El timbre sonó marcando la hora del almuerzo. Era un dia tranquilo para aquellos que no sufrían de constantes molestias.
Pero para Ken Sato no era así, cada día era más horrible que el anterior. Nadie le halaba, nadie lo quería. Demasiado abandono para un niño de 10 años. Y todo por qué el era diferente.
Sus ojos rasgados, el hablar japonés, su estatura pequeña. Por todo eso, era un gran problema en la primaria que el iba.
-pero abre más los ojos Ken, no te vallas a caer-se burlo un niño al cual había tirado al pequeño Ken de la resbaladilla haciendo que se lastimara su rodilla- que débil eres, no aguantas nada-
Podía sentir la impotencia recorrer su cuerpo, lo único que hacía era correr al baño encerrarse en un cubículo, hacerse bolita y llorar. Tenía miedo de que si se llegará a defenderse podrían hacerle más cosas horribles.
Solo quería que acabará el año e irse de nuevo con su papá para poder pedirle ayuda a Ultraman y lo salvará de esos horribles mounstros.
-¿A dónde vas de nuevo Otaku?- jalo su mochila haciendo caer el pequeño niño al suelo-ya te vas y ¿con permiso de quién?-
-dejame en paz- le dijo con voz triste ese dia Ken no había recibido mensajes de su padre en un buen tiempo y eso lo tenía triste.
-Miren si puede hablar, pensé que la lenguaje te la había cortado un kaiyu- volvió a burlarse quitándole la mochila, saco todas sus cosas incluído en pequeño muñeco de Ultraman - eres un ratito, ¿Por qué no te regresas a Japón con tu padre? A si es cierto...que el ya te abandono-
La rabia y la tristeza estaban teniendo una mezcla demasiado negativa en el cuerpo del pequeño Ken que su mano la hizo puño. Esperando el buen momento para soltar el primer golpe.
Siendo una tabla de madera que salió volando alado suyo y darle en la cara a uno de los agresores.
-oye idiota, por qué no te metes con alguien de tu tamaño - una voz de una niña se escucha detrás de Ken, el volteo a verla solo viendo su vestido rojo y a ella moverse a camara lenta y verla como se agarraba a golpes con los niños.
La pelea no duró mucho pues los niños no aguantaron los jalons de cabello, las mordidas y los golpes a puño cerrado que daba la niña. Su vestido termino rasgado y lleno de polvo y sus colitas estaban caídas y despeinadas.
-Con eso ya no te van a molestar - se sacudía la ropa estando alado suyo- me llamo [tu nombre] ¿Quieres ser mi amigo?- Le pregunto la niña lo dejo perplejo que no sabía que responder solo se quedó ahí parado viendo sus piernas temblorosas-¿no hablas?-
Ken movió cabeza de arriba a abajo, las palabras no le salían, los nervios le ganaban.
-bueno no te preocupes hablaras cuando quieras, te acompaño a tu casa-lo tomo de la mano empezando a caminar a la casa del pequeño-derecha o izquierda -
Ken señalo a la derecha siguiendo a la niña que no soltaba su mano, creía que Ultraman se había quedado en Japón pero ya vio que no todos los héroes necesitan un poder.
-ken sato- hablo a la semana de ver qué la niña seguía a su lado sin importarle si él hablara, lo cuidaba de todo.
-¡HABLASTE!-solto en un grito tomándolo del rostro-¡Tienes un bonito nombre!...tu y yo seremos los mejores amigos Ken-
No es malo ser diferente, siempre existirán personas que les encantes y les seas hermoso. Y esas personas no se cambian por nada.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.