Ya me cansé de poner números romanos 😪
*:Es tu fan No.1
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Era un día soleado en Tokio, y la emoción en el aire era palpable. Los Gigants de Tokio habían contratado a una modelo mexicana para promocionar su equipo, y la ciudad estaba llena de anuncios y carteles con su imagen. La expectativa era alta, y entre los fanáticos más emocionados se encontraba Kenji Sato, la estrella del equipo.
Kenji había visto tus fotos y entrevistas, y desde entonces había desarrollado una admiración profunda y un enamoramiento platónico. No podía creer que ibas a estar tan cerca, y la idea de conocerte en persona lo llenaba de nervios y emoción.
El día del evento llegó, y Kenji no podía contener su entusiasmo. Mientras se preparaba en el vestuario, sus compañeros no dejaban de molestarlo.
—Oye, Kenji, ¿crees que podrás hablarle sin tartamudear? —bromeó uno de sus amigos, dándole un codazo.
—Claro que sí —respondió Kenji, tratando de sonar confiado, aunque sus manos temblaban ligeramente—. Solo soy su fan número uno, ¿qué puede salir mal?
Cuando finalmente te vio en persona, rodeada de cámaras y periodistas, su corazón dio un vuelco. Te acercaste con una sonrisa deslumbrante y él sintió que el mundo se detenía por un momento.
—Hola, Kenji —dijiste extendiendo la mano—. Es un placer conocerte.
Kenji tomó tu mano, notando que la suya estaba ligeramente sudorosa. —El placer es mío —respondió con una voz un poco más aguda de lo que le hubiera gustado.
Durante la sesión de fotos, Kenji no podía dejar de mirarte, y cada vez que lo sorprendías mirándote, él sonreía nerviosamente y se sonrojaba. Los fotógrafos aprovecharon cada momento, capturando la mezcla de admiración y nerviosismo en su rostro.
—Pareces un niño nervioso, Kenji —comentaste riendo mientras posabas a su lado.
—Es que no todos los días se conoce a una modelo tan increíble como tú —respondió él, y luego se dio cuenta de lo cursi que sonaba, deseando poder retroceder en el tiempo y reformular la frase.
La promoción fue un éxito, y los fans estaban encantados de verte interactuar con el equipo. Pero lo más destacado para Kenji fue el momento en que se ofreció a darte un recorrido por el estadio. Mientras caminaban juntos, trató de impresionar con anécdotas sobre el equipo y su carrera.
—Y aquí es donde gané mi primer juego como profesional —dijo Kenji, señalando el montículo de lanzador.
—Impresionante —respondiste—. Sabes, Kenji, siempre me han gustado los chicos apasionados por lo que hacen.
—Bueno, entonces estoy en problemas, porque soy muy apasionado por muchas cosas —dijo él, y luego se sonrojó, dándose cuenta de cómo podría interpretarse eso.
La tarde pasó entre risas y charlas, y cuando finalmente te despediste, Kenji se quedó con la sensación de que había vivido uno de los mejores días de su vida. Al ver tu avión despegar, no pudo evitar sonreír, pensando en todas las veces que te había visto en revistas y cómo ahora tenía recuerdos reales y maravillosos contigo.
Esa noche, Kenji se encontró viendo las fotos del evento, sonriendo cada vez que veía la expresión nerviosa y feliz en su rostro. Sus compañeros seguían molestándolo, pero él no podía estar más feliz. Después de todo, había conocido a su ídola y había hecho un nuevo amigo en el proceso.
Y quién sabe, tal vez en tu próxima visita a Japón, las cosas podrían avanzar aún más. Mientras tanto, Kenji Sato se conformaba con ser tu fan número uno, soñando con el día en que sus caminos se cruzaran de nuevo.