbol es el deporte de verdad—, declaras con orgullo en una entrevista televisiva. —Requiere habilidad, resistencia y trabajo en equipo. No es solo estar parado en una base esperando a golpear una pelota.

Kenji, siempre listo para replicar, responde en otra entrevista: —El béisbol es una estrategia pura, una danza entre el pitcher y el bateador. No es correr detrás de una pelota como un niño en un parque.

Las tensiones aumentan cuando ambos son invitados a un evento deportivo donde deberán competir en una serie de desafíos combinados de fútbol y béisbol. Desde el primer momento, la hostilidad es palpable. Los espectadores disfrutan viendo cómo se lanzan comentarios sarcásticos y despectivos mientras intentan demostrar la superioridad de su deporte.

Sin embargo, todo cambia cuando, en medio de una discusión particularmente acalorada, el organizador del evento sugiere algo inesperado: ¿por qué no intercambian deportes por una semana? La idea es recibida con sorpresa y cierta incredulidad, pero el orgullo no les permite negarse. Aceptan el reto, dispuestos a demostrar que su deporte es realmente el mejor.

La primera práctica de fútbol de Kenji es un desastre. Se ve torpe y fuera de lugar en el campo. Tú, por otro lado, no encuentras nada en común con el béisbol. Golpear la pelota con el bate parece una tarea imposible, y te sientes frustrada. Ambos pasan por momentos difíciles, pero algo empieza a cambiar.

Durante una sesión de práctica, observas a Kenji intentando entender las tácticas del fútbol. Lo ves esforzarse genuinamente, y por primera vez, notas su dedicación y determinación. Kenji, por su parte, te ve practicar tu swing de bateo una y otra vez, admirando tu persistencia y disciplina.

Con el tiempo, los comentarios mordaces se convierten en palabras de aliento y consejos. Empiezan a ayudarse mutuamente, compartiendo trucos y técnicas. Kenji te enseña a ajustar tu postura al batear, y tú le explicas cómo leer el juego en el campo de fútbol. La rivalidad se transforma en una colaboración inesperada, y ambos comienzan a respetar el deporte del otro.

Un día, después de una larga sesión de práctica, deciden tomar un descanso juntos. Sentados en las gradas, comparten historias de sus trayectorias deportivas, sus sacrificios y sueños. La conexión entre ustedes crece, y poco a poco, los sentimientos de respeto y admiración se transforman en algo más profundo.

La semana del intercambio de deportes llega a su fin, pero para entonces, algo ha cambiado irrevocablemente. Ya no son enemigos, sino amigos, e incluso algo más. En la ceremonia de clausura del evento, sorprenden a todos al anunciar que ahora se apoyan mutuamente en sus respectivas disciplinas.

Con el tiempo, la relación se profundiza. Las peleas y desacuerdos iniciales se convierten en recuerdos lejanos, reemplazados por momentos de cariño y apoyo mutuo. Kenji asiste a tus partidos de fútbol, animándote desde las gradas, mientras tú lo acompañas a sus juegos de béisbol, siendo su mayor fan.

Una noche, después de una victoria importante para ambos, se encuentran en un parque cerca del estadio. Bajo las estrellas, Kenji toma tu mano y, con una sonrisa tímida, confiesa: —Nunca pensé que llegaría a decir esto, pero gracias por enseñarme a ver el fútbol de otra manera. Y más aún, gracias por entrar en mi vida.

Le correspondes la sonrisa, sintiendo cómo tu corazón se acelera. —Yo también aprendí mucho, no solo sobre el béisbol, sino sobre ti. Nunca imaginé que encontraría a alguien tan especial en mi rival.

Y así, lo que comenzó como una rivalidad feroz se convierte en una historia de amor inesperada, demostrando que a veces, los mayores desafíos pueden llevar a las más hermosas conexiones.

Me divertí mucho al escribir este one shot, me imagine a Ken intentando meter un gol, pero nunca le atino a la portería.

La personita que me pidió este bonito escenario, espero y te haya gustado :)