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Parte 3 👍

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Parte 3 👍

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RIMER TRIMESTRE

Las primeras semanas fueron las más difíciles para (T/N). Los mareos y las náuseas matutinas parecían no tener fin. Ken, siempre atento, aprendió rápidamente a identificar los momentos en que (T/N) necesitaba descansar o una rápida visita al baño. Preparaba té de jengibre para aliviar sus náuseas y aseguraba que siempre hubiera galletas saladas a mano.

Una noche, mientras (T/N) intentaba dormir, se despertó con un antojo repentino de pepinillos con helado de vainilla. Ken, aunque sorprendido, no dudó en salir corriendo a la tienda abierta las 24 horas para cumplir con el deseo de su amada. Volvió con los ingredientes y observó con ternura cómo (T/N) disfrutaba de su extraño antojo.

Ken también comenzó a experimentar síntomas inusuales. Sentía una fuerte necesidad de comer donas y malteadas de chocolate a todas horas del día. A veces, incluso a las tres de la mañana, se encontraba devorando una caja de donas en la cocina mientras (T/N) lo miraba divertida desde la puerta.

Segundo Trimestre

A medida que avanzaba el embarazo, (T/N) comenzó a sentir una disminución en las náuseas y un aumento en su energía. Sin embargo, su vientre empezó a crecer notablemente y con él vinieron nuevos desafíos. Ken estaba allí para apoyarla, ayudándola a encontrar posiciones cómodas para dormir y dándole masajes en la espalda cuando el dolor se hacía presente.

Los antojos de (T/N) se volvieron más variados. Una tarde, tuvo un deseo incontrolable de comer pizza con piña y jalapeños. Ken, como siempre, se aseguró de satisfacer su deseo. Organizó una noche de películas y pidió la pizza más extraña que la pizzería local podía ofrecer. Se sentaron juntos, riendo y disfrutando de la comida.

Ken, por su parte, seguía con sus propios antojos de donas y malteadas, y (T/N) comenzó a llamarlo cariñosamente "su oso goloso". Aunque él bromeaba sobre estar "embarazado por asociación", ambos sabían que era su forma de compartir la experiencia y estar más cerca de (T/N) y los bebés.

Tercer Trimestre

El tercer trimestre trajo consigo el mayor crecimiento del vientre de (T/N). Cada movimiento de los mellizos era visible y sentían cómo sus pequeños pies y manos se movían dentro de ella. Ken se dedicaba a hablarles todas las noches, poniendo su mano sobre el vientre de (T/N) y contándoles historias sobre el béisbol y sus sueños para el futuro.

Los antojos de (T/N) se volvieron más específicos y frecuentes. Un día quería fresas cubiertas de chocolate, al siguiente, ensalada de pepino con salsa de soja. Ken se convirtió en un experto en satisfacer estos antojos, disfrutando cada momento de cuidado y dedicación a (T/N).

Ken también seguía con sus antojos de donas y malteadas, y juntos encontraron una cafetería que hacía las mejores malteadas de la ciudad. Se convirtieron en clientes habituales, y los empleados comenzaron a esperar sus visitas con una sonrisa.

A medida que se acercaba la fecha del parto, Ken se volvió aún más protector. Estaba atento a cada contracción que (T/N) sentía, asegurándose de que estuviera cómoda y segura. Preparó la bolsa para el hospital con semanas de antelación y revisaba constantemente que todo estuviera en orden.

El Gran Día

Finalmente, llegó el día en que los mellizos decidieron que era hora de conocer el mundo. Ken llevó a (T/N) al hospital con una mezcla de nervios y emoción. Estuvo a su lado durante todo el parto, sosteniendo su mano y susurrando palabras de aliento y amor.

Cuando los mellizos nacieron, Ken sintió que su corazón estallaba de felicidad. Miró a (T/N) con lágrimas en los ojos, maravillado por su fuerza y valentía. Juntos, observaron a sus dos pequeños milagros, sintiendo una conexión indescriptible.

Con el tiempo, Ken y (T/N) se adaptaron a la vida con los mellizos. Aunque hubo noches sin dormir y momentos de agotamiento, el amor y la dedicación que sentían el uno por el otro y por sus hijos nunca flaquearon. Ken seguía siendo el padre y compañero devoto, siempre dispuesto a hacer lo que fuera necesario para cuidar a su familia.

Y así, entre antojos de donas y malteadas, pepinillos con helado y pizzas extrañas, Ken y (T/N) construyeron una vida llena de amor, risas y felicidad, sabiendo que juntos podían superar cualquier desafío y disfrutar de cada momento precioso con sus mellizos.

Y así, entre antojos de donas y malteadas, pepinillos con helado y pizzas extrañas, Ken y (T/N) construyeron una vida llena de amor, risas y felicidad, sabiendo que juntos podían superar cualquier desafío y disfrutar de cada momento precioso con s...

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Y vivieron felices por siempre 😘

Espero y te haya gustado el cap a la personita que lo pidió.

Seguimos con los pedidos 👌

One Shots [ken Sato]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora