One Shots [ken Sato]

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*: Enemies to lovers

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En un Japón feudal, donde los clanes de samuráis gobernaban con honor y fuerza, existía una guerrera enigmática conocida como T/N. Mitad japonesa y mitad extranjera, su aspecto exótico y sus ojos azules la hacían destacar en un mundo donde la homogeneidad era la norma. Su rostro frío y su personalidad neutral le habían ganado tanto respeto como temor entre sus compañeros samuráis.

Un día, durante un festival en un pequeño pueblo, T/N se encontró con Ken Sato, un espadachín famoso no solo por su habilidad con la espada, sino también por su naturaleza mujeriega. En un desafortunado encuentro, T/N, enfurecida por su arrogancia, le cortó el cabello, dejándolo en ridículo frente a su propio clan.

Desde entonces, Ken no había dejado de buscar una revancha. Su orgullo herido clamaba por venganza, y su deseo de derrotar a T/N crecía con cada día que pasaba. Finalmente, la encontró en un bosque a las afueras de la ciudad, entrenando en solitario.

—¡T/N! —gritó Ken, su voz cargada de desafío—. ¡Hoy es el día en que saldaré mi honor! No descansaré hasta verte derrotada.

T/N lo miró con sus penetrantes ojos azules, su rostro imperturbable.

—Ken Sato, tu insistencia es agotadora. Si tanto deseas esta revancha, la tendrás. Pero te advierto, no será fácil.

Ambos desenvainaron sus katanas, el metal resonando en el aire como un presagio de la batalla que estaba por comenzar. La lucha fue feroz, con golpes rápidos y precisos que mostraban la destreza de ambos guerreros. El sonido de las espadas chocando resonaba en el claro del bosque, acompañado por sus respiraciones pesadas y palabras llenas de desafío.

—¡Eres una arrogante! —gritó Ken, lanzando un corte hacia ella—. ¡Te haré pagar por lo que hiciste!

—¡Hablas demasiado! —respondió T/N, bloqueando su ataque y lanzando uno propio—. ¡Concentra tu energía en la pelea!

La tensión entre ellos era palpable, no solo por el combate físico, sino por una atracción subyacente que ninguno de los dos quería admitir. En un movimiento inesperado, T/N logró desarmar a Ken, haciendo que su katana volara lejos de su alcance.

Ken, sin embargo, no se rindió. Con una mezcla de frustración y deseo, se lanzó hacia ella, sujetándola por los brazos. T/N, sorprendida por su acción, lo miró fijamente, y en un instante de impulso, ambos se encontraron en un beso apasionado, sus labios uniéndose con una intensidad que ninguno de los dos había anticipado.

Se separaron, atónitos por lo que acababa de suceder. La espada de T/N cayó al suelo, olvidada en el calor del momento.

—¿Qué... qué demonios fue eso? —murmuró Ken, aun jadeando.

—No lo sé —respondió T/N, su voz temblando ligeramente—. Pero no puedo negar que hay algo entre nosotros, algo más fuerte que el odio.

Ken la miró, su habitual arrogancia reemplazada por una vulnerabilidad que nunca había mostrado antes.

—T/N, eres la única persona que ha logrado desafiarme de esta manera. Tal vez lo que siento por ti es más que deseo de venganza.

T/N sonrió ligeramente, un raro destello de emoción en su rostro normalmente neutro.

—Tal vez, Ken Sato. Tal vez somos más que simples enemigos.

A partir de ese día, sus encuentros no fueron solo combates físicos, sino también batallas emocionales, donde cada palabra y cada gesto estaban cargados de significado. Entre maldiciones y desafíos, comenzaron a descubrir una conexión que iba más allá del odio y el rencor.

Y así, en un mundo donde el honor y la tradición gobernaban, T/N y Ken Sato encontraron en su lucha constante una forma de amor que desafiaba todas las expectativas. Sus corazones, forjados en la batalla y la pasión, encontraron finalmente un hogar el uno en el otro, creando una historia de enemistad convertida en amor, una historia tan intensa y vibrante como sus propios espíritus indomables.

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