Era una noche tranquila en Tokio, una ciudad que nunca dormía. T/N estaba en su departamento, mirando la televisión y disfrutando de un momento de calma. De repente, un ruido fuerte en la ventana rompió la tranquilidad. Al girarse, vio una figura conocida, aunque en un estado preocupante: Ultraman, conocido por ella como Ken Sato, su mejor amigo de toda la vida.
Ken se apoyó contra el marco de la ventana, respirando con dificultad. Su ropa estaba desgarrada en varios lugares, y tenía moretones y cortes visibles por todo el cuerpo. T/N corrió hacia él, con el corazón acelerado por la preocupación.
—¡Ken! —exclamó, ayudándolo a entrar—. ¿Qué te pasó?
Ken, con una sonrisa débil, pero genuina, se dejó caer en el sofá.
—Tuve una pelea difícil esta noche —dijo, intentando restarle importancia—. Pero estoy bien, solo necesito un poco de descanso.
T/N no se dejó engañar. Con rapidez, fue a buscar un botiquín de primeros auxilios y volvió a su lado. Sin decir una palabra, comenzó a limpiar sus heridas con cuidado. A medida que lo hacía, la tensión entre ellos aumentaba. Siempre habían sido amigos cercanos, pero en ese momento, la proximidad y la intimidad del cuidado parecían cambiar algo en el aire.
Ken la observó en silencio, notando cada detalle de su rostro concentrado y preocupado. A pesar del dolor, no pudo evitar sentir una oleada de calidez y admiración por ella. T/N, por su parte, también se daba cuenta de lo cerca que estaban, sintiendo su respiración cada vez más pesada.
—Eres increíble, T/N —murmuró Ken, rompiendo el silencio—. No sé qué haría sin ti.
Ella levantó la mirada, encontrándose con sus ojos. El momento se cargó de electricidad, y ambos supieron que algo había cambiado entre ellos. Sin pensarlo dos veces, Ken la tomó suavemente por la nuca y la acercó hacia él. Sus labios se encontraron en un beso suave, pero lleno de una pasión contenida durante años.
El beso se volvió más intenso, y en cuestión de segundos, se encontraron en el dormitorio, la cama siendo el único testigo de la conexión que estaban compartiendo. Las manos de T/N se movían con destreza, despojando a Ken de su ropa mientras él hacía lo mismo con ella, cada movimiento lleno de deseo y necesidad.
Sus cuerpos se unieron en una danza de amor y pasión, cada caricia y cada beso profundizando su vínculo. La habitación se llenó de sus suspiros y murmullos, y por un momento, el mundo exterior dejó de existir. Lo único que importaba era el calor y el amor que compartían en ese instante.
Después, se quedaron juntos en la cama, con sus cuerpos entrelazados y sus corazones latiendo al unísono. Ken acariciaba suavemente el cabello de T/N, mientras ella descansaba la cabeza en su pecho, escuchando el ritmo constante de su corazón.
—Te amo, Ken —susurró T/N, sintiendo una paz que nunca antes había experimentado.
—Y yo a ti, T/N —respondió Ken, besando suavemente su frente—. Siempre te amaré.
Y así, en la quietud de la noche, sellaron su amor con promesas silenciosas, sabiendo que, sin importar los desafíos que enfrentaran como Ultraman y T/N, su amor siempre los mantendría unidos. El final de esa noche fue suave y lleno de una felicidad que solo el amor verdadero podía traer.
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La personita que lo pidió espero y le haya gustado :)