En el equipo de béisbol, Ken Sato era la estrella indiscutible. Sus jugadas impresionantes y su destreza en el campo lo hacían destacar, y tú, un miembro del equipo, lo admirabas profundamente. Cada vez que lo veías jugar, sentías una mezcla de respeto y fascinación. Decidiste pedirle ayuda para mejorar tu propio juego, pero cada vez que lo intentabas, Ken te evitaba, siempre encontrando una excusa para no estar cerca de ti.
Esto continuó durante semanas, y tu frustración crecía. No entendías por qué Ken, a quien considerabas un modelo a seguir, parecía no querer tener nada que ver contigo. Finalmente, te hartaste de su comportamiento evasivo y decidiste confrontarlo.
Una tarde, después de un duro entrenamiento, viste a Ken solo en el vestuario. Tu oportunidad había llegado. Caminaste hacia él con determinación y lo acorralaste contra la pared, usando tu altura para imponer tu presencia.
—Ken, ¿qué demonios te pasa? —demandaste, tus ojos fijos en los suyos—. Te he pedido ayuda una y otra vez, pero siempre me evitas. ¿Por qué?
Ken te miró con una mezcla de sorpresa y temor. Durante unos momentos, parecía debatirse internamente, sus ojos reflejando una lucha que no entendías.
—[Male Reader]... no es tan simple —murmuró, evitando tu mirada.
—¿Qué no es simple? ¡Solo quiero aprender de ti! —replicaste, sintiendo cómo la frustración se transformaba en una mezcla de enojo y dolor—. ¡Eres el mejor jugador del equipo y quiero mejorar! Pero tú... tú solo me ignoras.
Ken suspiró profundamente, sus hombros cayendo en derrota. Finalmente, levantó la mirada, y en sus ojos viste una vulnerabilidad que no habías notado antes.
—[Male Reader] la verdad es que... me siento atraído hacia ti —confesó en un susurro—. No sabía cómo manejarlo. Temía que si te acercabas demasiado, lo notarías y me rechazarías. No quería que pensaras que soy raro o que te alejaras más.
Sus palabras te dejaron atónito. Nunca habías imaginado que Ken pudiera sentir algo así por ti. Te tomó unos momentos procesar su confesión, y cuando lo hiciste, te diste cuenta de que también sentías algo por él, algo que había estado ocultando bajo tu admiración.
—Ken, yo... —comenzaste, luchando por encontrar las palabras adecuadas—. No sabía que te sentías así.
Ken te miró con esperanza en sus ojos, esperando tu respuesta.
—No soy bueno con estas cosas —admitiste, frotándote la nuca con nerviosismo—. Pero... no te rechazo. Solo estoy sorprendido.
El alivio y la alegría que se reflejaron en el rostro de Ken fueron innegables.
—¿De verdad? —preguntó, casi sin creerlo.
—Sí, de verdad —respondiste con una sonrisa—. Quizás podamos empezar de nuevo. Dejar que esto crezca de forma natural.
Ken asintió, y tú sentiste cómo una nueva conexión comenzaba a formarse entre ustedes. Lo abrazaste con fuerza, sintiendo cómo la tensión y el miedo se disipaban.
Con el tiempo, esa confesión inicial se convirtió en el cimiento de una relación profunda y significativa. Ken ya no te evitaba, y juntos comenzaron a mejorar no solo en el campo de béisbol, sino también en su vida personal. La admiración que sentías por Ken se transformó en amor, y él encontró en ti la seguridad y el apoyo que siempre había necesitado.
Y así, en el equipo y fuera de él, encontraron una felicidad que nunca habían imaginado posible. En el campo, eran compañeros invencibles, y en la vida, eran algo mucho más. Eran dos almas que, a pesar de los miedos y las dudas, habían encontrado en el otro la fuerza y el amor para ser felices.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La personita que me lo pidió espero y le guste :)
Para las personitas que siguen esperando su escenario, no se desesperen haré todos y si vez que ya paso tiempo y aún no subo tu escenario mándame mensaje a mi tablero volviéndome a pedirlo, son muchas notificaciones que se pierden :)