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Kenji Sato había logrado mucho en su vida como beisbolista, pero nada se comparaba con la alegría y el amor que sentía al estar con su familia. Su hogar estaba lleno de risas y cariño, gracias a ti y a su hija Emi. Cada día era una nueva oportunidad para crear recuerdos juntos y disfrutar de los pequeños momentos que la vida les ofrecía.
Una soleada mañana de sábado, la casa se llenó de los suaves sonidos de la risa de Emi. La pequeña, con su cabello rosa y ojos brillantes, corría por la sala con su osito de peluche en mano. Tú y Kenji la observaban desde la cocina, preparando el desayuno.
-¡Mira cómo corre! -dijo Kenji, sonriendo mientras batía los huevos-. Tiene tanta energía.
-Igual que su padre -respondiste, riendo suavemente mientras cortabas las frutas.
Kenji se acercó a ti y te dio un beso en la mejilla, sintiendo una ola de amor y gratitud. Momentos como ese eran los que atesoraba más. Con el desayuno listo, ambos llamaron a Emi, quien corrió hacia la mesa con una sonrisa radiante.
-¡Papi, mami! -dijo emocionada-. ¿Podemos ir al parque después de comer?
-Claro que sí, princesa -respondió Kenji, acariciando su cabello-. Después de desayunar, nos vamos al parque.
El parque era uno de los lugares favoritos de Emi. Al llegar, corrió hacia los columpios, y tú y Kenji la siguieron, disfrutando del aire fresco y del sol. Kenji la empujaba suavemente en el columpio, riendo con cada risa de Emi.
-¡Más alto, papi! -gritaba Emi, sus risas llenando el aire.
-¡A la orden, señorita! -respondió Kenji, dándole un pequeño empujón adicional mientras tú observabas, sintiéndote increíblemente feliz y agradecido por esos momentos.
Después de un rato en los columpios, los dirigiste a la zona de pícnic, donde extendiste una manta y sacaste algunas golosinas. Emi se sentó entre tú y Kenji, compartiendo sus galletas y frutas mientras hablaba animadamente sobre sus aventuras imaginarias.
-Papi, mami, ¿sabes que hoy voy a ser ultra-girl que salvara a todo Japón? -dijo Emi con seriedad, haciendo que ambos se rieran.
-Eso suena como una misión muy importante, héroe Emi -dijiste, dándole un beso en la cabeza.
Kenji asintió, mirándote con ternura. -Estamos muy orgullosos de nuestra pequeña heroína.
El día continuó con más juegos y risas, y al regresar a casa, Emi estaba exhausta pero feliz. Después de un baño y la cena, los sentaste juntos en el sofá para leerle su cuento favorito antes de dormir. Emi se acurrucó entre tú y Kenji, sus ojos luchando por mantenerse abiertos mientras escuchaba la historia.
-Y así, la princesa valiente salvó a todos los animales del bosque, y vivieron felices para siempre -terminaste de leer, besando la frente de Emi.
-Te quiero, mami, papi -murmuró Emi, sus ojos finalmente cerrándose mientras se dormía.
Kenji te abrazó, susurrando en tu oído -Gracias por todo esto. No podría imaginar una vida mejor.
Miraste a Kenji y luego a la pequeña Emi, sintiendo una profunda paz y felicidad. Su hogar estaba lleno de amor, risas y momentos que siempre recordarías. A pesar de los desafíos y las responsabilidades, sabías que mientras estuvierais juntos, podrías enfrentar cualquier cosa.
Y así, cada día con Emi y Kenji se convertía en una aventura llena de ternura, diversión y, sobre todo, mucho amor.
Dibujo echó por mi hermana 💕💕
Urogi-kunn la encuentras aquí en Wattpad por ese nombre :)
La personita que me pidió este escenario, espero y te guste 💗