Ken siempre había sido un amigo leal para T/N. Desde el primer año de escuela, habían sido inseparables, compartiendo risas, secretos y sueños. Sin embargo, Ken guardaba un secreto profundo en su corazón: estaba profundamente enamorado de T/N. A pesar de sus sentimientos, nunca había encontrado el valor para confesarle su amor, temiendo arruinar la amistad que tanto valoraba.
La noche de la fiesta de graduación, la emoción estaba en el aire. El salón estaba lleno de luces brillantes, música vibrante y jóvenes celebrando el fin de una etapa importante en sus vidas. T/N había invitado a Ken, y él, por supuesto, había aceptado con entusiasmo. Quería estar cerca de ella en esta noche especial, aunque fuera solo como amigo.
Durante la fiesta, T/N se dejó llevar por la alegría y el ambiente festivo. Bebió más de la cuenta y comenzó a comportarse de manera desinhibida. Ken, preocupado por su estado, decidió que era mejor llevarla a casa antes de que algo saliera mal. La llevó a su auto, ayudándola a sentarse en el asiento del copiloto.
Mientras Ken conducía, T/N empezó a coquetear con él de manera juguetona. A pesar de sus esfuerzos por mantener la calma, Ken sentía su corazón latir con fuerza. Cuando llegaron a un lugar apartado y seguro, Ken detuvo el auto para asegurarse de que T/N estaba bien.
De repente, T/N se inclinó hacia él, sus ojos brillando con una mezcla de alcohol y deseo. Antes de que pudiera reaccionar, ella lo besó apasionadamente. Ken, atrapado entre el amor que siempre había sentido y la confusión del momento, le correspondió el beso. La situación se volvió más íntima, y ambos se dejaron llevar por el momento en el auto.
Hizo el asiento hacia atrás dejando que ella se subiera arriba suyo, sus manos viajaban por su espalda buscando el seguro del vestido, bajándolo con rapidez. T/N comía su boca con desesperación desabrochando su pantalón y parte de su camisa.
Ella descubierta de arriba metió mano entre su pantalón y bóxer, su polla caliente y dura la hicieron babear haciendo que sobara rápido su erección gimiéndole en el rostro.
Ken soltaba pequeños gruñidos de lo bien que se sentía, su mano dándole amor a su polla que la miraba a los ojos pidiendo por más. Los jadeos de ambos empezaban a polarizar los vidrio de sudor dejando de lado la borrachera y la posible culpa que sentirían en la mañana.
T/N se alzó lo suficiente para que la polla de Ken entrara, se sentía caliente dejando que entrara completamente, se agarró fuerte de sus hombros dando saltos con la ayuda de Ken y sus grandes manos clavadas en su culo haciéndola bajar más con un ritmo que hacían que los vidrios se empañaran aún más.
Después de un rato, T/N, todavía borracha, acarició la mejilla de Ken y susurró:
-Te amo, Tadashi.
Ken se congeló al escuchar ese nombre. Su corazón se rompió en mil pedazos al darse cuenta de que, en su estado de ebriedad, T/N había confundido sus sentimientos por alguien más. T/N se quedó dormida poco después, sin darse cuenta del dolor que había causado.
Con el corazón destrozado, Ken llevó a T/N a su casa, asegurándose de que estuviera segura antes de irse. Mientras conducía de regreso a su casa, las lágrimas corrían por su rostro. Sabía que no podía seguir viéndola después de lo que había sucedido. La herida era demasiado profunda.
Al día siguiente, T/N despertó con un dolor de cabeza y recuerdos confusos de la noche anterior. Al no encontrar a Ken, comenzó a preocuparse. Lo buscó por todos lados, en la escuela, en sus lugares favoritos, pero no obtuvo respuesta. Finalmente, se enteró de que Ken se había ido de Japón, sin dejar rastro.
El tiempo pasó, y T/N nunca dejó de buscar a Ken, arrepentida por lo que había sucedido. Su corazón se llenó de tristeza al darse cuenta de que había perdido a su mejor amigo y quizás al amor de su vida por una noche de confusión.
Ken, por su parte, encontró un nuevo camino en un país extranjero, pero nunca dejó de pensar en T/N. Su amor no correspondido y el dolor de la despedida siempre estuvieron presentes en su corazón.
El final fue triste y conmovedor. Dos almas que, a pesar de su conexión profunda, se separaron por malentendidos y palabras no dichas. El amor no correspondido dejó una marca imborrable en ambos, recordándoles que a veces, el verdadero amor no siempre encuentra su camino.
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