Pedido por: AllistairFrost
*:Una noche en Japón con Ken Sato.
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Era una noche mágica en Tokio, el cielo estrellado brillaba sobre la ciudad iluminada por neones. Ken y yo estábamos en su coche, buscando aventuras y diversión, con la emoción palpable en el aire. Las calles estaban llenas de vida, y la energía de la ciudad era contagiosa.
—¿Listo para una noche inolvidable? —pregunté, sonriendo con entusiasmo mientras Ken encendía el motor de su deportivo.
—Siempre que esté contigo, cada noche es inolvidable —respondió, guiñándome un ojo antes de poner el coche en marcha.
La canción "Rockstars" de LISA sonaba en el estéreo, llenando el coche con su vibrante ritmo. Ken y yo empezamos a cantar a todo pulmón, nuestras voces mezclándose con la música mientras nos movíamos al ritmo.
—¡Vamos a ser rockstars esta noche! —grité, levantando las manos al aire.
Ken rió, una de esas risas profundas y contagiosas que siempre me hacía sonreír.
—¡Eso es! —respondió, acelerando el coche mientras la ciudad pasaba a nuestro alrededor en un torbellino de luces y colores.
Condujimos sin rumbo fijo, disfrutando del simple placer de estar juntos. Paramos en una pequeña tienda de conveniencia para comprar bebidas y bocadillos, riendo mientras intentábamos decidir entre los sabores más extraños de papas fritas que jamás habíamos visto. Optamos por un par de sabores raros y volvimos al coche, listos para continuar nuestra aventura.
—¿A dónde ahora? —preguntó Ken, mirándome con esa chispa traviesa en sus ojos.
—¡A Roppongi! —respondí, recordando el vibrante distrito de vida nocturna que siempre estaba lleno de sorpresas.
Condujimos hasta Roppongi, cantando y riendo, disfrutando de cada momento. La noche estaba llena de posibilidades, y cada esquina de Tokio tenía algo nuevo que ofrecernos. Aparcamos el coche y decidimos caminar un poco, explorando las calles llenas de gente y música.
—¡Mira! —exclamé, señalando un grupo de personas bailando en medio de la calle. —¡Vamos a unirnos!
Ken sonrió, y juntos nos unimos al grupo, moviéndonos al ritmo de la música. Bailamos como si no hubiera un mañana, riendo y disfrutando de la espontaneidad de la noche. La gente a nuestro alrededor también se dejaba llevar por el momento, creando una atmósfera de pura diversión y camaradería.
Después de un rato, nos alejamos del bullicio y encontramos un pequeño parque tranquilo. Nos sentamos en un banco, recuperando el aliento y disfrutando del silencio de la noche. Las luces de la ciudad brillaban a lo lejos, y la luna se reflejaba en los ojos de Ken, dándole un aire aún más encantador.
—Gracias por esta noche —dijo Ken, tomando mi mano y mirándome con ternura. —Eres increíble.
—No, gracias a ti —respondí, acercándome para darle un beso suave. —Haces que cada momento sea especial.
Nos quedamos allí, disfrutando de la calma y la compañía mutua. De repente, Ken se levantó de un salto, con una expresión de falsa seriedad.
—¡Espera! —dijo, llevándose una mano a la cabeza como si hubiera olvidado algo importante.
—¿Qué pasa? —pregunté, riendo por su actuación.
—¡Se me olvidó darte tu premio por ser la mejor cantante de rockstars! —respondió, sacando una pequeña corona de juguete de su bolsillo.
Riendo, se la puso en mi cabeza y me hizo una reverencia exagerada. Yo correspondí con una reverencia igualmente dramática, disfrutando del momento tonto y adorable.
—Eres el mejor, Ken —dije, sonriendo mientras me abrazaba.
—Y tú eres mi reina —respondió, besándome en la frente.
La noche avanzó, y eventualmente regresamos al coche, listos para seguir explorando o, tal vez, simplemente disfrutar de un paseo tranquilo por las calles de Tokio. Al final, no importaba a dónde fuéramos ni qué hiciéramos. Lo importante era que estábamos juntos, creando recuerdos y viviendo cada momento al máximo.
Mientras la canción de "Rockstars" sonaba de nuevo en el estéreo, nos miramos y sonreímos, sabiendo que, con amor y diversión, cada noche tenía el potencial de ser la mejor de nuestras vidas.
Para la personita que me lo pidió espero y le guste :)