*: escenas eróticas.
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.Los gritos de los fanáticos hacia retumbar todo el estadio, pero lo que hacia retumbar los vestidores eran tus gemidos.
Pegada a lo que es el casillero de tu novio Ken Sato, estabas de pie con el culo hacia atrás dejándote llevar por el placer que los dedos de Ken te hacian sentir.
Movimientos lentos y certeros en tu interior te hacian temblar y hacer de tu mente un caos. Apenas empezabas a ver borroso sientiendo ese cosquilleo en tu vientre.
-Ya te vas a correr tan rápido preciosa- te susurra al oído con voz ronca y aliento caliente.
-e-el partido....ya tienes que- no podías hablar y menos cuando te cargo llevándote al sillón.
Te dejo ahí quitando por completo tu pantalón. El deseo en su mirada y lo caliente que estaba iba ser un gran problema.
La emoción de ser atrapados te ponía en alerta, ver al orgulloso Ken Sato perder los modales con solo verte con su camisa y su número.
Ni el podía creer que te podías ver aún más hermosa.-tenemos 10 minuto- bajo un poco su pantalón tomando ambas piernas tuyas, abriéndolas con cuidado-asi y en cualquier posición siempre te miras preciosa.
De nuevo la vista borrosa se hizo presente, aferrándote al sillón con los ojos llorosos y tu boca ocupada por la lengua de Ken, te hacian olvidar que estaban en el estadio apunto de iniciar el partido más importante de la vida de tu novio. Y parece que al japónes lo único que le importaba era dejarte en el cielo por 10 minutos.
Desde tu postura podías ver cómo entraba en ti, tan rápido y certero como sus dedos, el sonido morboso y viscoso te hacía sonrojar y sudar más. Era vergonzoso pero caliente.
Miraste como aumentaba sus embestidas tomando tu rostro devorando la segunda parte favorita de tu cuerpo, tu boca bonita y pequeña.
-¡Ah! Dios nena, tu interior me llama a qué te haga un bebé- su sonrisa juguetona se hizo presente moviéndose dentro tuyo mirando tus ojos-¿ no quieres darle una hermanita a Mei?-
-Solo dices eso porque estás caliente- dijiste aferrándote a su espalda clavando las uñas en su camisa-no iluciones ¡Ah!-
Las palabras le llegaron, mirándote con una esa mirada retadora que le salía con su lado orgulloso y competitivo.
Miraste como te dio vuelta sin salir poniéndote en cuatro, las embestidas más duras y fuertes te dejaban morder y babear el sillón sintiendo tu mente derretirse por el calor de ambos cuerpos unierse en uno solo.
Soltaste el grito de tu vida al sentirte correr con dureza, teniendo las piernas temblando,sentiste como algo caliente salía de ti.
Mirando atrás a tu novio quien estaba sudoroso y sonrojado.-Que el segundo se parezca a mi- dijo sonríente sentándose a tu lado, tomando tu mano.
A menos de dos minutos de empezar el partido te ayudo a cambiarte y limpiar, listo para salir. Te beso y juntó sus frentes, calmando sus latidos, sintiendo la paz y la comodidad.
Siendo su amuleto y el amor de su vida se despidió de ti y salió al campo a jugar mirando a todos con una sonrisa menos a ti. A ti te mando un beso en el aire e hizo un corazón con sus manos.
Será un padre grandioso.